El cine se encarga de narrar con imágenes historias. Las hay excelentes, como las hay pésimas. Pero las hay. Si existe una cámara ubicada en cierto lugar con una cierta intención, es por algo. No es fácil, sin embargo, pensar en una idea y ejecutarla perfectamente a la primera, para nada. Se trata, más bien, de un juego. Un director, al posicionar la cámara para contar, está llevando a cabo un juego para con los espectadores. El cine puede ser hasta un juego, si se lo lleva a cabo a la perfección. Lo que no puede y nunca podrá ser cine es ‘El Veterano’, de Jerónimo Rodriguez.
El Veterano (2022). Dirección, guion, producción, fotografía, edición: Jerónimo Rodriguez. Duración: 102 minutos. Nuestra opinión: Mala.
Es realmente una falta de respeto. Una burla. Lo que hace Jerónimo Rodriguez al hacer sentar a sus espectadores para mirar El Veterano es, realmente, una tortura. Una especie de documental que tampoco se encuentra en ese género. Una película de no ficción que narra una historia demasiado particular. Un largometraje ficcional sobre unos jóvenes en búsqueda de la película perfecta. Esta película puede ser muchas cosas, pero al final no termina siendo nada.
Lo que hace el cineasta chileno es ubicar en plano diferentes paisajes urbanos y forestales, agregarle su voz en off y despreciar a la audiencia. La sinópsis gira en torno a dos jóvenes cineastas que deciden filmar una película sobre un supuesto excombatiente de guerra que emigró al sur de Chile luego de hacer explotar la bomba atómica en Hiroshima. La idea es llamativa, pero el filme no muestra nada de eso. Es decir, no hay una historia contada.


Si el cine son imágenes en movimiento creando una historia, El Veterano está verdaderamente alejada de esa concepción. Imágenes estáticas con una monótona voz de fondo contando la historia desaprovecha la sinópsis. No hay narración excepto la voz del director. Las imágenes no cuentan nada. Podrían estar como no. Lo que tiene esta producción de Jerónimo Rodriguez es una discapacidad para atrapar al espectador.
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El cineasta chileno no ejecuta la idea. El Veterano carece de estructura narrativa. Se puede interpretar como un trabajo extremadamente personal, pero todo en exceso es malo. Ni película, ni documental, ni retrato no ficcional. Para insertar una voz en off en imágenes estáticas es mejor producir un podcast.