La 8va película de la saga promete ser el mejor cierre posible de la franquicia que cambió el cine de acción.
Sin darnos cuenta, pasaron casi 30 años desde el estreno de la primera película de Misión Imposible con un Tom Cruise en el punto más alto de su carrera como una estrella de cine consolidada. Ya había hecho comedias como Risky Business, dramas como Rain Man y éxitos taquilleros como Top Gun. Sin embargo, Ethan Hunt cambiaría para siempre la carrera del actor e impulsaría el cine de acción a lugares inimaginables. Misión: Imposible – Sentencia Final, parece ser el fin de una época que, seguramente, rápidamente empezaremos a extrañar.
En esta aventura final, Ethan Hunt debe enfrentarse a un enemigo invisible, que retoma de su última entrega. Una inteligencia artificial con el objetivo de dominar al mundo. Un enemigo que pudo ser más rico de lo que se mostró en pantalla, que tenía potencial. En esta entrega hay dos puntos débiles y uno de ellos es su villano. Otro punto donde la película tambalea es en un recurso que desentona con el formato mismo de la película. El abuso de inserts a sus películas anteriores. Se entiende que el director no quiere que nadie quede fuera de la película, pero hay momentos en donde las referencias se vuelven forzadas. Para aquellos que no siguen o nunca vieron ninguna película comprenderan mejor pero para los fans de la saga se vuelve algo demasiado explícito.
Aun así, hay que decir, que al comienzo de la película es un buen recurso ya que nos demuestra el camino recorrido no solo por el personaje de Ethan Hunt, sino por el actor Tom Cruise. Lo hemos visto escalar montañas, edificios, colgado de un avión en movimiento y saltar de los Alpes en motocicleta. Pero como si todo esto no fuera suficiente, ahora lo vemos bucear en aguas profundas y tambalear en avionetas de dudosa procedencia. Uno comprende que está llegando el truco final, que esta saga está por acabar y antes de ponernos melancólicos la acción irrumpe y parece no parar más.
|Te podría interesar: Crítica de ‘Pecadores’ (‘Sinners’), de Ryan Coogler con Michael B. Jordan
Algo a destacar es el equilibrio justo entre la acción, la comedia y el suspenso. Tenemos las escenas cuerpo a cuerpo y una edición que por momentos emociona. El equipo sabe que debe enfrentarse a la misión más difícil de su carrera, pero no por ello, imposible. El trabajo en grupo siempre fue un punto importante en la saga (más que nada a partir de la cuarta entrega). Aunque Ethan Hunt es el protagonista, también lo son sus compañeros de carretera, Destacando sin dudas a los ya clásicos Luther y Benji. Es ahí donde reside el corazón de esta saga y eso hasta logra que no olvidemos de los puntos débiles de la película y disfrutemos de ella durante casi 3 horas.
Volviendo al tema del villano, aunque no tenga una presencia tan potente si lo hacen las consecuencias que este trae. La manipulación de la verdad, los conflictos bélicos y la dependencia tecnológica son temas que trae a la mesa esta IA malvada que quiere dominar/exterminar a los humanos. Podría pasarse de largo dichas situaciones, sin embargo, son problemas actuales a los cuales hay que prestarle atención y la cinta lo sabe. Se entiende que no se haya desarrollado más, pero suma puntos el dejarlo en pantalla.
Podemos decir, sin dudas, que es un gran cierre para la mejor saga de acción de los últimos tiempos. Una aventura llena de acción, humor y nostalgia. Una propuesta que nos impulsa a seguir yendo a las salas a disfrutar de historias que serían imposibles en la vida real, pero que gracias a la magia del cine todo se puede hacer realidad.
Misión: Imposible – Sentencia Final llega a los cines de todo el mundo el 22 de mayo