La vida misma y sus circunstancias nunca parecen buena idea de ser filmadas y expuestas en un largometraje. Sin embargo, a todo el mundo le habrá pasado de vivir alguna experiencia «de película» o de conocer algo que sea digno de ser convertido en ficción. El cineasta chileno Roberto Doveris entiende esto a la perfección. En ‘Proyecto Fantasma’, la vida de un joven transcurre con normalidad, pero sus particularidades permiten que sea merecedor de tener su propia película.
‘Proyecto Fantasma’ (2022). Dirección y guion: Roberto Doveris. Fotografía: Patricio Alfaro. Edición: Sylvana Squicciarini. Música: Cristián Reinas. Intérpretes: Juan Cano, Violeta Castillo, Ingrid Isensee, Fernanda Toledo y Fernando Castillo, entre otros. Duración: 97 minutos. Nuestra opinión: Regular.
|Te podría interesar: CRÍTICA DE ‘CADEJO BLANCO’, DE JUSTIN LERNER (BAFICI 2022)
Pablo (Cano) es un fracasado actor con aspiraciones a formar parte de una película. Su vida es como la de cualquier otro ser humano. Tiene un trabajo que no lo estimula en lo absoluto, tiene problemas para llegar a fin de mes, aún está enamorado de su exnovio, entre otras cosas. Sin embargo, su último ‘roomie’ le da un giro de 180 grados a la vida de Pablo. Al irse del departamento, no solo le deja unas plantas y un perro, sino también un fantasma.
Es así como Pablo intentará buscarse alguna motivación en su vida. El personaje vagabundea con una motivación que no le es lo suficientemente fuerte, o no parece serlo. Se trata de una motivación que parece forzada para un personaje que intenta transmitir sentimientos que no forman parte de él. ‘Proyecto Fantasma’ se da el lujo de divagar en su protagonista y sus circunstancias que se olvida de la historia que en realidad debería contar.
Se trata de un largometraje sin rumbo. Cuyo desenlace (si es que hay) deja muchos cabos sueltos al no resolver ningún conflicto que proponía. El protagonista llega a lograr lo cometido, pero sin embargo, da la sensación de no haber logrado nada. El filme pareciera no terminar, no darle un punto final a una historia, sino mostrar un pedazo de ella y que el espectador se conforme con eso.