¡Finalmente llegó el día! Spider-man: No Way Home ya está disponible en la pantalla grande y, como Infinity War y Endgame, representó para los cines un evento multitudinario. La película viene generando expectativas desde su anuncio en la agenda marveliana. Pero, a medida que su tráiler se hacía esperar, cada vez más teorías se producían alrededor de la aparición o no de ciertos personajes.
‘Spider-man: No Way Home’ (2021). Dirección: Jon Watts. Guión: Chris McKenna y Eric Zommers. Fotografía: Mauro Fiore. Música: Michael Giacchino. Elenco: Tom Holland, Zendaya, Benedic Cumberbatch, Jacob Batalon, Jon Favreau y Jamie Foxx, entre otros. Duración: 148 minutos. Nuestra opinión: Muy buena.
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No Way Home es una obra cinematográfica propiamente dicha, tanto en el Universo Cinematográfico de Marvel como por fuera. Sobre Jon Watts, director, caía la enorme responsabilidad no solamente de hacer justicia a un personaje más que icónico, sino también la de honorificar al símbolo. Porque Spider-man es un símbolo y, como tal, representa algo, algo de cada uno. Todos tenemos algo de Spider-man, todos somos Spider-man en una medida, y Spider-man, en cierto grado, tiene algo de todos.
Se respeta mucho el eje motivacional de los villanos. Se retoma el hecho de que el Dr. Otto Octavius (Alfred Molina) no es un personaje naturalmente malvado, sino que el duelo y la tristeza de haber perdido tanto sus sueños como a su esposa, son hábilmente manipulados por la inteligencia artificial de los brazos que “controla”. Flint Marko (Thomas R. McMillen) delinca porque entiende que el crimen es el único camino para estar con su hija y que ella sea feliz.
Max Dillon (Jamie Foxx) es un paria menospreciado social y empresarialmente y en cuanto tiene el poder para hacer pagar a quienes lo ningunearon, lo desata. Incluso cuando Peter (Tom Holland) quiere transformar a los villanos, “curarlos” para que no lo sean más. El Lagarto (Rhys Ifans), que anteriormente había intentado transformar a la ciudad en lo que él creía era una mejor versión de ellos mismos, le anticipa que siempre hay consecuencias por intentar cambiar a las personas.
En esta oportunidad, la consecuencia inmediata fue el alter ego de Norman Osborn, el Duende Verde. Quien desacuerda con Peter arguyendo que no es una enfermedad lo que ellos poseen; es un don. Y en este punto es importante mencionar la escalofriante actuación de Willem Dafoe como el Duende Verde. Los personajes esquizofrénicos y bipolares siempre son interesantes para la audiencia y un desafío para el actor (como sucede en Fragmentado y la actuación de James McAvoy). Pero en esta oportunidad, el intérprete no hizo más que lucirse.
Spider-man: No Way Home es todo lo que quería el fanático, todo lo que aspiraba ir a ver. Se destaca ampliamente, como primer elemento a resaltar, la intertextualidad de la película. ¡Porque sí, lectores, se hace referencia a entregas previas y de qué manera! Creo que parte de la epicidad a la que apuntó y que prometió No Way Home, encuentra su concretación en el casting. Tenemos a Willem Dafoe como el Duende Verde, Alfred Molina como el Doc Ock, Thomas R. McMillen como el Hombre de Arena, Jamie Foxx como Electro y Rhys Ifans como el Lagarto.
A medida que estos villanos atraviesan la niebla mágica del cine y van mostrando su verdadera cara, el público festeja y celebra de una manera que me gustaría asemejar a un gol en una final del mundo en el último minuto pero sé que no puedo. Porque es diferente, es algo más. El público es la razón principal por la que vale altamente la pena verla en el cine, junto a gente que se maraville con vos al mismo tiempo, del mismo modo. Por reconocer que están presenciando un hecho histórico en el recorrido de Spider-man por la pantalla grande.
La manera en la que Tobey Maguire y Andrew Garfield son introducidos a la película es inherentemente acompañada por los suspiros de la audiencia. ¡Nuevamente Marvel lo hizo! Lo mejor del MCU es la mesura con la que gradúa la información. Es así como en el momento más oscuro de nuestro protagonista, mientras transita el duelo y la ira por haber perdido a lo más cercano que tuvo como una madre, Peter Parker (Tom Holland) tiene el triple encuentro más ansiado por el fandom. Los tres perdieron a alguien, los tres “tocaron fondo”, todos cargando con las consecuencias intrínsecas de ser el Hombre Araña: el no haber llegado a tiempo a rescatar a un ser querido (ser querido que en primer lugar estaba envuelto en la tragedia debido a ellos), la sed de asesinato como idea de “justicia”, el haber cumplido esa venganza…
Todas facetas con las que no solamente lidia Peter Parker: son situaciones con las que lidia el hombre común, el chico de 16, de 20, 24 años… ¿Nunca sentiste que pudiste haber hecho más? “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad” sentenció Marisa Tomei interpretando a la tía May antes de perder la vida en los brazos de nuestro protagonista y nuevamente Marvel nos brinda una intertextualidad en forma de diálogos. No hay actuación en toda la película que resulte poco fehaciente, todas son satisfactorias. Pero las interpretaciones en primer lugar de Andrew Garfield y en segundo de Tom Holland se llevan por distancia el corazón de la audiencia.
Resulta destacable en este punto hacer mención a escenas en donde se puede ver la particularidad, la impronta, el sello que cada actor proveyó a su Spider-man. Como la de aquel triple aterrizaje simultáneo en la que de pronto, el espectador identifica que cada arácnido tiene su propia postura al caer, todas símiles a las de los cómics y series del pasado. De este encuentro se desprenden muchas escenas cómicas y que para el fanático resultan un banquete. Como lo es por ejemplo que el Spider-man de Tobey Maguire haga las veces de mentor para los tres.
Él es el que le replica al Spider-man de Andrew Garfield lo grandioso que es y que él debe creerse que es asombroso para serlo. Y es él el que detiene al Peter Parker de Tom Holland cuando intenta terminar con la vida del Duende Verde, asesino de su tía y responsable de dejar al chico aún más huérfano de lo que ya era.
Los personajes secundarios —como Dr. Strange (Benedict Cumberbatch), Ned (Jacob Batalon) y MJ (Zendaya Maree Stoermer Coleman)— aportan significativamente a la trama. Es importante y real la relación del Peter Parker de Tom Holland con MJ. Es creíble y, cuando al final, se tienen que separar, duele. Por supuesto, se maneja un humor plausible, propio de una película de Marvel. Las escenas de acción son de categoría: las peleas se entienden y el uso de efectos especiales y CGI no es abusivo.
Se retoman arcos de redención. Como el del Spider-man de Andrew Garfield, incapaz de atrapar a Gwen Stacy (Emma Stone) en su universo, que de pronto tiene la oportunidad de al menos salvar a MJ en este mundo. Habla de cierta “interdisciplina” entre películas si se quiere, y de un buen trabajo de archivo y de consciencia de personajes. Claramente el equipo de redacción estaba al tanto de la profundidad con la que se había dejado a la versión de Andrew en The Amazing Spider-man 2 tras el fallecimiento de su novia y del padre de ésta.
El trasfondo de los villanos es tan terrenal que de pronto es agradable que provisoriamente interactúen entre sí y con el Peter protagonista en un departamento. Tiene sentido, es coherente, cierra; es la naturaleza de los villanos de Spider-man. Que no son malos porque sí y están incluso (aunque temporalmente) dispuestos a que Peter los ayude para volver a sus universos.
Spider-man: No Way Home es una película cerrada, autónoma, en el sentido de que no es tan importante lo inmersa que está en el MCU. Lo verdaderamente prioritario es que es una aventura de Spider-man(s). No sería un disparo arriesgado afirmar que es lo mejor que ha habido del MCU hasta el día de hoy, sobre todo después de la pandemia, y desde que Endgame en las carteleras ocasionó una peregrinación demográfica a los cines.
La verdad es que es imposible dejar afuera la aparición de un personaje cuya introducción resultó casi tan vertiginosa para el público como la de los otros dos superhéroes arácnidos: finalmente, tenemos a Matt Murdock (Charlie Cox) en el MCU. Pero si hay algo que resultó aún más desestabilizante para todos (¡inclusive para el propio MCU!), es el final. Después del pedazo de obra que nos dejó Marvel, seguimos saliendo de la sala con la idea de que lo mejor está por venir.