Otro viernes de estreno para Netflix. Otra vez usada la bien conocida formula. Otro traspié. Spiderhead, del mismo director que hace pocas semanas estrenó una de las mejores películas del año (Top Gun), entra en el circulo vicioso de la plataforma. Ósea, una historia con una propuesta inicialmente interesante, con un actor que vende muchas entradas, un soundtrack lleno de canciones de los 70s y 80s, unos decorados futuristas y, sobre todas las cosas, un film que se vuelve torpemente explicito para que nadie se quede afuera.
Spiderhead (2022). Dirección: Joseph Kosinski. Elenco: Chris Hemsworth, Miles Teller, Jurnee Smollett, BeBe Bettencourt, Tess Haubrich y Mark Paguio. Guion: Rhett Reese y Paul Wernick. Fotografía: Claudio Miranda. Edición: Stephen Mirrione. Música: Joseph Trapanese. Duración: 106 minutos. Nuestra opinión: Regular.
Basada en el relato Escape from Spiderhead, de George Saunders, publicado en el 2010 en la revista The New Yorker, Spiderhead presenta una prisión en la que los reclusos se someten a experimentos clínicos de manera voluntaria. Este recinto, que parece ser un lugar privilegiado para los presos (tienen cuartos individuales, buenas comidas e incluso torneos de ping-pong), está bajo el mando de Steve Abnesti (Chris Hemsworth), un genio incomprendido que quiere conseguir la droga del amor para así acabar con maldad en el mundo. Los comportamientos y las respuestas de los reclusos ante lo inyectado puede llevarlos a ver belleza en los horrendo, tener atracción sexual ante cualquier persona o un insoportable dolor corporal. Miles Teller interpreta a Jeff, un chico que carga con la culpa de un accidente automovilístico. Eso lo llevará a ser uno de los voluntarios de más fácil acceso para Steve.
El principal problema de Spiderhead es que en su afán de tener una premisa lo suficientemente interesante y lo suficientemente comprensible para la audiencia, pierde su propósito de ser. Por un momento es un drama sobre personajes que buscan redención. Por otro lado, se intuye como una historia de sobre corporaciones que quieren el control de la sociedad (recuerda mucho a Maniac, también de Netflix). Y por otro lado queda en una cinta de humor negro con preguntas existenciales. Quiere ser todo y termina en nada. La película cuenta con una buena presentación de personajes y un interesante desarrollo, pero para el tercer acto directamente no se entiende a donde quiere llegar. En cuestión de minutos el film quiere explicar todo de una manera tan explicita que no quedan lugares para los conflictos. Ningún personaje crece, mucho menos consiguen ese perdón tan anhelado.
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Cabe destacar la actuación de Chris Hemsworth quien no es la primera vez que lo vemos en un papel cómico. Le queda bien el rol de psicópata carismático. Podría llegar a ser un buen Patrick Bateman. Lastima que (para su carrera) no se le dé por elegir buenos papeles. En conclusión, Spiderhead se convierte en otro de los proyectos de Netflix que queda en el casillero de buenos trailers.