Crítica de ‘Escondidas’, cortometraje de Melina Buenaga

Publicado el October 31, 2023 por Leandro A. Cuellar
Cine

‘Escondidas’, el cortometraje de Melina Buenaga que se encuentra en Cine.ar Play mezcla el terror con la inocencia de la niñez.

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Crítica de ‘Escondidas’, cortometraje de Melina Buenaga

Es cierto que en el cine clásico, los créditos cobraban una mayor importancia, sugerían o daban ciertos atisbos de lo que sucedería en el filme. Es muy conocido el ejemplo proveniente de Saul Bass con los créditos que realizaba al maestro del suspense Alfred Hitchcock.

En el caso del cortometraje Escondidas (2021), escrito y dirigido por Melina Buenaga, la música de Marco Nava en los créditos nos advierte que la historia girará en torno al suspenso y al terror. Aquí, podemos analizar la importancia de la banda sonora de un filme, ya que si las escenas tuvieran una música armoniosa o pacífica, un «Nutcracker» de Tchaikovsky, por ejemplo, cambiaría por completo el propósito del filme. Al fin y al cabo, la música con un piano característico bien elegido por la directora y compuesto por Marco Nava predice el género de este cortometraje.

La primera escena hace alusión al título del cortometraje, Juan (Roman Altholz) contando en un árbol, jugando a las escondidas con su amiga Lucía (Paulina Altholz), que lo desafía a que la encuentre: «Punto y coma, el que no se escondió, se embroma», dice Juan al terminar de contar.

Ahora bien, aparece el título, en ese momento, «Escondidas», en color rojo (como la remera de Juan, un color no casual que advierte un peligro inminente) y de nuevo la música aterradora se hace presente para volver a decirnos que lo que viene pertenece al terreno de lo terrorífico o de lo sobrenatural. En este punto, la directora se inspira en el comienzo de Funny Games (1997/ remake: 2007) del aclamado director Michael Haneke, que recordamos que en la primera escena suena una pacífica música de ópera que se ve interrumpida por el título del filme en rojo en simultaneidad con música metal de la banda Naked City (que suena tanto en la original como en la remake).

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Pareciera que Juan al terminar de contar, el juego inicia, pero es un juego peligroso. El chico comienza a buscar a Lucía, y el terror aparece. Una imagen fantasmagórica, deformada de la niña, es reflejada ante la vista de Juan en pocos microsegundos. Prima facie, no sabemos si se trata de un miedo o trauma de Juan o la existencia de un ser no humano ni animal, una criatura del orden de lo sobrenatural. Como decía el filósofo Ludwig Wittgenstein: «sólo lo sobrenatural puede expresar lo sobrenatural». De ahí reside nuestra imposibilidad lógica de entender aquello que está más allá de lo humano o del lenguaje, es decir, de lo indecible.

Ha sido una buena idea, por parte de Melina Buenaga, filmar en el bosque. El bosque se vuelve un lugar donde lo ilícito está presente: los árboles gigantes, los troncos marrones oscuros, y un movimiento de cámara tilt up que genera dramatismo y vértigo en el espectador. En otras palabras, el ambiente es propicio para que elementos de la índole de lo maldito puedan ocurrir. Ahora bien, Juan incansablemente busca a Lucía. En este punto del filme, podemos preguntarnos: ¿Existe Lucía o es una simple ilusión de Juan? ¿Es Lucía un ser sobrenatural? ¿Lucía existe y la han secuestrado? ¿O se ha transformado para no ser encontrada por Juan y no perder el juego?

Se observa que Juan ingresa a una casa a buscar a su amiga. Como espectador, tal vez, sentimos que no es recomendable que entre en una casona desconocida. Sin embargo, lo hace. El valiente niño sube unas escaleras y ve por la ventana un ser que se parece a Lucía, él mismo la reconoce como Lucía. ¿Acaso la criatura tomó forma de Lucía o es verdaderamente Lucía jugando a las escondidas? En principio, en una elipsis, se logra ver que Lucía o el ente que sea, camina casi arrastrándose como un animal, lo que no nos acerca a pensar que se trata de una persona, por más que Juan haya visto o creído ver a su amiga.

De repente, como espectadores, asistimos a la nada absoluta, a la oscuridad en coexistencia con la agitación acelerada de Juan, que se ha encerrado en un armario al escuchar un ruido. Aparece la siniestra oscuridad. Pero, el niño sale de esa habitación y baja las escaleras para observar algo que lo cambiará para siempre.

El final es interesante. Consideramos que el final abierto deja preguntas para el espectador: ¿Qué pasará con Juan? ¿Qué es lo que ve Juan que lo confronta con la peligrosidad del mundo adulto? ¿Qué se aproxima a Juan? Vale destacar el trabajo actoral de los niños Roman y Paulina Altholz, y de la directora que supo trabajar con ellos en este proceso creativo.

La última frase del cortometraje: «¿Quién anda ahí?», es proferida por un personaje que no vimos nunca y cabe al espectador imaginar. El espectador se encontrará con un crimen. ¿Quién jugaba a las escondidas? Recordemos que la parte esencial para ganar las escondidas es descubrir en dónde está ese otro. ¿Perderá Juan su vida por un juego que se ha vuelto siniestro? Sigmund Freud explica que hay tres factores propios de la angustia infantil: (I) la soledad, (II) el silencio y (III) la oscuridad. ¿No es acaso este cortometraje una metáfora de una angustia traumática de Juan?

La directora deja el final en manos de la imaginación del espectador.

FICHA TÉCNICA

Escondidas (2021). Dirección y guion: Melina Buenaga. Fotografía: Tito Coletes, Ariel Jorge. Música: Marco Nava. Montaje: Arianna Tafa. Elenco: Roman Altholz. Duración: 6 minutos. Disponible en Cine.ar Play.