Todos lo sabemos. Es extremadamente difícil separar la vida profesional de la personal. Cuando el trabajo ocupa la mayor parte del día a día de las personas, resulta muy posible que se genere una mezcla. Cuando no se distingue entre lo profesional y lo personal, allí está el problema. Es esta relación uno de los tópicos que explora la película Fair Play, de la prometedora Chloe Domont. Estrenada en el Festival de Sundance y adquirida por Netflix, se convirtió rápidamente en uno de los caballos de batalla de los últimos estrenos.
Posiblemente vendido como un relato erótico, Fair Play se deja llevar en una narrativa que se permite tocar una infinidad de temas, criticas y hechos que suceden en el día a día en cada ambiente laboral. El mayor logro de la película es esta capacidad que logra Chloe Domont de no estancarse tanto en un género como en un estilo, ni de caer en lugares comunes.
Al mismo estilo que varias películas que tocan el mismo tema general, Fair Play deja la pregunta al espectador: ¿Quién está en lo correcto y quién está equivocado? La película se centra en Emily y Luke, dos adultos que mantienen tanto una relación secreta como puestos de trabajo. Ambos son analistas de mercado y de riesgo en una respetable firma de Wall Street en Nueva York. Su rutina de vida es tan minuciosa como lo exige su ocupación. Aparentemente, la relación entre los protagonistas está en su apogeo: labores fijos y un casamiento que organizar.
Sin embargo, la vida de Emily y Luke da un giro de 180 grados cuando entra en juego un ascenso en el trabajo. Tras asumir y festejar por sus nuevas tareas, Luke no sabe cómo reaccionar cuando el nuevo puesto le es entregado a su pareja, Emily, y no a él. Es aquí donde comienza realmente la narrativa de esta relación protagonista, repleta de celos, envidia, pasión, recelo y, principalmente, competitividad. Fair Play es un drama hecho y derecho que, a través de las finanzas, esconde una trama sobre las relaciones entre personas, tanto profesionales como personales.
|Te podría interesar: CRÍTICA DE ‘PRISCILLA’, DE SOFIA COPPOLA CON CAILEE SPAENY Y JACOB ELORDI (NYFF61)
A lo largo de toda su duración, la película demostrará fricciones e incompatibilidades fundamentadas en millones de emociones que los personajes casi nunca pueden expresar, hasta que explotan. Fair Play critica y se permite explorar conceptos e ideas de la psicología en cuanto a las relaciones interpersonales. El largometraje pone en juego tópicos que ayudan a comprender el relato principal: el lugar de las mujeres en ambientes históricamente dominados por hombres ¿Fue el ascenso de Emily merecido o solo un aspecto de la suerte?
El punto fuerte de la película de Chloe Domont reposa en su capacidad para narrar una historia centrada en personajes expuestos a entornos sumamente competitivos y estresantes. Partiendo de esa base, cuenta un relato sobre la posición de las mujeres en el ámbito profesional. A través de una lectura de ambos protagonistas, se deja en claro que la visión del filme puede ser neutral en muchos aspectos, pero denuncia el funcionamiento general de la vida en la oficina.

FICHA TÉCNICA
Fair Play (2023). Dirección y Guion: Chloe Domont. Fotografía: Menno Mans. Música: Brian McComber. Elenco: Phoebe Dynevor, Alden Ehrenreich, Eddie Marsan, Rich Sommer, Sebastian De Souza, entre otros. Duración: 113 minutos. Disponible en Netflix.