Martín Rejtman filma pocos largometrajes. En promedio, sus proyectos son cada 5 a 8 años. Es por eso que ver una de sus películas es más que especial. Es todo un evento, y para aquellos que de vez en cuando nos provoca vivir dentro de sus historias, una fascinación total. Hace casí 30 años, Rejtman con Rapado (1992) señaló el camino que debía tomar el cine (por lo menos el argentino). Hoy, con tanto streaming y algoritmo, es cuando más que nunca hay que ver a donde señala el director de Silvia Prieto, Los guantes mágicos, Dos disparos y ahora, La práctica.
Gustavo (Esteban Bigliardi) es un instructor de yoga que vive en Chile que se encuentra atravesando un momento complicado. Se está divorciando de su esposa con la que comparte la misma profesión, su cuerpo le manda constantemente señales de fatiga hasta que se lesiona la rodilla, entre otras cosas. Con este cúmulo de cosas, Gustavo deberá buscar un nuevo lugar donde quedarse, conocer nuevas personas, superar la leve depresión que le diagnosticaron, soportar a su madre y hacer lo posible para retormar la práctica del yoga.
La Práctica cuenta con todos los elementos ya bien conocidos de las películas de Martín Rejtman. Los personajes van de aquí para allá y sin mucha explicación o contexto se les presentan fascinantes situaciones. La cinta inicia con un accidente producto a un temblor que deja a una de estudiante alemana de Gustavo con amnesia. Sin embargo, esta vez el director agrega una capa más emocional a sus historias. Está presente la idea de la evolución de una persona y el paso del tiempo. Gustavo naturalmente ya es un hombre que es más propenso a lesiones. Mientras que Matías (Giordano Rossi), por ejemplo, podría ser un personaje sacado directamente de Rapado, nuestro protagonista ya tiene otros intereses y se debe ir acomodando a lo que va pasando.
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Aunque no quiera admitirlo y parezca no importarle, Gustavo empieza a preguntarse cuál es su lugar en el mundo. Por eso pareciera ser que La práctica es en efecto una película de prácticas. A partir del inminente divorcio, nuestro protagonista empieza a tomar más las riendas de su vida. Esto no quiere decir que no vaya a fallar. Va a reincidir en su lesión, terminará de dañar un calefó y literalmente caerá más de una vez en un hueco. Rejtman se da el lujo de volver a las bases con muchos gags fisicos. E incluso, en una escena juega con un elementos de ciencia ficción.
¿Qué pasará en la cabeza de Rejtman cuando escribe esta películas? Eso lo tendrá que explicar él, pero en La práctica debe haber un aspecto autoconsciente. Especificamente uno pensaria en un tema de edad y expectativas en la vida, pero también debe haber algo de ser argentino en el extranjero y la decisión de vivir afuera. Lo cual es otro acierto en está película. Una historia a los Rejtman puede ser filmada en cualquier lugar.
Volviendo a lo planteado en el primer parrafo, hay un valor muy grande dentro del cine de Rejtman. Ver sus películas generalmente producen en el espectador un: «¡¿Eso se puede hacer?!», acompañado de una sonrisa. Algo que es muy díficil de ver y de hacer. Realmente valioso que no se puede perder.

Nuestra puntuación
4.0 out of 5.0 starsFICHA TÉCNICA
La práctica (The Practice, 2023). Dirección: Martín Rejtman. Guion: Martín Rejtman. Elenco: Esteban Bigliardi, Mirta Busnelli, Manuela Oyarzún, Camila Hirane, Gabriel Cañas, Amparo Noguera, Catalina Saavedra, Víctor Montero, Giordano Rossi, María Siebald, Elvis Fuentes, Mariana Muñoz, Giannina Fruttero, Celine Wempe, Sérgio de Brito. Fotografía: Hugo Azevedo. Edición: Federico Rotstein. Música: Santiago Motorizado. Duración: 98 minutos. Nuestra opinión: Muy buena.
Esta película forma parte de nuestra cobertura al Festival de Cine de Nueva York 61