La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona, logra con prodigiosa habilidad en las dos horas y media que dura, reconstruir la Tragedia de los Andes, en la que dieciséis personas sobrevivieron setenta y dos días en la Cordillera de los Andes luego que el avión en que viajaban se estrellara allí. Sufriendo el frío extremo, avalanchas de nieve, enfermedades, hambre… y sí, teniendo que alimentarse del cuerpo de sus compañeros fallecidos.
Ante una historia de semejante humanidad, donde se bucea en los límites morales, el anhelo de sobrevivir, la amistad, el amor, la locura, la fe, la fortaleza y el sentido de la existencia, Bayona acierta al concentrarse en lo humano no desde lo individual, sino desde lo colectivo. Elige no tener un personaje central (aun cuando el film sí tiene un narrador en off durante todo el relato). Pone el foco mayoritariamente en la sociedad de la nieve del título como grupo; dándoles a cada uno su momento de protagonismo, de darle profundidad a su historia personal.
En esa decisión de ser colectiva, la película encuentra una gran facilidad para transmitir al espectador la angustia y la crudeza de cada día de supervivencia que atraviesa el grupo. De cada nuevo imprevisto y calamidad que enfrentan, que nos hace constantemente preguntarnos: “¿qué más puede pasarles?”. Pero Bayona también nos concede pequeños momentos de luminosidad y esperanza en diálogos donde se ven los vínculos de amistad del grupo. El anhelo de reír aun cuando se está transitando la tragedia, el ansía de vida entre tanta oscuridad. Al hacer esto, saca a sus personajes de la postura que los volvía instrumentos del drama a contar y los enriquece, los vuelve tridimensionales, y les da verdad.
Habiendo logrado que nos interesen sus personajes, Bayona se dedica luego a contar los eventos. Y no escatima en la cruel honestidad de la tragedia que recrea. La muestra sin tapujos, con todo su dramatismo desgarrador. Pero a la vez -y he ahí la virtud- logrando esquivar el morbo que resultaba tan tentador y fácil en la Tragedia de los Andes. El canibalismo está, pero Bayona no lo vuelve el fetiche del relato. Lo absorbe y naturaliza como una circunstancia más que los sobrevivientes deben atravesar.
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La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona, se vuelve maravillosa en cómo conjuga -a la mejor manera del cine de Spielberg- la importancia de los personajes con la importancia del espectáculo cinematográfico. En ese sentido, resulta destacable la fiereza de la secuencia donde el avión se estrella. Allí Bayona se luce en recursos y en espectacularidad, creando unos minutos que respiran el show-cinema de su Jurassic World: Fallen Kingdom pero, sobre todo, de su Lo imposible. Angustia, abruma, y shockea. Y haciéndolo, logra una de sus películas más importantes de su carrera.

FICHA TÉCNICA
La sociedad de la nieve (2023). Dirección: Juan Antonio Bayona. Guion: Juan Antonio Bayona, Bernat Vilaplana, Jaime Marques, Nicolás Casariego. Elenco: Enzo Vogrincic, Agustín Pardella, Matías Recalt, Esteban Bigliardi, Diego Vegezzi. Fotografía: Pedro Luque Briozzo. Edición: Jaume Martí, Andrés Gil. Música: Michael Giacchino. Duración: 144 minutos. Nuestra opinión: Muy buena.
Esta crítica forma parte de nuestra cobertura del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata 38