Una huella en la tierra es un segundo de existencia. Cuando el pie se aparta de la superficie, lo que quedó grabado en el suelo se aliena de su propietario original. Deviene hueco para que otros lo pisen e impriman su propia marca en lo mil veces definido. Y el proceso se vuelve a repetir cuál eco imparable. De la misma forma lo explica la semiótica y el cine de Andrés Di Tella, que persigue las huellas de los materiales con los que trabaja y las rellena con su propia experiencia de vida. En Mixtape la Pampa, recorremos su última creación, un ensayo documental sobre la vida del escritor y naturalista Guillermo Enrique Hudson.
Hudson vivió en la Pampa y luego en Inglaterra. Escribió novelas, cuentos, ensayos científicos y poesía, y fue un destacadísimo ornitólogo. Declaró que su vida terminó cuando dejo las Pampas, y las añoró hasta el último respiro. En sus contemplaciones, poseedoras de una riqueza tal que solo puede tratar el cine de ensayo, Di Tella encuentra huellas que redefine para reflexionar sobre él mismo, el territorio de la Pampa y la Argentina de ayer y hoy.
La huella infinita
Como Hudson, el director también entiende de desapropiaciones del gentilicio. Él pasó su infancia en Inglaterra y volvió a Argentina al término de la dictadura militar. Ya regresado, su amigo Javier le confecciona un mixtape de rock nacional de los años 70 y 80, para que se empape de todo lo que sucedió en su ausencia. Mixtape La Pampa tiene la misma intención. Utilizando, como siempre, los más variados materiales de archivo, Di Tella monta un compilado de piezas documentales que espabila al espectador para que abra los ojos e indague en los entresijos del presente. Esto abarca repensar nuestra relación con la naturaleza, con el campo, con la política, con la historia, y una variedad de otros temas.
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El montaje y el sonido establecen vínculos que se ramifican entre sí, permitiendo que cada tema se nutra de todos los otros. Al final, se trata de dos historias de vida, la de Hudson y la de Andrés, que se definen en el borramiento de los límites. En otras palabras, dejan de lado cualquier intento de asfixiar con rigurosidad una idea acabada. La vida del director es también la del naturalista, la del ave que canta, la de las Abuelas de Plaza de Mayo y la del mixtape de Javier. En ese sentido, una crítica de Mixtape La Pampa puede señalar algunos puntapiés, pero nunca llegar al centro de la creación. Probablemente, porque en la realidad tampoco hay centro y la vida es un rompecabezas de todas las cosas con las que tuvimos contacto desde nuestro nacimiento hasta ahora.

Para nuestros cuerpos esa verdad no es tangible, pero sí lo es para el cine, y Andrés lo entendió una vez más. Así como la multiplicidad de sentidos abunda en la producción, también lo hace en la recepción. Ver Mixtape La Pampa puede suscitarlo todo. La añoranza por la naturaleza que estamos dejando atrás, el aplauso porque el documental nos habla sobre el inquietante presente en el que vivimos, la admiración por el trabajo de Hudson o la curiosidad por la manera en la que Di Tella confecciona las asociaciones entre material y material. Todas las huellas son válidas.
FICHA TÉCNICA
Mixtape La Pampa (2023). Dirección: Andrés Di Tella. Fotografía: Darío Schvarzstein. Edición: Valeria Racioppi. Música: José Manuel Gatica. Duración: 104 minutos. Nuestra opinión: Muy buena.
Esta crítica forma parte de nuestra cobertura del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata 38