En muchas películas que hibridan terror y religión, el aspecto teológico se examina solo de manera superficial. Los directores sacan pecho de sus sectas, rituales, demonios y conjuros, pero nunca los despliegan en toda su teoría. Mucho menos parecen estar interesados en investigar acerca de la historicidad factual de dichos elementos. Solo les importa su potencial estético, aquel que acompaña el jumpscare sin ningún tipo de motivación interna. Contrario a lo que ellos creen, cualquier componente religioso contiene aristas de sobra para valerse por sí mismo. La nueva película de Cary Solomon y Chuck Konzelman comprende la utilidad del contenido a la perfección, y construye una historia que se propone generar reflexiones angustiosas antes que un mero susto.
En Nefarious, nos adentramos en una cárcel para escuchar la conversación entre un asesino en serie y un psiquiatra. El doctor James Martin se propone realizar un análisis psicológico del prisionero que lo ayude a decidir si debe afrontar la pena de muerte o continuar cumpliendo con su condena terrenal. Apenas comienza la sesión, el convicto le hace saber a Martin que estará dialogando con un demonio atrapado en un cuerpo humano. Y, para peor, el psiquiatra no se lo toma en serio.
Un saber más antiguo que la vida
El debate entre el imputado y el analista atraviesa la pantalla e incluye al espectador como un conversador más. No solo plantea interesantes puntapiés para analizar el estancamiento del cine de género, sino que además incorpora cuestionamientos de carácter existencial. Al principio, creemos que estamos por presenciar la típica conversación poco realista en la que una persona normal puede burlar a un demonio. Por suerte, Nefarious no tarda en ironizar acerca de lo absurda que resulta esa imposible superioridad.
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Mejor aún, configura al mal como un estado de las cosas que, al existir desde el principio de los tiempos, es profundamente conocedor del ser humano y sus manías. También lo sabe todo sobre la evolución del sentido moral a lo largo de las décadas, y por eso se burla constantemente de la seguridad con la que el doctor Martin defiende sus ideales. Con argumentos sólidos, el demonio derriba cada una de sus concepciones sobre el bien del mundo, y lo arrincona contra la verdad que muchos pretenden no ver: el humano es el ser más perverso de la creación.
Por fin, veracidad
La película de Cary Solomon y Chuck Konzelman es un ejemplo de como sería el cine de terror contemporáneo si intentase emparentarse con la realidad objetiva. Sí, es divertido ver como los Warren vencen a entes paranormales que podrían aniquilarlos en cuestión de segundos. Sí, disfrutamos que Daniel Kaluuya y Keke Palmer derroten a una nave alienígena por notar que su debilidad está en no mirarla a los ojos ¿Y después qué?
La ficción excesivamente fantasiosa queda limitada a sí misma. Un cineasta que quiera que el público piense en su película antes de irse a dormir, jamás debería subestimar al mal, menos si este se encuentra encarnado por un demonio. Como bien dice el que protagoniza Nefarious, es meterse a una batalla sin saber que había que pelear y, por eso mismo, perder.
FICHA TÉCNICA
Nefarious (2023)
Dirección y guion: Cary Solomon y Chuck Konzelman.
Elenco principal: Sean Patrick Flanery, Jordan Belfi, Tom Ohmer, Glenn Beck.
Duración: 97 minutos.
Nuestra opinión: Excelente.