Suena una música imponente, la cámara registra en blanco y negro a un cuadrilátero elevado e iluminado en el centro de un salón vacío. De repente aparece en una transición encadenada el rostro de un hombre que dibuja las expresiones más agresivas. Semejante orquesta atemorizante de brutalidad logra predisponernos al ambiente despiadado de la lucha libre. Al menos, así lo plantean los primeros minutos de The Iron Claw, el metraje en los que Jack, el luchador alza su mano y con sus dedos asemeja a una ‘garra de hierro’ y la clava en su contrincante, dando por finalizado el combate.
Pronto descubrimos que Fritz (Holt McCallany) es un padre de familia a quien le sostiene el lema ‘Para ganar, hay que ser el más rudo, el más fuerte, el más exitoso de todos, el mejor de todos’. Así lo predica a sus hijos y a su esposa para poder afrontar el infierno que pasaron, como lo aclara él. Sin embargo, sus hijos descubrirán que ese lema no era más que el infierno mismo en vida.
Años después nos mudamos ya en color a Dallas, Texas. Nos ubicamos en el rancho de la familia Von Erich. El encuadre revela a un musculoso Zac Efron que interpreta a Kevin Von Erich, uno de los hijos de Fritz, y nos comienza a relatar que, ‘desde que era chico se decía que su familia estaba maldita, pero con sus hermanos nunca hablaron del tema, creían que su madre los protegía con Dios y su padre con la lucha libre’. Pero lamentablemente esto no fue suficiente para impedir todas las desgracias desgarradoras a las que se enfrentaron los hermanos Kevin Von Erich (Zac Efron), David Von Erich (Harris Dickinson), Kerry Von Erich (Jeremy Allen White) y Mike Von Erich (Stanley Simons).
La historia de los hermanos Von Erich
Puede que no sepamos mucho del mundo sobre la lucha profesional, lo que sí podemos llegar a conocer es que es un deporte de mucho entretenimiento dentro y fuera del ring. Los contrincantes se apoderan de un personaje que marca su carácter distintivo. Erigen un cuerpo voluptuoso que será su armadura de combate y, los buenos enfrentamientos son generados a través de rivalidades que no son más que ficciones orquestadas. En los años 80 y 90 este deporte imperaba en las pantallas de EE. UU. Simbolizaba unos de los deportes más accesibles al sueño americano, al punto de que muchos combatientes pasaron a ser un engranaje de la cultura popular.
El director plasma ese mundo a través de una excelente puesta de escena, ritmo, y ambientación precisa de época. Pero decide narrar la otra cara de la moneda y nos introduce a un desgarrador relato que atravesó el historial de la lucha libre en Estados Unidos. En la fábula de los hermanos Von Erich el cuadrilátero de lucha no era sólo en las competencias y campeonatos, era el día a día en ese rancho de Texas comandado por un padre severo y abusivo. Estaban bajo las garras opresoras de Fritz, un padre capaz de hacer un ranking de hijos preferidos de acuerdo a su desempeño en la lucha libre. También se encontraban bajo la indiferencia de una madre sumisa, donde su única fuerza estaba en la oración a Dios.
Así es como en The Iron Claw, Durkin decide utilizar el ring para elaborar un manifiesto sobre la masculinidad tóxica, el abuso emocional y la culpabilidad. El director logra conmovernos profundamente con la tragedia de los hermanos Von Erich que irán abandonando el juego de la vida uno por uno, hasta que quede solo Kevin, interpretado por Zac Efron. Acá el actor nos concede una de las mejores interpretaciones de su carrera. Las fibras de su cuerpo formidable sostienen en contraste a una personalidad dulce, cándida e ingenua, pero que al final tiene que vestir una máscara invisible de macho inquebrantable por más adversidad que aplaste. Sin embargo, poco a poco el amor por sus hermanos le dará la fuerza suficiente para deshacerse del mandato de su padre y poder librarse de todo el dolor acumulado.

Acrobacias fraternales
Otro de los puntos fuertes de la película es el retrato de las luchas en el ring no como instrumentos de entretenimiento sino como conexión profunda entre hermanos. Cuando los hermanos Kevin, David y Kerry comienzan a luchar en Tag, Durkin utiliza el cuadrilátero para retratar paradójicamente el amor y la unión que había entre ellos. Los hermanos danzaban con acrobacias al unísono logrando una armonía imponente que los hacía invencibles ante cualquier amenaza, incluso la de su propio padre. Las luchas están coreografiadas magistralmente por Chavo Guerrero, un luchador profesional mexicano-estadounidense.
|Te podría interesar: ‘AMERICAN FICTION’, UNA PELÍCULA EN CONTRA DEL SISTEMA – CRÍTICA
El poder terapéutico del cine
Cuando Durkin comenzó con este proyecto, Kevin Von Erich le requirió al director que para poder retratar a su familia no se olvide de que el mito de los Von Erich era la lucha libre, pero que el cuento verdadero era el amor incondicional que tuvieron los hermanos entre ellos. Así es como la película mantiene esa sensibilidad notable y logra entregar una de las escenas más enternecedoras y emotivas.
Cuando Kerry muere, el director retrata ‘el más allá’ donde de repente se encuentra en una canoa sobre un río que lo lleva a tierra firme y bajo un sol emotivo y el grito de emoción, finalmente se encuentra con los hermanos que se funden en un abrazo consolador y reconfortante, y nosotros con ellos. No hay quien quede inmune ante tanta sabiduría y gracia en ese plano, donde resume el poder del cine como una fuente de fantasía que nos permite sanar.
‘Tonight, I walk with my brothers’.

Nuestras conclusiones sobre The Iron Claw
The Iron Claw es una gran película en la que habita la historia desgarradora de unos hermanos de carne y hueso que, a pesar del cúmulo de tragedias perpetradas por el abuso de su padre y la sumisión de su madre, había un amor invicto de hermanos que vivirá por siempre en el ring de la vida terrenal y en cielo.
¿Donde se puede ver The Iron Claw?
Lamentablemente, todavía la película no tiene fecha para su estreno en Latinoamérica.
FICHA TÉCNICA
- The Iron Claw (2023)
- Dirección: Sean Durkin
- Guion: Sean Durkin
- Elenco: Zac Efron, Jeremy Allen White, Harris Dickinson, Stanley Simons, Maura Tierney, Holt McCallany, Lily James.
- Fotografía: Mátyás Erdély
- Edición: Matthew Hannam
- Música: Richard Reed Parry
- Duración: 132 minutos
- Nuestra opinión: Muy buena