Conversamos con Guido Mignogna sobre su último documental, ‘1975: La Vuelta’, el cual codirige con Lucas Spósito y que tuvo un exitoso estreno en el BAFICI.
1975: La Vuelta es un documental deportivo que aborda la gesta de River Plate al cortar la racha de 18 años sin trofeos, al salir campeón del Metropolitano 75′. Guido Mignogna, uno de los directores junto a Lucas Spósito, nos brindó una cálida charla en la que desarrollamos diversos aspectos de su obra. Desde la inspiración hacia el enfoque social y político que adhiere la narrativa al análisis de la campaña de River Plate de ese año, hasta sus vivencias como director siendo hincha del club al que homenajea.
Lucas era el hermano menor de un compañero y amigo mío del colegio. Con el tiempo, dejó de ser hermanito, y paso a formar parte del grupo de amigos. Él es politólogo, estudió en TEA también y trabajó en Museo River. De a poquito se fue acercando a lo audiovisual, y muchas veces nos juntamos a ver documentales, teníamos esa conexión. Somos muy fanáticos de los documentales 30×30, que tienen una muy buena conjugación entre lo social, político y deportivo. Se entrecruzan muy bien todas las variables.
Nosotros nos lamentábamos mucho que no hubiese tantos documentales deportivos nacionales, y nos divertía mucho pensar que historia contar en un documental de ese tipo acá. En un momento, a Lucas se le ocurre, por la relación que tenía con su abuelo Totó y lo que él le contaba del 75′ de River, traducirlo en un documental. A partir de ahí, avanzamos. Esto fue en 2017, fue largo pero lindísimo el proceso.
Yo había estudiado guion, así que lo primero que hicimos, ya en 2018, fue buscar un director de fotografía. Después, hablé con quién era el socio de mi padre, Claudio Etcheberry, quien también es director de cine, productor y realizador audiovisual. Cuando le acercamos el proyecto, nosotros ya habíamos grabado un par de entrevistas para generar una especie de piloto o tráiler. Las primeras fueron Carlos Ares, periodista quien seguía a River en ese entonces. Él nos dio una nueva base, con una cronología total y los tiempos de lo deportivo. Después, entrevistamos a Pedro González, primer jugador que conseguimos. Cuando entendimos que la película era una posibilidad, por internet encontramos un archivo de Palito Ortega entrenando con el plantel, y decidimos acercamos. Siempre tuvo muy buena predisposición. Él era muy amigo del plantel.
Tras grabarlas, hicimos una pausa para moverla un poquito hacia otra formalidad. Después, juntamos fuerzas para grabar gradualmente. Nosotros tuvimos una gran predisposición por parte de Cacodelphia, ellos confiaron en nuestro proyecto y nos prestaron las cámaras. A medida que íbamos combinando distintas jornadas, fuimos avanzando de a poco. Más tarde, presentamos el proyecto en el Museo River, y gente de la organización se incorporó a la investigación.
Poco a poco fuimos avanzando, hasta que nos tocó la pandemia. Hubo entrevistados que tuvimos que suspender, ya que eran población de riesgo. Fue todo un laburo seguir. En 2021 terminamos de grabar, y nos pusimos con todo a editar. Cuando nos llegó la posibilidad del BAFICI, todavía seguíamos en postproducción. Yo aclaré cuando la propuse que aún estábamos en esa etapa, pero en cuanto quedamos, apuramos lo máximo posible el proceso.
La idea principal es que acompañe la película a modo 360, a través de las redes en este caso. Trabajamos en nuestro equipo con Juan Imparato, todo lo que es arte y prensa lo trabajó él. La intención era que la película estuviese lista en ese entonces y todo saliese junto.
Hay algo de los 70′ que fuimos descubriendo, y es que en este país se maltrató mucho el archivo comparado a otros países. Si buscas cosas sobre futbol de 1950 en Inglaterra, aparecen videos con una calidad incluso superior a los de veinte años más tarde acá. Padecimos mucho la búsqueda, fue incluso medio arqueológica. Todos los años que se extendió la producción los aprovechamos para seguir buscando.
Hay dos hallazgos puntuales por fuera de los lugares convencionales donde encontrar material de archivo. Uno fue de Fernando Bravo, descubrimos en algunas revistas de época fotos suyas del festejo en el partido final, sacadas con una súper 8. Tras ese descubrimiento fuimos directo a buscarlo. Además de ser entrevistado, fue uno de los mejores aportantes de contenido. Él nos dio un VHS que nosotros luego digitalizamos. Allí encontramos la entrevista a Norberto Bruno en la cancha.
Museo River nos brindó un montón de cosas. Desde fotos y videos hasta relatos que nosotros no conocíamos. Por ejemplo, la historia de Aldo Méndez, juvenil de Argentinos Juniors, nos la contó un integrante del museo.
Uno sobreactuaba más su posición de realizador audiovisual, tratando de despegarse de lo afectivo. Si lo pensaba, estaba trabajando con los ídolos de mi viejo. Al no haberlos vivido como jugadores, había un cholulismo más indirecto. Viví las entrevistas de gran forma, ellos nos ayudaron mucho con su relato.
Al que más disfrute fue a Norberto Bruno, fue muy adorable. Le tocó estar en un lugar impresionante. En la primera función, pasó al frente con nosotros y se emocionó. Mi sobrino en un momento lo abrazó, y se quebró. Fue muy lindo para todos, nos emocionamos con él.
Con Lucas una vez fuimos a una cena con ellos, en la cual les contamos un poco la idea que nosotros teníamos para nuestro documental. De a poco fuimos entrando en confianza, principalmente con Bruno, quien es el portavoz de ellos como grupo.
Nos agradecen haber sido reivindicados, fueron muy olvidados e incluso destratados. No hubo vergüenza ni miedo, pero sí tenían capaz alguna duda sobre qué iba a contar el documental sobre ellos. Para nosotros, es el gran giro de la película su participación.
En una de las primeras carpetas que presentamos, nosotros pensamos en “River vuelve a ser River”. Nos parece que tiene más que ver con la gesta deportiva, una viñeta no tan narrada en la rica historia de River. El reto fue poner blanco sobre negro, descubrir las intimidades del plantel y los componentes que hacían a esa época.
Sí, nosotros optamos por un relato en que hubiese un punto de inicio y final en exclusivamente el Metropolitano 1975. Por más que se enriquezca con cierto contexto de años previos, no va más allá. Hubo momentos en que pensamos si contar por ejemplo que sucedió con los chicos de inferiores, pero nos pareció elocuente darle un cierre efímero, metaforizando un poco su experiencia tras salir campeones.
La experiencia fue muy linda. Con todas las complejidades de filmar acá en Argentina en lo que respecta presupuestos, se padeció, pero eso no deja de obligarte a ser más creativo a la hora de buscar apoyo. Filmar algo sobre un lado afectivo tan grande, es hermoso.
Ahora tenemos la intención de mandarla a ciertos festivales, formarle un recorrido. Por otro lado, el año que viene se cumplen 50 años de la gesta. Creemos que la película puede tener una visibilidad mayor. Le mostramos la película al club y gustó. Nos parece importante que el club tenga su propio legado audiovisual con sus propias narrativas. River, además de todo lo que es, es todo lo que pasó. Hay mucho para contar.
Nosotros tenemos propuestas para seguir haciendo documentales similares. Tenemos uno sobre hitos deportivos que se abre más allá del mundo River, mientras que también otras que sí se enfocan en diversos capítulos de la historia del club.
Por el lado personal, estoy trabajando en un proyecto con Lucas Nosiglia sobre la historia del cannabis en Colombia. El enfoque pasa más por lo social. Lucas trabajó mucho con el cannabis medicinal allá en Colombia, y cuando lo visité me pareció espectacular lo que hace. Hace tiempo que venimos investigando, y nos parece interesante sacarle el amarillismo que lo rodea. La planta misma tiene un recorrido de resignificación que está bueno trabajar.