Desde aquella primera proyección de Cuando acecha la maldad en el Toronto International Film Festival de septiembre, Demián Rugna cosechó nada más y nada menos que el premio a la mejor película en Sitges, la admiración de grandes directores, el cariño de todos los fanáticos del cine de género, y la certeza que resulta de estas tres cosas: su película es la producción de terror del año. En los últimos días, estuvo presentando su monstruo al público del Festival de Cine de Mar del Plata en tres funciones a sala llena. Ahora, llega el estreno oficial de la cinta en las salas argentinas. Charlamos con él para saber como se siente con respecto al pasado, el presente y el futuro.
¡Cuando acecha la maldad tuvo su primer estreno para público general en Argentina y fue increíble! ¿Qué sentís?
Estoy muy contento. La verdad que tengo como una especie de tranquilidad. Yo pensé que vivir un momento así me llenaría de euforia, pero la tranquilidad me viene porque son muchísimos años de pelearla. Estuve hablando con mi compañera, que está conmigo desde que arranqué con mi primera película, y nos acordábamos de que ella me ayudaba a repartir panfletos de mis películas en el barrio. Mandarlos abajo de las puertas, pegar stickers en los trenes de mi primer estreno que fue ¡Malditos sean!. Pensabamos como promocionar una película sin recursos y obvio, no lo lográbamos. Siempre era muy difícil, todo cuesta arriba. Y pasar de eso, a poder ganar el premio gordo en Sitges, ser superreconocido en el extranjero y volver a tu país y tener una sala llena como la de ayer en Hora Cero acá en Mar del Plata, es sentir que puedo descansar de ese viaje de 17 años. Lo disfruto en silencio, tranquilo. La verdad es que estoy muy feliz.
|Te podría interesar: CRÍTICA DE ‘CUANDO ACECHA LA MALDAD’, LA MORBIDA PELÍCULA DE DEMIÁN RUGNA
Hay razones de sobra para estar así. Creo que la película tiene todo el potencial para conseguir estatus de culto. ¿Por qué pensás que a la gente le está gustando tanto? No solo le encantó a muchos, sino que dejaste contentos tanto a los que le gusta la sangre, como a los que prefieren el terror psicológico, y hasta hubo buenas reseñas de los fans de la ciencia ficción.
Creo que la única fórmula es haber sido sincero conmigo mismo y con mi cine. Tuve toda la libertad desde el punto de vista creativo. Obviamente, cuando producís, esta libertad te la condiciona el presupuesto. Pero creativamente tuve la soltura que necesité. Es una película honesta, arriesgada, y nadie me puso paredes o me dijo «anda por este lado o por el otro». Creo que cuando uno le muestra eso a una audiencia un poco más masiva, ellos lo terminan agradeciendo. Yo siempre pensé que la suerte me llegó tarde. En las etapas de mis otras películas, siempre intenté ser el yo genuino, no traicionarme a mí mismo y hacer algo fresco. Y por suerte llegó en este momento en donde digo «Pucha, esto lo logré haciendo lo que yo creía que tenía que hacer», no haciendo una película por encargo, por ejemplo. Siempre hice lo que defendía, lo que me gustaba, y creo que eso se ve en la película. Después no sé. Me encantaría saber cuál es la otra fórmula, así la vendo y hago siempre lo mismo (se ríe).
Me parece que un poco de esa fórmula, como dice gran parte de la gente que alaba la película, tiene que ver con como cruzas los límites. Un gran logro teniendo en cuenta que estos márgenes genéricos están un poco borroneados y el público ya se acostumbró a su transgresión. ¿Cómo te manejaste en este aspecto para generar impacto?
Primero que nada, necesitas un buen guion. Podés pedirle más al guion, podés pedirle menos, te puede gustar o no gustar darle importancia en el armado de la película. Pero si vos tenés una buena historia y la gente está atrapada y expuesta, eso es gracias al guion: porque funciona. Sin un buen guion, las actuaciones no se van a lucir y los efectos tampoco. Porque es lo que pone todo en donde tiene que estar y, más importante, en el momento en el que tiene que estar. Yo creo que todas las películas de terror tienen que contar una buena historia. A veces eso se confunde y se apuesta solo al efecto y uno se da cuenta. Yo no hago películas de terror para niños. Hago películas serias, poniéndole mucha atención a la verosimilitud, y eso se consigue dándole importancia al guion.

Por la historia, podemos decir que Cuando acecha la maldad es una película lejana, tanto por el lugar donde se desarrolla como por el carácter fantástico del hecho paranormal. Pero los personajes se sienten increíblemente cercanos, y la gente sufre en carne viva todo lo que les va pasando ¿Cómo lográs esa parte más cálida del verosímil?
Teniendo buenos actores. Se logra empatía porque se hace un buen casting y se trabaja bien con ellos, viendo con detalle que es lo que pueden ofrecer para potenciarlo siempre que se pueda. También creo que, en mi forma de crear, arranco las historias escribiendo el guion directamente, casi sin sinopsis ni tratamiento, porque necesito que mis personajes dialoguen primero. Lo importante está en los diálogos, que van a ir construyendo la historia. No me gusta tanto teorizar sobre mi cine, ni crear algo que después no pueda verse en la pantalla. Entonces sí, los diálogos son los que hacen que empatices con los personajes, porque cuentan más que solo la historia. Hablan de todo.
En un nivel más general, me gustaría preguntarte si hay alguna búsqueda que persista a lo largo de tu filmografía. La gente que ya vio Cuando acecha la maldad comenta montones sobre sus similitudes y diferencias con Aterrados. Personalmente, en algunos aspectos de la película, siento que es más cercana a The Last Gateway ¿Hay un parentesco intencional con lo que hiciste hasta ahora?
Es bueno el enlace con The Last Gateway. Como decís, está más cerca de Cuando acecha la maldad porque es una road movie y hay un tipo que tiene una puerta al infierno en su cuerpo. Los dos protagonistas escapan de demonios, algunos propios también. Ese escape puede ser una conexión importante entre ambas películas. La verdad que intento no repetirme, pero es muy difícil. Porque el estilo, recursos e inquietudes de cada uno muchas veces se parecen. Mi objetivo siempre es crear algo original, pero me conformo con que haya algo fresco.
Se podría decir que con Cuando acecha la maldad el objetivo está más que cumplido. Volviendo al furor que anda generando tu película, me imagino que estarás enterado de que, en el resto del país, la gente ya no aguanta más la espera para verla. ¿Podrías recomendar algunas películas para ir haciendo una maratón? Para que la gente vaya preparando los estómagos y las cabezas, de paso.
Te podría decir algunas que inspiraron a esta película, pero si ven esas antes los voy a contaminar de lo mismo (se ríe). Primero, vean The Wailing, una película coreana que en español es El extraño. También, para ver más adelante, una catalana que va a llegar acá en el futuro, La mesita del comedor. Infaltable Evil Dead, si ven la primera y la segunda mejor. Última: The Lost Boys. No tiene nada que ver con Cuando acecha la maldad, pero sí me influyo mucho en mi forma de concebir una película.

Quiero preguntarte algo como fanático del terror y no tanto como director. La cantidad de figuras influyentes del cine de género que te felicitaron es descomunal, desde James Wan hasta Scott Derrickson, ¡Y fue James Cameron a ver la película! ¿Hay alguna de estas interacciones que te haya causado especial emoción?
La locura de James Cameron viendo mi película en una sala de cine comercial. Tuve la suerte de tener muchas reuniones con ejecutivos de estudios que andan merodeando y quieren comprar los derechos de Cuando acecha la maldad. Y les contaba «Ayer James Cameron vino a ver mi película». No lo podían creer. Para ellos es surrealista. Imaginate para mí, ¡Que me críe mirando Terminator, Alien, El abismo! De chico dibujaba historietas basadas en las películas de este loco. Tenerlo ahí viendo la mía es una experiencia de otro mundo. Fue demasiado, y me llena de orgullo. Son esas cosas que te da el cine y la exposición. Uno sueña mucho con que le llegue su película a estas personas, y con todo esto ya está. Después de muchos años de esfuerzo, estoy viviendo un sueño y lo estoy aprovechando. Trato de estar con los pies en la tierra y ver como enfoco toda esta energía para algo bueno que venga después.
¿Qué le podrías decir o recomendar a los que empezaron a realizar cine de género y que tienen mucha ilusión por todo lo que te está pasando a vos?
Decirles que esto es una profesión y una carrera a largo plazo. Lo remarco porque es un camino que tiene muchas frustraciones, porque es muy difícil y genera mucho esfuerzo hacer algo o concretarlo y a veces las expectativas no se cumplen tan rápido. A algunos les pasa, pero a la mayoría no. Es meterse a fondo, creer en vos, escribir mucho, porque faltan escritores y necesitamos más gente que escriba género. Que tengan paciencia y que, si aman hacer esto, que sigan haciéndolo para ver que tan lejos llegan. Ese es también mi objetivo: ver que tan lejos llego.