En mitad de la década de los noventas, era común que un grupo de veinteañeros, compañeros de universidad, de escuela, primos, o amigos, salgan a ver una película al cine casi sin saber que verían, solo conociendo un afiche o el título y una vez que en la pantalla aparecía el nombre del director, daba lo mismo diga Robert Zemeckis, Ettore Scola, Wim Wenders o Alejandro Agresti;
Si los espectadores eramos pintores, teniamos una paleta de colores magnifica, sin darnos cuenta; Ahora apenas, si hay cines en shoppings y casi todos tanques de superhéroes, con pochoclos en mano.
Desde ya que este cambio no sale gratis.
Otro dato, es que en aquella década del noventa era común comer una pizza a la salida del cine y se charlaba de las sensaciones “en caliente”.
Se debatia,
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Por eso en este presente tan distinto para los espectadores, algunas canciones oscuras y futuristas de los redonditos de ricota, fueron profecias cumplidas. «¿Y cuánto vale ser la banda nueva y andar trepando radares militares?«, preguntaba Patricio Rey. El futuro ya llegó.
Ahora, no solo no hay charla posterior, ni visionado compartido. Yo no se decir si hay cine o solo queda su sombra.
¿Ver contenidos audiovisuales en plataformas es “ver cine”?
La metáfora del filósofo coreano Byung-Chul Han del panal de abejas en donde cada uno está en su pedacito del todo es certera, ¿aplica al visionado de series y películas?
Entrando en Jurado 2: ¿Clint Eastwood es uno de los mejores directores vivos?

¿Por qué suele decirse eso? ¿Qué es lo que hace que destaque Eastwood como realizador?
Mas allá de las premiadas con Oscars como lo fueron Los imperdonables o Rio místico (dos obras que no me generan nada) y de las que si me gustaron como Medianoche en el jardín del bien y del mal ( mi debilidad por las pelis de juicios habrá intervenido) y la emotiva Gran Torino, me conmovieron dos de sus últimas cosas «La Mula» y «Jurado nº 2» seguramente también porque ambas se acercan más a cierta idea crepuscular. A estar cerca de cierto «fin».
Mi preferida de Eastwood es «Sully», (la pelicula del piloto que aterriza en el Rio Hudson de New York, basada en un caso real) que me recomendó Vero casi en forma imperativa – tenías razón, Verito querida, tenías razón -.
«La mula » es una obra testamentaria donde se habla de cierta filosofía de vida en cada plano; “En cada respirada” (every breath) como diría The Police, y un viaje en camioneta es el motor de la trama, para que funcione como una road movie espiritual.
Jurado 2 por su parte, avanza con una pregunta: ¿Que es más importante, obligados a elegir, la verdad, la justicia o el perdón?. ¡Existe justicia sin verdad?
¿Se puede arreglar un error si se pide perdón? ¿Y si el daño es irremediable, qué se puede hacer?
«Jurado nº 2» , posiblemente la última película de Clint, se mete de lleno en estos temas, usando como epicentro uno de los “grandes temas” de la cultura norteamérica, que dio motivo al mejor intercambio de mensajes telefónicos del año 2024 con José Rey, compañero de este medio, analizando porque Jurado nº 2 resulta ser una película en carne viva y que debería ser vista por todos.
José con su tono caribeño y tranquilo, soltó una frase contundente “la película habla sobre el tema central de los pueblos de EEUU, te acercás y son buenos vecinos desde las formas amables pero todos y cada uno tiene un secreto enorme que los carcome por dentro y les resulta insoportable”.
El secreto que tracciona la película hacia adelante no lo escribo, pero se darán cuenta rápidamente cual es. quienes la vieron.

¿Por qué Jurado nº 2 es inolvidable?
La escena última, puntualmente el plano final, es el mejor cierre de la década.
Desde Before Sunset (2004) de Richard Linklater, que nadie termina una película de forma tan maravillosa, tan emocionante humana.
La escena indeleble: La fiscal (gran actuación de Toni Colette) que es dura y le importa solo cumplir con su deber y no tanto “la verdad” en un momento duda sobre lo que dijo el imputado en el juicio. Lo va a visitar a la unidad carcelaria sin custodia ni nada, sin decirle nada a nadie y le dice “mirame a los ojos y decime que sos inocente para ver si puedo creerte”.
