Descubrí las mejores películas de Wes Anderson en este ranking completo. De ‘Bottle Rocket’ a ‘The Grand Budapest Hotel’, analizamos su estilo, narrativa y evolución visual.
Wes Anderson es uno de los directores más reconocibles del cine contemporáneo. Desde su debut en los años 90, ha logrado construir una filmografía única, marcada por la simetría visual, personajes excéntricos, paletas de colores inconfundibles y un profundo amor por el cine como medio artístico. En esta nota te traemos un repaso por sus mejores cintas, ordenadas desde la menos destacada hasta su obra maestra. Estas son las mejores películas de Wes Anderson.
El debut cinematográfico de Wes Anderson está basado en un cortometraje con el mismo nombre y co-escrito junto a su gran amigo Owen Wilson. Una historia sobre dos amigos que deciden llevar a adelante varios robos para impresionar al líder de una banda criminal, llamado Mr. Henry.
Las personalidades de los amigos son muy opuestas: Anthony es tranquilo y reflexivo, mientras que Dignan es un joven entusiasta y obsesionado con tener una vida emocionante. Temas como la juventud perdida, la amistad y la búsqueda de un futuro mejor fueron protagonistas en este primer trabajo de Anderson. Aunque se pueden ver vestigios de lo que será su cine posteriormente con personajes excéntricos, algunos planos simétricos y un humor particular es una buena película para empezar con su filmografía.
Tener a The Grand Budapest hotel como predecesora no debe ser fácil. Aunque es una película atractiva en su presentación se pierde en su conjunto. Es una carta de amor al periodismo, en especial en su estilo ya que presenta varias historias como si cada una de ellas fuera un suplemento o sección de un periódico. El director se decidió en esta ocasión por traernos una película antológica.
La propuesta es atractiva y su elenco de primer nivel: Owen Wilson, Benicio del Toro, Léa Seydoux, Frances McDormand, Timothée Chalamet, Jeffrey Wright, entre otros la verdad es que se trata de una película un poco olvidable. No porque las historias no sean buenas, que lo son, sino porque no hay un hilo conductor que las une. En cuanto a lo técnico no hay nada que reprochar, ya que su diseño de producción, su vestuario y fotografía no tiene nada que envidiarles a sus producciones pasadas, es más diría que es la que mejor ejecuta el plano técnico de su filmografía. Esto debido a que cada historia cuenta con su propia paleta y una estética de acuerdo a la historia que cuenta.
Inspirado (libremente) en la vida de Jacques Cousteau, Bill Murray protagoniza a un oceanógrafo y documentalista que está atravesando una crisis existencial ya que su gran amigo Sebastián ha sido asesinado por una criatura marina. Es así como Steve emprende una búsqueda para encontrar a la criatura, pero ese viaje se vuelve más importante de lo esperado por él y su tripulación. En medio de toda esta misión aparece un joven que se presenta como un posible hijo con el cual reconstruir un vínculo que nunca existió.
A Bill Murray se suman estrellas como Owen Wilson, Willem Dafoe, Cate Blanchet y Anjelica Houston. Pero no solo el elenco es para destacar, el trabajo de arte también hace un buen trabajo y se suma también secuencias hechas con stop motion a cargo del famoso Henry Selick. Aunque la película toca temas importantes como la familia, la muerte y la búsqueda de un legado no son suficientes para destacar dentro de la filmografía de Anderson y se queda entre los últimos puestos de esta lista.
Rushmore es el trabajo que significó un antes y un después en la vida de Anderson. En esta propuesta conoció a dos de sus grandes colaboradores de su filmografía: Bill Murray y Jason Schwartzman. Pero no solo fue lo único que consiguió el director con ella, acá su estética comienza a moldearse y afianzarse.
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Una historia sobre un adolescente muy ambicioso que no es académicamente bueno, pero si compensa ese aspecto con la participación en diversas actividades extracurriculares. Disfruta de ellas porque tiene un objetivo en mente: ser alguien importante, no importa cómo, él sabe que está hecho para algo más. Max entabla una relación con dos adultos de forma muy peculiar. Por un lado, se enamora de Rosemary una de sus profesoras y por se hace amigo de Herman un millonario en crisis. El problema ocurre cuando se da entre ellos un triángulo «amoroso» complicado y del cual será difícil salir. Rushmore es una película donde los niños se comportan como adultos y los adultos como niños. Una historia sobre la búsqueda de identidad y la madurez. Una tierna historia que abrió el camino del director cerrando el milenio.
Moonrise Kingdom es quizás una de las películas más personales y tiernas de Wes Anderson. Su trama principal es la historia de amor entre sus protagonistas. Dos niños que quieren vivir su amor sin la supervisión de los adultos. Anderson crea un ambiente único, melancólico y encantador. Además, es un claro homenaje a un tipo de cine que su director ama: la Nouvelle Vague.
No solo el contexto lo relaciona con este tipo de cine, ya que la película está ambientada en los años 60’s, sino los temas que trata: la juventud, la búsqueda de libertad y la predominancia en locaciones reales. En este caso con un toque distintivo del director: el uso peculiar de los colores. La película hace uso de una paleta en colores cálidos: amarillos, verdes y marrones dicen presente. Esto logra intensificar la presencia de la naturaleza y el verano como un escenario soñador.
Una película que divide a los fans del director. La última de su filmografía ha dado mucho que hablar. Algunos la halagan diciendo que es el mejor de sus trabajos, otros que es demasiado pretenciosa y el resto que la estética de su cine superó al argumento. En este caso debemos decir que nosotros estamos a mitad de tabla. Aunque nos parece un gran trabajo de Anderson, no creemos que sea su mejor obra, pero tampoco se merece el odio que ha recibido. Sí, es ambiciosa y compleja, pero con la gran cantidad de películas en su haber, está más que bien que el director quiera tirarse a la pileta con su último proyecto y explotar cada uno de los recursos que ha explorado a lo largo de estos años. Sumando esta vez un elemento esencial para que este funcione: el metalenguaje. Hablar del cine dentro del cine y la deconstrucción de la narración.
Tenemos dos planos presentados: la ficción y la realidad. En el plano de la ficción tenemos temas como el duelo, la memoria y hasta el absurdo humano. En el plano “real” tenemos temas como la frustración, la búsqueda de sentido y la muerte. Con solo ver los temas que ambos niveles tratan podemos ver como los dos pueden entablar tranquilamente un diálogo entre sí. Una película del director que no debe ser reducida a menos, ya que a primera vista puede parecer superficial, pero en el fondo y si uno se interesa por ella puede ser de las historias más ricas que el director nos ha regalado en el último tiempo.
El primer acercamiento de Wes Anderson con la animación. Aunque anteriormente algunas de sus películas contaban con segmentos de stop motion, este es su primer trabajo completamente hecho con ese medio. Para eso decidió adaptar Fantastic Mr. Fox del escritor inglés Roald Dahl, responsables de historias como Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate, Jim y el durazno gigante.
Wes Anderson dio vida a las palabras de Dahl, pero con su sello estético y narrativo que tanto lo caracteriza. La animación es algo para destacar, ya que la mayoría de sus personajes cuentan con pelaje, por lo cual cada movimiento, por pequeño que sea es perceptible y dio el doble de trabajo que un stop motion normal.
El elenco elegido hace un gran trabajo, pero sobre todo George Clooney como Mr. Fox, quien además puso el cuerpo en cada una de sus escenas. Así es, el director grabó las voces de sus actores y actrices en sets, interactuando con objetos para lograr el mayor nivel de realismo posible. Podemos decir, sin dudas, que lo logró. Por último, aunque se trate de una historia para los más chicos los temas tratados son maduros, como la relación padre e hijo, el individualismo contra la comunidad, la búsqueda del poder y la lucha de clases.
Tras el estreno de Fantastic Mr Fox, Wes Anderson volvió al cine animado, con la misma técnica, pero esta vez elevando un poco más la vara. Primero, porque se trata de una historia original y propia del director, en segundo porque vuelve a poner a los animales como protagonistas, pero esta vez ya no humanizados, sino desde un lado salvaje pero tierno. Por último, incluye una estética que homenajea a la cultura japonesa.
La historia nos transporta a un futuro distópico en el cual, tras una epidemia de gripe canina, todos los perros son deportados y desechados a una isla desierta. Todo cambia cuando un joven, Atari viaja a esta isla en busca de su perro perdido, Spots. Es así como el joven y un grupo de caninos, liderado por Chiefs buscarán el amigo del protagonista en dicha isla. Mientras tanto, en su antiguo hogar se lleva adelante una revuelta científica y estudiantil que intenta dar de baja el decreto anti-canino impuesto por su jefe de estado.
Wes Anderson nos regala una historia sobre la lealtad, la búsqueda de identidad y la amistad, pero también sobre el autoritarismo y la manipulación de la información. Una historia madura disfrazada de película infantil que nos hace creer que el buen cine no está perdido.
Llegando al podio nos encontramos con la quinta película del director Una propuesta que, a comparación del resto de su filmografía, quizás sea la más sencilla en su argumento y presentación. Pero son exactamente estos rasgos lo que la hacen merecedora de este puesto.
La historia es simple: tres hermanos deben atravesar gran parte de la India en busca de su madre, quien tras la muerte de su padre se ha aislado en un templo en el medio de la nada. Comandados por el hermano mayor, Francis, tendrán un viaje espiritual que les dará respuestas que ni ellos esperaban encontrar tan lejos de casa. Un viaje donde no solo se van a encontrar (y sanar) a ellos mismos, sino que van a reconstruir vínculos y superar duelos y crisis existenciales. Como dijimos anteriormente, no es una película exuberante o con grandes detalles técnico que explorar, sino más bien una pequeña historia con corazón que invita a reflexionar y muestra al Anderson más sencillo de todos.
Quizás sea la obra más grande del director ya que cuenta con todos los elementos que hacen de su cine único llevados al mejor nivel: un diseño de producción descomunal, un elenco de alto nivel y un humor absurdo. Protagonizada por Ralph Fiennes en el papel del conserje del Grand Budapest Hotel, quien tuvo su mayor esplendor en los años 30. El actor nos regala uno de los papeles más amigables y carismáticos de sus carreras y tiene todo el sentido que sea de la mano de Wes Anderson, quien como nos tiene acostumbrados saca el lado más extrovertido de sus actores.
La historia es de las más ocurrentes de la filmografía de Anderson y se ganó el corazón del público con las aventuras de Gustave y el chico de Lobby/botones del hotel. Una dupla de la más destacable, no solo del cine de Anderson sino del cine en general. Una película que tiene de todo: comedia, drama, romance. Pero sobre todo habla sobre la amistad, el legado y la nostalgia por lo vivido.
Pero, si buscamos la película que mejor representa el cine de Wes Anderson sin dudas The Royal Tenembaum es la indicada. Una comedia dramática excéntrica, con personajes entrañables y un estilo único. La película que consolidó al director como alguien distinto. Una cinta que le dio un lugar en el cine contemporáneo y una marca registrada con la cual comenzó a cosechar fans en todo el mundo.
Los protagonistas de esta historia son una familia disfuncional, los que le dan el título a la película. La misma está integrada por tres hermanos prodigios, una madre intelectual y un padre ausente. Este último es quien da inició a la historia del film. Tras años alejado decide regresar, pero a costa de una mentira: finge estar enfermo y quiere pasar sus últimos días con su familia.
Pero lo que hace especial a esta película también es el grado de importancia la cultura pop. La figura de Margot Tenenbaum es un buen ejemplo de ello. El personaje interpretado Gwyneth Paltrow tuvo impacto también en el mundo de la moda y sólo necesitó de un corte carré, un delineado difuminado y un tapado de piel para lograrlo. Pero la construcción de su personaje no solo es estética, trasciende más allá. Es un personaje intelectual, excéntrica, rebelde, pero también es sensible y frágil tras la coraza que ella misma se arma. Pero no es el único personaje destacable de la película, todos encuentran su momento de brillar y dan como resultado un elenco excepcional y el mejor logrado de toda la filmografía del director.
Decidimos no agregar la cinta más reciente de Wes Anderson porque todavía debemos darle tiempo a la obra para entenderla mejor. De igual forma, eso no quiere decir que no merezca una mención especial. The Phoenician Scheme representa un retorno del director a sus temas más queridos: los vínculos familiares rotos, los personajes excéntricos y los mundos meticulosamente diseñados. Protagonizada por Benicio del Toro, Mia Threapleton y Michael Cera, narra la historia de un magnate excéntrico que busca reconectar con su hija monja mientras intenta cerrar un trato millonario en medio de traiciones y espionaje. Con tintes de The Royal Tenenbaums y The Grand Budapest Hotel, esta comedia negra de espionaje combina el humor absurdo con una estética que reafirma la firma visual de Anderson. A pesar de no ofrecer algo totalmente nuevo, The Phoenician Scheme logra conquistar por su ritmo narrativo, su elenco brillante y una dirección que se siente como la reafirmación de un cineasta plenamente consciente de su estilo.
Wes Anderson puede ser criticado por su estilo repetitivo, por ser pretencioso a la hora de contar historias o por apoyarse solamente en la imagen por sobre la trama. Pero, si uno se toma el tiempo de ver y detenerse en su cine verá que es mucho más sencillo de lo que parece. Porque alma y corazón son cosas que nunca les faltan a sus películas. Anderson abraza lo raro, lo absurdo, excéntrico y lo vuelve algo frágil, profundo y entrañable.
Quizás suene demasiado cursi, pero Wes Anderson es como un niño dando rienda suelta a su imaginación y que plasma mediante su lente aquello que vio en su mente. No sé ustedes, pero en mi caso, cada vez que me adentro en sus películas siento que nada es imposible, que los sueños son un buen lugar donde habitar (de vez en cuando) y que el cine puede ser un buen refugio donde ir.