Una Tailandia azotada por el apocalipsis y zombis mutantes protagonizan ‘Ziam’, la nueva película de terror en Netflix.
En esta era donde los zombies son quizás el subgénero más fuerte dentro del cine de terror, una película como Ziam, parece una oportunidad desperdiciada. Los escenarios novedosos están, el origen de los monstruos también y tenemos al héroe invencible. Pero aquí es todo tan poco arriesgado y directamente aburrido que la sensación final es la de tiempo desperdiciado para el espectador. Esta es nuestra crítica de Ziam película de zombies.
La película, producida por Netflix, nos muestra una Tailandia postapocaliptica, donde un gobierno autoritario logró la supervivencia del país a través de sus alimentos, en medio de una crisis global provocada por el calentamiento global. Ziam es justamente un juego de palabras con el nombre original del lugar, ‘Siam’, reemplazando la primera letra para relacionarlo con los antagonistas del film.
Singh (Prin Suparat) es un luchador de Muay Thai retirado que trabaja de transportista. En uno de sus trabajos lo atacan por la carga, que termina siendo pescado. Para el empresario Mr. Vasu (Johnny Anfone) este alimento lograra mantener el bienestar de su país e incluso ayudar a la salud de su esposa enferma en un hospital. Pero quienes primeros lo prueban tienen una brutal reacción adversa y se convierten en zombies con sangre oscura y grandes arranques de violencia.
En ese mismo hospital trabaja la esposa de Singh, la médica Rin (Nuttanicha Dungwattanawanich), quien casualmente cuida de la pareja del empresario. La tranquilidad del centro médico se ve rápidamente terminada cuando cada vez más infectados caen a la guardia y los médicos y pacientes quedan atrapallados con ellos. El joven intentará rescatar a Rin y en la misión lo acompañará un niño que busca a su madre.
Si bien el punto de partida es original, el como se aborda es sumamente solemne y con elementos ya vistos. Todo es grave, no hay una pizca de humor. Y para peor, las escenas de acción están editadas de forma muy pobre y no transmiten nada de emoción. La película se hace larga a pesar de durar una hora y media y uno tiene la sensación de haber visto infinidad de proyectos similares pero mejores.
Lo único que la hace por momentos aceptable es el diseño de los zombies. Algunos de ellos pacientes del hospital, la forma en que están maquillados, los ruídos que emiten y hasta cómo se contorsionan sus cuerpos los vuelven inquietantes. Pero incluso así, sobre el final, una reacción al agua les provoca deformaciones en el rostro y se les forman rídiculas bocas similares a las de peces que terminan restándole efecto. A su vez, uno suele esperar que los héroes de este tipo de films tengan algo de resistencia a los ataques, pero aquí es simplemente ridículo todo lo que sobrevive el protagonista, desde disparos a explosiones.
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Da la sensación de que los realizadores detrás del proyecto quisieron hacer algo épico y a la vez dramático como ocurrió con la excelente Tren a Busan. Sin embargo, aquel gran film coreano sabía aprovechar los momentos de acción y terror y combinarlos bien con el drama. Acá los elementos drámaticos son acumulaciones clichés y los golpes y ataques son muy poco originales. Ziam se suma a la lista de regulares películas originales que estrenó este año la popular plataforma.
Ziam ya está disponible en Netflix