En la simpleza es encuentra la grandeza. La segunda temporada de Casi feliz es una oportunidad de oro para reflexionar sobre como las frustraciones del pasado y los deseos no cumplidos son un peso extra que llevamos con nosotros a todos lados. Es fácil sentirse identificado con el personaje de Sebastían Wainraich, especialmente si te encuentras en un rango de edad parecido. Es un tipo común que, a pesar de ser algo famoso, vive con ansiedad e inseguridad. Pero es en esta nueva tanta de episodios donde la tragicomedia del protagonista termina con cierta esperanza. Como audiencia es un espaldarazo que nos dice que todavía queda mucho tiempo.
‘Casi feliz’ (segunda temporada, 2022). Dirección: Hernán Guerschuny. Guión: Sebastián Wainraich. Elenco: Sebastían Wainraich, Natalie Perez, Santiago Korovsky, Lucas Wainraich, Peto Menahem, Adriana Aizemberg, Carla Peterson, Julieta Diaz, Benjamín Amadeo. Numero de episiodios: 8. Duración: 30 minutos. Nuestra opinión: Muy buena.
Después de varias idas y vueltas, Sebastián logra clarificar su relación con Pili (Natalie Pérez), vivir un momento real con su hermano, caerle bien a su jefa, tener una especie de acercamiento con su religión y hacer un trio. Cosas que para su constante desanimo y poca iniciativa son casi un milagro. No todo es perfecto, sigue siendo un personaje obligado a pasar por muchos obstáculos. Sin embargo, es gracias a esas situaciones graciosas que debe atravesar, y otras duras como la muerte de sus dos padres, las que hacen que el protagonista visite su pasado para ordenar su presente.
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La serie destaca porque cuenta con muchos personajes con diferentes personalidades y registros que, además de nutrir cada escena, se pueden tomar como proyecciones deseadas del propio protagonista. Especialmente con la relación que maneja con Sombrilla y sus hijos. Los diálogos entre ellos son los más graciosos. Sombrilla viene a representar un lado que sería deseado para Sebastián, aquel que es despreocupado y le resbala un poco todo. De ser así no existiría más la ansiedad. Con su hija (la revelación de esta temporada) hay un conflicto más de justicia y bondad, que él, por la misma vida que ha travesado, ya no registra. Lo mismo se podría decir de su hermano, un hombre que acepta y abraza su locura, algo impensado para nuestro protagonista. Incluso en los momentos más triviales, Sebas empieza a poder articular sus deseos y vergüenzas, por ejemplo, en el momento donde su madre le confiesa a él y a su hermano un secreto sexual. A fin de cuentas, todos los personajes le rodean, menos el de Pilar. Su exmujer embaraza de mellizo es un polo opuesto. Es ahí donde se genera el conflicto.
Cabe destacar que en la simpleza con la que trabaja toda la serie es donde está su éxito. Es muy difícil mostrar en situaciones de 10 o 15 minutos toda una visión del mundo, y es más complicado que de risa. En una época donde el mayor miedo que debe tener cualquier espectador es invertir 10 horas de su vida en una serie que no termina diciendo nada, Casi feliz es perfecta para ver. Por algo, a mi entender, termina colocándose como la mejor producción de Netflix en la Argentina.