A los 40 años… Elisabeth, la Emperatriz de Austria y Reina de Hungría, vive su vida entre decepciones, depresiones, fastidios y desgano. Interpretada por Vicky Krieps (Phantom Thread), está biografía, que muestra un año de su majestad se toma libertades históricas para contar un relato más actual. Contextualiza en el pasado pero con toques modernos (chistes, música, algunos accesorios), Corsage de Marie Kreutzer, muestra la ambigüedad que rodea a nuestra protagonista que por su edad, y otras cosas, ya no encuentra mucha utilidad.
Corsage (2022). Dirección: Marie Kreutzer. Guion: Marie Kreutzer. Elenco: Vicky Krieps, Colin Morgan, Finnengan, Oldfield, Jeanne Werner, Alma Hasun, Aaron Friesz. Fotografía: Judith Kaufmann. Edición: Ulrike Kofler. Duracción: 1 hora 53 minutos. Nuestra opinión: Buena.
La reina hace lo que quiere. Si debe fingir un desmayo para salir de un evento al que no quiere ir, lo hace. Si desea irse de vacaciones con un «amigo», lo hace. Si quiere nadar a pesar de las bajas temperaturas, lo hace. Por momentos se siente una estrella de rock. Sin embargo, detrás de eso, hay en ella mucho cansancio. Un problema alimenticio generado por los chismes en los tabloides le pasan factura. Hace esgrima, sale de vacaciones, busca apoyo en sus hijos, e insiste en romper las reglas. Pero nada de eso le da la sensación de libertad y propósito que necesita. Lo contrario, cada vez se siente más asfixiada, siente que el corset está cada vez más apretado.
Vicky Krieps se apodera de la pantalla en todas las escenas. El film cuenta con una relación de primeros planos y generales para mostrar por un lado el fastidio genuino en su cara y, por el otro, la soledad del personaje en cada habitación. Ya no es tomada en cuenta para los planes del reino como antes. Su marido, el Emperador Franz Joseph (Florian Teichtmeister), harto de ella y su sabotaje cotidiano en las distintas actividades la relega cada vez que puede. Teniendo en cuenta que ya se acerca a una edad donde no puede tener más hijos, y ella tampoco los quiere, ya no tiene “utilidad”. Ciertamente hay un aura de lo que fue Lady Di en la pantalla.
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A Corsage le interesa mostrar todo. La Emperatriz de Austria y Reina de Hungría es víctima de muchos maltratos, pero también es complicada, no es la mejor jefa con sus sirvientes. Es ambiciosa y testaruda. Se deja llevar por las emociones y necesita tener la última palabra. Marie Kreutzer muestra una perspectiva femenina actual bajo con los codigos del pasado, pero no se queda solo en eso. Hay una ambigüedad constante dentro del personaje. Los colores son importantes en la película. Por ejemplo, cada vez que la reina tiene puesto un vestido negro es porque el personaje está a punto de tomar una decisión que la va a perjudicar.


Con un final poético y triste, Corsage cumple con su propósito. Su único tropiezo va del lado del excesivo uso de momentos dentro del año que transitamos. En ocasiones se vuelve repetitiva y sin salida. Pero por otro lado eso nos dio más minutos de la actuación de Vicky Krieps, que seguramente recordaremos como una de las mejores del año.