Todos estábamos preocupados cuando nos enteramos que James Wan abandonaba el asiento de director. Pero sorprendentemente, esta cinta dirigida por Michael Chaves generó un buen impacto, aunque ¿Es suficiente para consagrar a “El Conjuro 3” como una buena película?
‘El Conjuro 3: El Diablo Me Obligó a Hacerlo’. Dirección: Michael Chaves. Productores: James Wan y Peter Safran. Fotografía: Michael Burgess. Elenco: Vera Farmiga, Patrick Wilson, Ruairi O´Connnor, Julian Hilliard, Sarah Catherine Hook y Eugenie Bondurant. Nuestra opinión: Buena.
En esta historia somos testigos de uno de los casos del expediente Warren que no solo marco la carrera de los investigadores paranormales, sino que también se convirtió en el primer asesinato en Estados Unidos donde el acusado declara que el diablo lo obligó a hacerlo. Un caso que comenzó con la posesión de un niño y que termino llevándolos a presenciar algo que jamás habían visto antes en sus carreras.
Se nota que James Wan estuvo detrás de Michael Chaves para acompañarlo por el buen camino y obtener el mejor resultado posible, donde podemos observar en esta tercera entrega que Chaves tuvo una mejoría en el manejo de contar una historia de este rango. Argumentalmente destaca sacándonos de lo convencional en lo visto anteriormente, donde nos separamos del terror, aunque presente, planteando a los Warren fuera de su zona de confort, asumiendo un rol al que no estábamos acostumbrados, lo cual es excelente para innovar la franquicia.
La dirección que posee esta cinta es buena, para traer consigo como resultado una película en donde se combinan dos géneros como el terror y el misterio de una manera que resulte entretenida ante el espectador. En un caso como este, fue ideal que nuestros protagonistas se introdujeran más a fondo en el mundo de la investigación criminal, ya que, en este capítulo, los Warren deberán demostrar ante la corte y la ley de EE.UU. la existencia del diablo.
Las actuaciones están muy bien, el nuevo cast supo cómo encarnar a sus respectivos personajes, y cada uno tiene un funcionamiento en la historia. Vera Farmiga y Patrick Wilson saben mantener esa química que nos enamoró desde la primera entrega, pero en esta película están apagados a pesar que dan lo mejor de sí, parece que sus personajes están llegando a un límite. Continuando con la dupla paranormal, estuvo bien que aquí se profundizara la historia de cómo se conoció la pareja, y regalándonos momentos románticos de ellos. Algo más a favor, es que le dieron más uso a la habilidad de Lorraine para avanzar en la trama, donde supieron aprovecharlo bien a medida que se desarrollaba la historia.
Técnicamente la película es deslumbrante de lo atractiva visualmente que es, con una fotografía en donde con planos centrados juegan con el foco, las luces y la oscuridad para crear una atmósfera aterradora. En este capitulo, destaca la utilización del color sepia con tono opaco, para acompañar y darle un toque más personal y sombrío atmosféricamente.


El Conjuro 3 tiene el gran fallo que, si bien logra realizar un ambiente aterrador, finalmente el susto no logra el miedo al que nos tenían acostumbrados, es decir que, puedes verla de noche sin tener pesadillas luego, lo cual defrauda mucho. Tampoco está bien logrado el desarrollo de la antagonista, no tiene profundidad para poder considerarla como una gran adversaria, porque lo poco que se da a conocer de ella es acercándose al final de la película y ni siquiera es suficiente para saber sus motivaciones sobre el por qué hace lo que hace.
Los momentos supuestamente terroríficos son simplemente una dramatización exageradísima de Hollywood sobre cómo ocurrieron casos paranormales reales, y no consiguen un gran impacto. En conclusión, “El Conjuro 3 El Diablo Me Obligó a Hacerlo” no es la mejor película de la saga y ni siquiera está al nivel de sus antecesoras, pero tampoco es la peor película de este universo cinematográfico. Es una buena y aceptable continuación ya que sabe cómo mantenerse a flote.