Este viernes pasado se estrenó, luego de una larga espera debido a los tiempos de producción durante la pandemia, la tercera temporada de ‘Sex Education’, una de las series más vistas y aplaudidas de Netflix.
Después del final explosivo y delirante de la segunda temporada con la obra teatral shakesperiana de un Romeo y Julieta galáctico, junto con la declaración de amor de Otis (Asa Butterfield) a Maeve (Emma Mackey) en un mensaje de voz borrado, necesitábamos retomar la serie con su humor y honestidad característica.
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Sex Education (2021) Creadora: Laurie Nunn. Dirección: Laurie Nunn, Kate Herron, Ben Taylor, Alice Seabright, Sophie Goodhart. Guion: Bisha K. Ali, Sophie Goodhart, Laura Hunter, Laura Neal, Laurie Nunn, Freddy Syborn, Mawaan Rizwan. Elenco: Asa Butterfield, Gillian Anderson, Emma Mackey, Ncuti Gatwa, Connor Swindells, Kedar Williams-Stirling, Aimee Lou Wood, Jemima Kirke, Patricia Allison, Dua Saleh, Tanya Reynolds, Mimi Keene. Disponible en: Netflix. Nuestra Opinión: Muy Buena.
La primera temporada se centraba mayormente en los tres personajes principales, Otis, Maeve y Eric (Ncuti Gatwa), trabajando en la clínica sexual clandestina que habían instalado en el colegio. En la segunda temporada los personajes secundarios son los más elaborados, conocemos más de Lily (Tanya Reynolds), Adam (Connor Swindells), Ola (Patricia Allison), Jackson (Kedar Williams-Stirling) y la figura de Jean (Gillian Anderson) que adquiere más presencia. Ambas temporadas tenían como hilo conductor la educación sexual, el funcionamiento de la clínica y un repertorio amplio de personajes cada uno de ellos con sus características y preocupaciones.
Sin embargo, en esta tercera temporada, si bien la educación sexual sigue siendo importante en casi todos los capítulos, son las relaciones entre los personajes, y la maduración de éstos, lo que se prioriza en esta nueva entrega de 8 capítulos.


Hay tres personajes que se destacan en esta temporada. Uno de ellos es Hope Haddon, interpretada por Jemima Kirke (‘Girls’), que hace su entrada en el primer capítulo como la nueva directora moderna, joven, descontracturada e informal que logra hipnotizar a los alumnos al instante. Sin embargo, la fachada de directora amiga de los estudiantes cae a los pocos minutos ya que su intención no es otra que limpiar al Instituto de toda referencia sexual y devolverle su antigua “calidad institucional”.
Al final del primer capítulo toma la decisión de tirar abajo los baños abandonados que funcionaban entre otras cosas, como el lugar de reunión de la clínica sexual de Otis y Maeve, pero también como un espacio seguro y de protección para muchas personas. Con la caída del baño, se anticipa cómo impactará en Cal (Dua Saleh), un nuevo personaje de genero no binario, que chocará continuamente con la nueva dirección del colegio que propone un modelo retrogrado, conservador y no inclusivo.


La gran sorpresa de esta temporada es Ruby (Mimi Keene), la chica más popular del colegio con quien Otis tiene su primera relación sexual en la segunda temporada. En un principio y a simple vista Ruby resulta superficial, materialista y mala; al mejor estilo Regina George de ‘Chicas Pesadas’ (2004). Mientras avanza la serie vemos que esto es sólo una fachada y conocemos mucho más sobre su personalidad: observamos su dinámica familiar, la relación con su padre que sufre de esclerosis múltiple y sus sentimientos hacia Otis.
Quizás, faltó ese momento icónico que recordaremos con los años. La primera temporada nos dió una escena memorable en el momento en que Maeve decide practicarse un aborto, y la segunda cuando Aimee (Aimee Lou Wood) sufre acoso sexual en el colectivo y el miedo que este episodio le genera.
En esta nueva temporada no aparecen este tipo de escenas fuertes o diálogos contundentes, sino que, el foco está puesto en la importancia de conocerse a uno mismo. De ahí que esta temporada sea mucho más reflexiva e introspectiva para muchos de los estudiantes que, mediante viajes de autodescubrimiento o simplemente el estar solos para conocerse, inician un camino hacia su futuro siendo conscientes de quiénes son y qué quieren en su vida.


A modo de resumen, se podría decir que sigue siendo una serie digna para maratonear, con momentos desopilantes en los que no podemos parar de reír, y funcionando como ya viene haciendo desde su inicio, de forma educativa con una carga de información y concientización sobre cuestiones que todas las escuelas deberían estar tratando.
Temas como la representación de nuevos géneros así también como el trabajo docente por parte de los colegios de poder abordar la educación sexual de forma responsable y honesta, son claves en esta nueva temporada. Si bien no tiene la variedad de temas como en las entregas anteriores, nos presenta personajes que abren el debate y ponen sobre la mesa problemáticas institucionales que se reflejan en la actualidad.