Con un gran sexto capitulo, finalizó la serie limitada (o quizás solo la primera temporada) de Obi-Wan Kenobi, que contó con el retorno de Ewan McGregor y Hayden Christensen a sus papeles principales e históricos dentro de la saga. A eso se sumó una encantadora versión joven de la Princesa Leia Organa interpretada por la pequeña Vivien Lyra Blair. Y, además, sirvió para expandir los limites del universo de Star Wars. Es notorio y público el sin sabor, o incluso descontento, de gran parte de los fieles seguidores de la franquicia. Sacando al pequeño tóxico y descerebrado grupo de «fans» que se sintió ofendido por la existencia de un personaje femenino y afroamericano sensible a la fuerza, por supuesto son validas las críticas negativas. Sin embargo, estás pequeñas líneas no serán el caso.
Más allá de la poca espectacularidad en varios de los capítulos y las circunstancias poco (y pobremente) desarrolladas, la serie de ‘Obi-Wan Kenobi’ destaca por el crecimiento del maestro Jedi. El famoso arco de un personaje. Si revisamos las precuelas encontraremos que la audiencia en su momento esperaba ver los orígenes de Darth Vader, sin embargo, ninguno se imaginaba que se iban a necesitar tres películas para llegar a ese punto. Esto fue el principal fastidio de mucha gente y responsable de las grandes críticas. El público quería ver al mítico villano en sus andanzas sin entender que primero fue naturalmente un niño. Sucede lo mismo en esta serie limitada. No sé qué esperaba la gente, tampoco sé exactamente que esperaba yo. Ahora, ver a un Obi-Wan siendo un carnicero desconectado con la fuerza; con pesadillas; sin saber que Anakin estaba vivo; sin esperanzas ni confianza en si, va más allá de cualquier espectacular y acrobático duelo de sables.
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Sobre los personajes queda decir que la motivación de Obi-Wan impulsada por la pequeña Leia está muy bien. Ella en si es un calco de lo que uno podría llegar a imaginar de la joven princesa. Por su parte Vader, la otra pata angular de esta historia, sigue demostrando que es por excelencia el villano definitivo de ciencia ficción en la cultura popular. El conflicto de Reva puede parecer fastidioso, pero es justificado. La parte rebelde es necesaria. El mismo tío Owen, el tipo con más sentido común de la galaxia, no está de relleno en ningún momento. Incluso los grandes momentos del “Hello There!» y la aparición de Qui-Gon son excelentes. La serie cuenta con todos los alicantes para convertirse en un verdadero viaje sanador para su protagonista, son los eventos obligados lo que lo hacen tropezarse. Probablemente contar esta historia a través de una película era la más sensato. De todas maneras, en este pequeño rincón del internet, queda un defensor a muerte de la serie.