Además de la gran variedad de estrenos, otro de los puntos fuertes del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata son aquellas películas icónicas que se sacuden el polvo y vuelven a impresionar en la pantalla grande. Desde Videodrome hasta Sin aliento, la programación no escatima en excelencia. Sin embargo, no solo se trata de películas ampliamente conocidas, sino también de esas joyas a las que les faltaron aplausos. Una de ellas aparece en el marco de una agrupación de metrajes llamada Generación VHS presenta: Comedias británicas inoxidables. Se trata de Funny Bones, una historia admirable que suele perderse entre los grandes éxitos de Peter Chelsom.
Funny Bones (1995). Dirección: Peter Chelsom. Guion: Peter Chelsom, Peter Flannery. Música: John Altman. Elenco: Oliver Platt, Jerry Lewis, Lee Evans, Leslie Caron. Duración: 128 minutos. Nuestra opinión: Excelente.
Ver Funny Bones es una bocanada de aire fresco entre tanta comedia tosca que logró signar al cine de humor de las últimas dos décadas. Peter Chelsom integra el humor físico, el absurdo, y el blanco, junto con una trama que demuestra que la seriedad no debe ser necesariamente dejada de lado al realizar una película cómica. Es gracias a este tipo de historias que, alguna vez, el género cinematográfico de lo reidero supo tener su estatus bien en alto, y se codeo en taquilla con grandes películas que hoy consideramos de culto.
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Aunque no despierta carcajadas desde el principio, Funny Bones va escalando para alcanzar un climax en el que se intercalan la risa y lo épico. Reímos mientras observamos los desenlaces ansiados de los personajes con los que nos venimos encariñando durante toda la cinta. La historia no quiere ir por lo simple y ridiculizar a sus personajes, sino despertar en el espectador una sonrisa acompañada de una simpatía hacia los protagonistas.


No importa que tan grandes o pequeños sean los papeles, todos los personajes tienen su momento de brillo que, como ya dijimos, no tiene nada que ver con el tipo de escenas que dan verguenza ajena. Además, ninguno de ellos es excesivamente malo ni bueno, y ahí está el punto en el que esta comedia se supera. Detrás de las risas, la maquinaria de Funny Bones se compone de una historia dramática que hace al humor versátil. Con todo esto, la creación de Peter Chelsom es ideal para todo aquel que ya no crea en el potencial del género cómico.