El documental de Andrés Di Tella aborda con maestría los primeros vínculos de apasionamiento y cariño de sus padres Kamala y Torcuato. Kamala, la madre de Andrés, era india. Puede analizarse en el documental el sentimiento de extranjeridad de Kamala al estar por primera vez en Buenos Aires, tal como se relata en una de las cartas se sentía bajo la mirada atenta de los porteños. Hay una suerte de trilogía que Andrés logra con los filmes La televisión y yo (2003), Fotografías (2007) y Ficción Privada (2019). Es en Fotografías, el documental en que viaja con su familia a la India por vez primera para seguir las huellas de su madre, y de una cultura que ella nunca ha considerado transmitirle.
Ahora bien, en Ficción Privada asistimos a un viaje lleno de recuerdos y de reflexiones minuciosas. Las imágenes del comienzo del filme son fotografías de desconocidos en las cuales Andrés juega con su hija Lola a adivinar qué le sucedió a cada persona. Imaginan. Hay algo que dice Lola que es “completamos la fotografía”, un poco de eso hay en este filme. El intento por completar lo que se sabe imposible. Los padres de Andrés están muertos. Entonces, a Andrés se le ocurre la tarea de recrear con los cuerpos y las voces de dos jóvenes la reproducción de las cartas que se enviaban entre sí sus padres a la edad aproximada de ellos. Analizamos en las cartas un amor y un respeto incondicional, aunque también se puede notar que Torcuato Di Tella debe viajar demasiado, aún así Kamala lo espera siempre “sin reproche”.
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Me ha parecido interesante que Torcuato Di Tella abandone la herencia familiar de ser un empresario para ir en busca de sus sueños y utopías. Algo de esto ya lo visualizamos en La televisión y yo. El padre de Andrés aparece de forma recurrente en el documental realizado en ese entonces. Torcuato fue un eminente sociólogo y profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires. Nos ha legado una extensa bibliografía. En cierta parte del documental, Andrés señala que pareciera haber realizado el filme sólo para estar más cerca de su padre; evidenciando el extenso amor y la admiración que siempre sintió por él.
Siguiendo con Ficción Privada, pienso en ese momento que narra Andrés en que se encuentra con su madre o mejor dicho, tiene cierta visión de su madre y que ella se reía siendo esto imposible, ya que está muerta. Veo el filme por segunda vez, luego de haber leído su libro Cuadernos (Entropía, 2020). Entonces me pregunto si es un elemento ficticio del documental o si realmente le sucedió. En Cuadernos aparece la idea de que muchas veces pensamos al documental fuera de los aparatos de la ficción cuando eso no es de tal modo.
En conclusión, creo que Ficción Privada como la obra en general de Andrés Di Tella es necesaria. Hay una poética con un sello propio y auténtico. En diciembre del año pasado se celebró en la Cineteca Nacional de México la “Retrospectiva Andrés Di Tella”, en donde se ha podido asistir a toda su producción. Una obra que sin duda nos conmueve.

Disponible en Cine.AR Play.