No es novedad para nadie que Pixar es una de las pocas productoras que lleva en la espalda el arduo peso de entretener y educar al mismo tiempo. Sí, además, observamos de cerca algunas de sus últimas creaciones, como Soul (2020) o Turning Red (2022), veremos que también se comprometieron a interpelar al público adulto. A pesar de trabajar con tantos objetivos, parece que los creadores aprendieron de las críticas que señalaban la molesta insistencia por parte de la productora por instalar demasiadas moralejas en sus películas y, esta vez, se decantaron por una historia más simple. En nuestra crítica de Elementos (2023) te contamos lo bueno y lo malo sobre la más reciente producción de Pixar.
La historia se desarrolla en un mundo donde los cuatro elementos conviven en armonía. Excepto por los nativos del fuego, que, por sus características físicas y temperamentales, experimentan problemas relacionándose con el agua, el aire y la tierra. La protagonista, una chica del fuego llamada Ember, lo sabrá mejor que nadie cuando tenga que aliarse con un chico del agua para salvar el negocio de su familia.
UN NUEVO RUMBO
Resulta interesante que Pixar se haya decidido por contar una película %100 fantástica, en lugar de las tramas humanas con las que parecía haberse obsesionado. Como dijimos, el salto de madurez que dio con Soul fue recibido con los ánimos más diversos por parte del público. Algunos decían que debía volver a una mentalidad más infantil y menos filosófica. Otros creían que esa profundidad de pensamiento era lo que la generación más pequeña necesitaba. Así, la productora quedó asentada en una grieta gris espesa. A partir de ese momento, la dirección que tomase iba a ser tan criticada como alabada.
Al final, ideó una trama que es mitad humana y mitad fantástica. Hace brillar lo mejor de la animación y conmueve con moralejas sobre la vocación, el deber familiar, los problemas de los inmigrantes y el correcto manejo de las emociones. Y eso es todo. Y, quizá, que eso sea todo es el problema con el que la productora se viene enfrentando hace unos años. Sencillamente, perdió su capacidad de crear historias icónicas. De esas que añoramos al día de hoy y que miramos con absoluta pena cuando son transformadas en remakes penosos.
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A pesar de todo lo dicho en esta crítica de Elementos, hay algo a reconocer: no es una mala película. Sus personajes son entrañables y el mundo en el que se desarrollan es interesante de ver. Pero, a pesar de tener anhelos y miedos humanos, no logran establecer ningún tipo de conexión con el espectador. En otras palabras, la historia trata de mantenerse en el lado humano y en el lado fantástico al unísono y, al final, no termina de simpatizar por completo con ninguno de los dos. Como película para pasar el rato, resulta ser divertida y tierna, ideal para toda la familia. Sin embargo, no es esto lo que la productora busca generar. Últimamente, se esfuerza tanto en crear películas icónicas que termina quitándoles toda la espontaneidad que caracterizaba a sus antiguas producciones.
FICHA TÉCNICA
Elementos (Elemental, 2023). Dirección: Peter Sohn. Guion: John Hobert, Kat Likkel, Brenda Hsueh. Fotografía: David Juan Bianchi, Jean-Claude Kalache. Edición: Stephen Schaffer. Música: Thomas Newman. Duración: 103 minutos. Nuestra opinión: Buena.