Solo en el último año se lograron lanzamiento musicales como Wicked, Emilia Pérez, The End, Joker 2 y la nueva versión de Blancanieves. Claramente hay un renovado interés por el género que no se recordaba desde la era de series como Glee y películas como High School Musical a principios del 2000. Así, los estudios parecen haberles dado luz verde a múltiples proyectos, con resultados muy disimiles. En la parte baja del ranking seguramente muchos coincidirán en la película O’Dessa, que se estrenó en exclusiva por Disney+ esta semana.
Sadie Sink interpreta a la protagonista, que lleva el mismo nombre que la película. Ella es una joven pobre que vive con su madre enferma y cuyo padre le dejó una guitarra. El punto de partida es bastante convencional, si no fuera porque todo esto ocurre en un páramo donde una sustancia el «plaizma», parecido al petróleo, parece haber provocado una sociedad apocalíptica donde el lider Plutonovich (Murray Bartlett) controla a la población a través de un programa de talentos por la televisión.
La propuesta es ambiciosa, pero se queda corta. No se dan explicaciones para que sirve tal sustancia, ni cómo la sociedad se deshizo totalmente a partir de ella. Durante la película, alguna que otra idea se deja entrever, pero este mundo que se nos presenta es bastante confuso. Por razones del destino, O’Dessa deberá ir a una ciudad portuaria abandonada donde se enamorará de un joven gígolo, Euri (Kevin Harrison, Jr.) y allí se enfrentará con la proxeneta de este, Neon Deon (Regina Hall).
La película avanza por poquísimos escenarios: un hotel, un paseo costero y un par de calles de esa ciudad ficticia. Si bien la fotografía abunda en colores y luces de neón, el diseño de producción le juega en contra, los props y vehículos parecen algo baratos. La sensación es la de ver una obra de teatro, o una película que no pudo disimular sus limitados recursos. Si la intención era hacer un mundo original desde cero, una buena opción sería mostrar de qué vive esta gente, que genera el plaizma, porqué todos son adictos al programa del villano, ver la psicología de personajes que viven en condiciones tan adversas.
En cambio, gran parte del metraje se dedica al romance que hay entre la pareja protagónica, mientras el mundo que atraviesan está ahí, inmóvil y la fantasía termina siendo poco convincente. A ello se le suma que no hay mucha química entre ellos y que al menos en su primera hora las canciones que entona Sink no son muy memorables.

En su tercio final, con la aparición del villano de Bartlett, realmente un hallazgo actoral gracias a la primera temporada de la serie The White Lotus, las canciones y escenas funcionan algo mejor. Las texturas del programa televisivo se trasladan a la fotografía de la película y el número musical del antagonista es memorable y más aún el número final de Sink, una balada rock que después dan ganas de agregarla a Spotify. Pero el resultado no es convincente. La película incluso tenía un buen punto de partida para una historia sencilla y anclada en la realidad: una joven cantante que viaja por los pueblos y encuentra el amor. Sin embargo, da la impresión de que los realizadores o tuvieron recursos limitados para plasmar su visión o no trabajaron el guión lo suficiente para que esas limitaciones no sean tan notables. Este es musical es un paso en falso en la actualidad del revitalizado género.
Nuestra calificación
3.0 out of 5.0 starsFicha técnica
- O’Dessa (2025)
- Dirección: Geremy Jasper
- Guión: Geremy Jasper
- Elenco: Sadie Sink, Kelvin Harrison Jr., Murray Bartlett, Regina Hall, Poker LaFarge, entre otros
- Edición: Jay Rabinowitz
- Fotografía: Rina Yang
- Música: Jason Binnick, Geremy Jasper
- Duración: 104 minutos
- Nuestra calificación: regular
O’Dessa ya está disponible en Disney+