Aunque muchos creen que el slasher y el gore son géneros desprovistos de cualquier tipo de profundidad temática, tenemos películas de sobra para comprobar que no es así. Basta con analizar los grandes éxitos de David Cronenberg o las últimas películas de Alex Garland para observar como la sangre se transforma en crítica social. Sin embargo, de nada sirve comprobar la seriedad de estas historias. Especialmente cuando sus mayores consumidores son un público al que no le importa tanto la trama: solo quieren ver sangre. Afortunadamente para los espectadores sin reservas y los que aún tienen algunas, Winnie the Pooh: Blood and Honey está en el medio de la grieta.
En esta oscura reversión de un clásico que decoró nuestras más tiernas infancias, Christopher Robin conoce a los habitantes del Bosque de los 100 Acres, cuida de ellos, y años después los abandona para ir a la universidad. La soledad no tarda en consumir a Pooh, Piglet y compañía, quienes se ven forzados a recurrir a las formas de alimentación más sanguinarias para subsistir.
Así, la película se plantea desde un principio como algo horripilante: la deformación de lo que alguna vez fue añiñado y dulce. Sin embargo, no se queda solo en esa ventaja, y propone todo tipo de profanaciones corporales, para todos los públicos. La película gustará a los que recién entran en este tipo de películas, los entendidos en el tema y los que lo consumen como medio de entretenimiento principal.
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TRAILER DE WINNIE THE POOH: BLOOD AND HONEY
Sin embargo, los aspectos más fuertes de la película son, a la vez, sus debilidades. Mucho de su éxito se debe meramente al hecho de transfigurar la inocencia de un personaje que crió a varios de nosotros. La prueba más impactante de ello son las nueve millones de visualizaciones del trailer, en gran parte provenientes del morbo de ver en que se convirtió Winnie the Pooh. Sacando este factor elemental, la película se vale bastante por sí misma, pero no puede competir contra películas del género que no tienen de que agarrarse y lo arriesgan todo para conseguir asquear a su público.
Winnie the Pooh: Blood and Honey no escatima en sangre. En eso no se la puede discutir, por lo que entra correctamente en el casillero de gore y slasher. Pero le falta lo esencial para consagrarse como una película elemental de la nueva era de los géneros ya mencionados, y es mostrar la sangre sin filtro. Más específicamente, mostrar cada segundo del acto sanguinario. En la mayoría de las escenas, vemos una tensión muy bien ejecutada que precede al acto, la cámara se desvía, y luego vemos el resultado. La decisión estética es una gran ventaja para los que no están tan acostumbrados a estas películas macabras. Pero termina siendo una decepción para los fanáticos de las mismas.
Pero no todo está perdido. Lo que las muertes no tienen de morbosas, lo tienen de originales. Y eso, considerando que acaba de estrenarse Terrifier 2, es un gran logro. La película asqueará solo a los que no están acostumbrados al tipo de propuestas que la película ofece, pero sin duda alguna sorprenderá a todos por igual.
FICHA TÉCNICA
Winnie the Pooh: Blood and Honey (2023). Dirección y guion: Rhys Frake-Waterfield. Fotografía: Vince Knight. Música: Andrew Scott Bell. Elenco: Amber Doig-Thorne, Danielle Scott, Maria Taylor, Danielle Ronald, Bao Tieu, May Kelly, Chris Cordell, Natasha Tosini, Marcus Massey, entre otros. Duración: 84 minutos. Nuestra opinión: Buena.