

La plataforma de streaming Netflix lanza de manera permanente productos originales que, con más o menos éxito, promoción o presupuesto, van nutriendo las necesidades de sus consumidores. Entre su catálogo lleno de narcotráfico latinoamericano, asesinos seriales y superhéroes, pueden encontrar una serie que tiene como principal atractivo a su prestigiosa dupla protagonista, los señores Michael Douglas y Alan Arkin.
En esta historia Sandy Kominsky (Douglas) es un actor de moderado éxito en algún momento de su pasado, además de ser un requerido y reconocido profesor de actuación. En el afán de conseguir un trabajo que le devuelva el lugar que alguna vez tuvo, se comunica periódicamente con su representante y amigo Norman Newlander (Arkin), que se encuentra viviendo la lenta muerte de su esposa -que funcionará como desencadenante de muchas de las tramas que componen esta comedia-.
El Método Kominsky reúne algunos elementos decisivos para que resulte altamente recomendable: diálogos y situaciones que resultan absurdamente familiares (incluyen chistes sobre próstatas), un reparto que sigue la misma frecuencia de las estrellas protagonistas, uno de los mejores funerales de la historia de la pantalla chica, participaciones especiales (Jay Leno, Dany Devito, entre otros) y una duración adecuada, tanto en la temporada (ocho episodios) como en sus episodios (no más de veinticinco minutos).
El creador de esta serie, Chuck Lorre, ya ha dado en el clavo en otras oportunidades. Cabe destacar que en su historial figura haber sido artífice de éxitos televisivos como The Big Bang Theory, Dharma & Greg y Two and a Half Men. Otro dato no menos importante, es que el pasado 17 de enero la plataforma antes mencionada confirmó la continuidad de la serie.
En esta temporada de premios que genera tanta polémica debido a la nominación o no de tal o cual película, no se puede pasar por alto esta oportunidad de divertirse con lo inevitable.