

Lo primero que se le debe pedir a una película de acción es justo eso; el guion y demás pasan a un segundo plano.
Keanu Reeves vuelve al que ya será recordado como uno de sus personajes emblemas, John Wick, y nos demuestra que la violencia bajo coreografías impecables, los códigos de honor y los perros, nunca están de moda.
La película vuelve a estar dirigida por Chad Stahelski con guion de Derek Kolstadt y Shay Hatten. Dan Laustsen se encarga de la fotografía y Tyler Bates de la música. El elenco esta conformado por: Keanu Reeves, Halle Berry, Lawrance Fishburne, Asia Kate Dillon, entre otros. Nuestra opinión: Muy Buena.
Para esta tercera entrega, Wick deberá enfrentarse al propio sistema del que fue parte. Pagar y responder por sus acciones en las anteriores películas, ya que hay reglas en este mundo. Habrá asesinos por doquier y miles de artimañas, sin embargo «lo único que nos separa de los animales son las reglas», como es citado en la película. Los códigos de honor, que van desde referencias a mismo James Bond hasta cualquier película de mafia, están presentes en todo momento y dejan claro que nadie esta arriba del sistema.
A nivel narrativo, pareciera que la historia viniera de un videojuego. En la primera entrega Reeves debe salir de su retiro y enfrentarse con la mafia rusa. En la segunda, con mafias mundiales y esta vez con el mundo del cual pertenece. Algo llamativo es que los personajes demuestran que el mundo se divide en dos: los asesinos que dominan la jerarquización de las cosas y resto que parece no verse involucrado.
Para esta película hay mas acción y menos motivación que en las anteriores. Wick debe arreglar su situación ya que su cabeza tiene un precio. La manera en que intenta arreglarlo es explosiva, pero a nivel historia no es tan interesante. Es una historia sencilla en la cual el personaje pasa por diferentes lugares y habla por cortos momentos con diferentes personas. Eso sí, se podría sacar una historia o spin-offs de todo lo que le rodea, sin involucrarlo a él.


Pero si de acción y fotografía hablamos, de pie. Si hay algo difícil hoy en día, es tratar de conseguir nuevas maneras divertidas de matar. Chad Stahelski lo logra, te puede crear un escena de pelea que dure 4 minutos y te haga reír, taparte los ojos y sufrir. En un mundo donde todo es CGI y cortes de plano a montón, esta franquicia hace la diferencia. Y eso también es parte de la historia y guion.
La cinta empieza muy arriba y termina con sed de más. Eso es suficiente para una buena película en la cual los actores carecen un poco de motivación. Bueno, está el perro de por medio, ese ya es suficiente trasfondo para los fanáticos de la franquicia.