‘La casa del dragón’ (‘House of dragon’), análisis del episodio 4 de la temporada 2: ‘The Red Dragon and the Gold’

Publicado el July 9, 2024 por José Rey
Crítica

Llegó el cuarto episodio de la segunda temporada de ‘La casa del dragón’ titulado ‘The Red Dragon and the Gold’. Esto fue lo que nos pareció.

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‘La casa del dragón’ (‘House of dragon’), análisis del episodio 4 de la temporada 2: ‘The Red Dragon and the Gold’

La casa del dragón acaba de servir su mejor episodio hasta ahora. Dirigido por Alan Taylor (responsable también de grandes episodios de Juegos de Tronos) en The Red Dragon and the Gold finalmente danzaron los dragones. La serie presenta así la primera gran batalla por el trono. Da la sensación de que el bando negro perdió, ya que ha perdido a la Princesa Rhaenys Targaryen, la pieza más importante de la Reina Rhaenyra Targaryen, pero, al mismo tiempo el bando verde quedó muy debilitado por la imprudencia de Rey Aegon.

El episodio inicia con Daemon Targaryen nuevamente transitando pesadillas en Harrenhal. La versión joven de Rhaenyra (y Milly Alcock) vuelve a hacerse presente para traerle pensamientos contradictorios una vez más. La casa del dragón, lejos de ser blanda, todavía no ha posicionado al villano principal de su historia. Estas visiones de Daemon parecen estar adelantándonos que la verdadera piedra en el camino de Rhaenyra será en definitiva su tío y esposo.

Daemon Targaryen discute con una bruja en Harrenhal

Mientras, Sir Criston Cole y el ejército de Aegon sigue acumulando victorias ganando terreno. Todo parece indicar que el siguiente objetivo a conquistar es justamente Harrenhal, pero Daemon no logra conseguir a su ejército todavía. Lord Grover Tully sigue en cama, y aunque se reúne con Oscar Tully, el futuro heredero, este no puede hacer nada hasta la muerte del primero. Daemon tiene las manos atadas, el tiempo corre y en Dragonstone ya empiezan a dudar de él.

La primera aparición de Rhaenys Targaryen en el episodio es en Driftmark. Es una pequeña escena pero que tiene una resonancia muy importante. Ella se acerca a hablar con Alyn of Hull, ya que quiere conocer quién es aquel que su esposo dice deberle la vida. «Tu madre debió ser muy hermosa», dice la princesa, pero antes de seguir hablando es detenida por su esposo. Rhaenys sabe que este hombre es un bastardo de Corlys Velaryon, y lejos de molestarse por el error de su esposo, se disgusta de que este no se tratado de mejor manera. Pero ese es asunto para otro momento. Rhaenys debe volver a Dragonstone. La ausencia de Rhaenrya tiene muy inquieto a su consejo, debe hacer algo antes de que las cosas exageren.

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En King’s Landing por su parte, Alicent se encuentra con doble problema. Primero, debe tomar cuanto antes un remedio casero para evitar un embarazo no deseado. Por otro, sigue dándole vueltas a su encuentro con Rhaenrya y la posibilidad de haber comprendido mal el mensaje de Viserys cuando agonizaba. Pero ni el Gran maestre le puede dar una idea clara sobre cuál es la verdad. Poco a poco va reconocimiento su error. Durante el episodio intentará buscar respuestas en libros de historia.

Rhaenys Targaryen y Corlys Velaryon en el consejo de Dragonstone

En Dragonstone, el consejo de la Reina Rhaenyra quiere tomar acción. Baela y Jacaerys intentan mantener la calma, aunque también están molestos con su líder. El consejo viaja sin timón y en el momento más crítico llegan noticias de una nueva victoria de los verdes. El ejército ha tomado el castillo de la Casa Darklyn y promete perdonarle la vida a aquellos soldados que se rindan y juren luchar por el rey Aegon. Acá descubrimos que Sir Criston Cole ya es conocido como el «Hacedor de Reyes».

Naturalmente la siguiente movida del ejercito del Rey Aegon debería ser Harrenhal. Estratégicamente es la mejor jugada. Sin embargo, un cuervo llega con otras instrucciones. Sir Criston marchará a Rook’s Rest, un pequeño castillo que no parece tener mucha utilidad. Además, está al otro lado de la bahía de Dragonstone. Una movida rara. ¿Quién dio esa instrucción? Pues el rey no ha sido. Aegon se entera en su mismo consejo que su hermano Aemond se comunica con Sir Criston a sus espaldas. Lo que es traición, es vestido como un simple favor. Aemond humilla a su hermano, dejándolo en evidencia ante su propio consejo. Una pequeña venganza por lo hecho en el episodio anterior.

Aemond en la reunión del consejo

En Harrenhall, bajo una nueva pesadilla, Daemon conoce propiamente a Alys Rivers, una especie de maestre. En realidad, es una bruja que sabe de sueños. Ella le hace entender a Daemon que Harrenhall es un castillo maldito, mientras que describe sus verdaderas intenciones con el trono. Finalmente le hace beber algo que lo «teletransporta» al día siguiente a una reunión con Sir Wllem Blackwood de la casa Blackwood. Este le promete un ejército si lucha contra los Bracken. Algo que servirá mucho en el futuro.

Por su parte, la reina llega a Dragonstone. El consejo exige explicaciones y decisiones. Pero es un poco tarde, ya que ya se sabe del movimiento de los verdes. Irán a Rook’s Rest y es vital una victoria de los negros. La Reina Rhaenyra Targaryen decide ir ella misma con su dragón, pero el consejo y, especialmente, su hijo, se niegan. Allí es donde entra Rhaenys, quién se ofrece a ir a la batalla. Aunque nadie quiera, es la mejor opción. Por otro lado, en King’s Landing, una madre y su hijo pelean. Alicent de cero tactos, prácticamente se ríe de su hijo, quien quiere ser útil. Ella pone al rey a la altura de un titare. Lo menosprecia y le pide que, antes de estorbar, no haga nada. Esto causa un efecto fuerte en Aegon, quién luego de unas copas, decide ir a la guerra también.

Bajo un gran montaje (quizás el mejor de la serie) mientras todos se preparan para la batalla, Rhaenyra le cuenta a su hijo sobre el secreto guardado de los Targaryen, el sueño de Aegon el Conquistador, la Canción de Hielo y Fuego. Momento importante en la serie porque se pueden ver las claras diferencias entre ambos reyes. Mientras Aegon busca acción, Rhaenyra busca el llamado del destino.

Rhaenyra le cuenta a su hijo sobre el sueño de Aegon el Conquistador

Inicia la batalla en Rook’s Rest. Los soldados de casa Darklyn son lanzado a la batalla, pero la verdad es que son solo son carnada. Apenas llegó Rhaenys al campo, Meleys ataca. Pero la movida de los verdes en correcta, ya que mientras Rhaenys está distraída con esto, ellos presentan su as bajo la manga. Toda la movida es una trampa. Aemond y Vhagar esperan escondidos para atacar. Cuando este se prepara, aparece el Aegon con Sunfyre. Un cambio de planes total.

El rey lucha con Rhaenys, pero no es oponente. Sir Criston Cole lo sabe, el ejercito lo sabe. Es un acto suicida. Sunfrye ataca primero, pero pierde el rastro de Meleys, que con una rápida embestida por abajo, deja herido gravemente al dragón del rey. Pero antes de que se ponga peor la cosa, aparece Aemond y Vhagar. Meleys tiene agarrada Sunfrye y Vhagar no puede lanzar fuego hasta que se separen, pero esa no parece ser la idea. Aemond ve una oportunidad, la de ganar la batalla y salir de su hermano de una vez por todas. Sin pensarlo, grita Dracarys sobre ambos dragones. Meleys se salva, pero Sunfrye es totalmente derribado y el Aegon cae.

Ambos dragones luchan en el campo de batalla

Si esa decisión ya ponía el episodio en un punto alto, el siguiente supera todo. Rhaenys tiene la oportunidad de escapar, podrán perder la batalla, pero el hecho de que el Aegon caiga es un gran paso para ganar la guerra. Pero no, una vieja guerra jamás le daría la espalda a una desafio. «Ataca, Meleys», dice Rhaenys con un tono que parece augura su futuro.

Dos de los dragones más poderosos del mundo se enfrentan. En la tierra, los soldados, logran ver la mismísima danza de dragones. Meleys ataca fuerte, rasga a Vhagar duramente y este cae. Pero cuando parece ser suficiente y Rhaenys decide volver, Vhagar ataca por abajo directo al cuello de Meleys y su gran mordida la rompe. Princesa y dragón se miran por última vez, ambas se piden perdón. Rhaenys cae y muere. Aemond logra una gran victoria. Pero eso no es todo

Abajo, Cole intenta conseguir el cuerpo de Aegon. Cuando llega el lugar donde yacen rey y dragón, es testigo de lo que parece ser la traición definitiva. Aemond tiene su espada afuera, pero con el aviso de la mano del rey, se detiene. Aegon está gravemente herido. Quemado. En el próximo episodio veremos si sobrevive. Así termina, uno de los mejores episodios que nos ha dado la televisión este año.