Mary Poppins Returns: No tan buen regreso

Noviembre de 2018 vio en Los Ángeles volver a, sin lugar a dudas, un clásico del cine. Una reversión de la película estrenada en 1964.
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Mary Poppins Regresa con todo
Emily Blunt se destaca en un largometraje que sedujo desde un principio pero terminó dejando sabor a poco

Noviembre de 2018 vio en Los Ángeles volver a, sin lugar a dudas, un clásico del cine. Una reversión de la película estrenada en 1964 a cargo de Robert Stephenson y protagonizada por Julie Andrews:Mary Poppins.

Frente al calor de estrenos de reversiones como El Rey León o Aladdín, Disney no quiso perder esta oportunidad y puso a la bella Emily Blunt como protagonista de un film dirigido por Rob Marshallquien también fue visto en películas como Chicago (2002) y Nine (2009), por las que no obtuvo ninguna estatuilla ni galardón.

La expectativa de los fanáticos ante este film es lógica, pero debe ser prevenida. El film de Marshall, y estén atentos, no es una versión calcada de la obra de 1964. Todo lo contrario, es una adaptación de hechos en la Londres postcrisis del 30; veinte años posterior a la ambientación del largometraje original.

Aquí es donde se incurre en un error. El guión debería haber sido promocionado de otra manera, ya que uno está expectante toda la película para entonar alguna de las clásicas canciones que salieron de la boca de Andrews. Lejos de esto, el film posee un soundtrack absolutamente propio y autónomo, lo que puede generar más de una aspereza en el público.

Pasando al argumento per sé, se puede decir que Mary Poppins regresa a la casa de la familia Banks, que supo abandonar allá por 1910. La crisis económica impulsa al jefe de casa -Michael, recientemente enviudado- a tomar un préstamo que no puede pagar. Automáticamente el banco, tras una serie de deudas, decide iniciar el proceso de embargo y allí se desata el conflicto. Como no podía ser de otra manera, aparece Mary Poppins para sacar a los niños huérfanos de esa situación caótica.

Musicalmente la película puede resultar atractiva. Las canciones dejan cantando al espectador y cumple en ese sentido. Pero por momentos el film peca de infantil para un público que se renueva cada día y eso hace elevar todo tipo de vara con respecto al contenido. Además de poseer una premisa los suficientemente compleja para un público +13. Los efectos especiales son sorprendentemente pobres tratándose de Disney, y por momentos la muy buena actuación de Blunt se ve opacada por un personaje secundario como es el farolero Jack (Lin-Manuel Miranda).

Dicho esto, el punto más alto del film de Robert Marshall puede hallarse en Emily Blunt. La actriz representa exactamente el papel de Mary Poppins, y ha interpretado de manera sobresaliente el tipo de personaje que requiere esta historia. Simpática, siempre elegante y bella, deja enamorada a la audiencia y quiere más. El casting de la película no tuvo la mejor de las suertes en este sentido. Los papeles de Jack y su hermana Jane Banks son silenciosos y no suman a la historia, como así tampoco los hijos del dueño de casa. El único que puede destacarse dentro de esta nomina, es el más pequeño, John Banks, quien atrapa a la audiencia desde el primer minuto. Por otro lado, Lin-Manuel Miranda logra su cometido y con creces. Aunque por momentos su protagonismo es mayor al que uno espera, termina cerrando una buena actuación para olvidar de a poco el papel bufonesco que supo tener en How I Met Your Mother, por citar un ejemplo.

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