‘Obi-Wan Kenobi’, análisis de los dos primeros episodios (Disney+)

Obi-Wan Kenobi
10 años después de los eventos del episodio III, un atormentado Obi-Wan Kenobi deberá volver a ponerse el traje de Maestro Jedi luego de un inesperado evento.
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Obi-Wan Kenobi

Lo que era impensado hace unos cuantos años por los fans de Star Wars (y la cultura pop en general), se acaba de hacer realidad. Tras el estreno de dos partes en Disney +, los seguidores de las Guerras de las Galaxias podrán ver en acción una vez más a Obi-Wan Kenobi en su formato live-action. Ciertamente a simple vista una serie del mítico Maestro Jedi parece innecesaria. Es suficientemente basto el universo galáctico como para indagar en la misma historia. Sin embargo, bajo el manto de Ewan McGregor, la dirección de Deborah Chow y con los dos primeros capítulos vistos, queda demostrado todo lo contrario.

Sobre Obi-Wan sabemos que entre el final de episodio III y el inicio del IV estuvo escondido en Tatooine vigilando de cerca al joven Luke Skywalker bajo el nombre de Ben, no mucho más. Allí entra el formato de series que hace rato le da buenos frutos a Disney +. Contextualizada 10 años después de perder a su aprendiz, Obi-Wan Kenobi se encuentra atormentado y con una actitud desesperanzadora. El inicio del primer capítulo muestra como algunos Padawans pudieron escapar luego que se diera la orden 66, dando entender que todavía habitan la galaxia muchos seres cercanos a la fuerza. Para ello existen los Inquisidores, un grupo Sith cuya misión es la búsqueda y eliminación de Jedi. Si el espectador ha visto Rebels o incluso jugado Star Wars Jedi: Fallen Order podrá reconocer rápidamente este grupo. Entre ellos se va a lucir la Tercera Hermana, conocida como Reva (Moses Ingram) quien tiene una obsesión particular con Obi-Wan. Ella es de las pocas que cree que el maestro de Anakin Skywalker sigue vivo.

Los Inquisidores se encuentran en Tatooine ya que tienen la pista de que un Jedi vive allí escondido, pero no se trata de Ben, sino de un joven cualquiera, interpretado por el muy querido Benny Safdie (Good Time, Uncut Gems, Licorice Pizza). Este Jedi busca ayuda en Obi-Wan y es negada por el maestro. Acá la primera sorpresa de la serie. ¿Qué ha pasado con Kenobi? ¿Perdió la fe en la fuerza? Emulando a Luke en el episodio VIII, Obi-Wan cree que la era de los Jedi ha terminado, no hay mucho más que hacer, perdieron, solo agachar la cabeza y pasar desapercibido. Lo cierto es que vive en un constante conflicto, por la noche sufre pesadillas con la muerte Anakin y busca sin éxito alguna conexión con su antiguo maestro Qui-Gon Jinn. Además, sabe que en algún momento debe entrenar y preparar a Luke, pero un desencuentro con el Tío de Ben demuestra sus dudas internas. Ya no es el mismo maestro. El miedo de volver a fallar lo hace dudar. Para el final del episodio le habrá fallado al Jedi en apuros. Lo cual también es fallarle a la fuerza. Definitivamente solo algo muy importante lo podría hacer cambiar de parecer. Y sí que pasa algo importante.

Luego de varios minutos con el caluroso y abrumador ambiente de Tattoine, durante el primer episodio pasamos a un lugar mucho más lindo, avanzado, elegante y sin arena. Pocos segundos harán falta para entender que estamos en Alderaan, lo cual es sinónimo de nada más y nada menos, la princesa Leia Organa. Pero esta vez estamos hablando de una Leia de 10 años. Sonrisas y alguna que otra lagrima de emoción aparecerán en el espectador. Un total giro de 180 grados, que no se veía venir. Leia, que ya desde chica demuestra su fuerte carácter, será lo que parece el detonante de la historia. Ella es secuestrada por un grupo de cazarrecompensa contratados por Reva, quien sabe que la única manera de que Obi-Wan aparezca es poniendo en peligro a aquello que juro proteger. Su padre adoptivo Bail Prestor Organa (Jimmy Smits) le ruega a Kenobi su ayuda, pero este se niega. No aguantaría fallar una vez más. Para suerte de todos al final decide ir a su rescate. Una última batalla. Desempolva su sable de luz y con la pista de que la niña está atrapada en Daiyu, un planeta lleno de criminales, parte a su misión.

Ya con la información servida el segundo episodio se hace más ameno por la acción. El desconfiado protagonista ya en Daiyu se las ingenia para llegar hacia Leia y liberarla. Pero es rápidamente expuesto. Informada Reva de la presencia de Kenobi llegarán también los Inquisidores al planeta. Los 10 años de anonimato son tirados a la basura. Todos saben y todos buscan al gran general de la Batalla de los Clones. Leia, siempre un paso adelante, desconfía de la identidad de Kenobi pero el sable de luz habla por si solo, y si fuera poco, Obi-Wan se ve obligado a reconectarse con la fuerza para salvar de una caída a Leia. Más allá de la acción, lo mejor del episodio es la interacción entre el Jedi y princesa. Por otro lado, está Reva, por momentos es pedante y molesta, pero una conversación con el Inquisidor Supremo deja en evidencia que hay una historia detrás más grande de la que imaginamos. Eso quedará para otros episodios.

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Por si fuera poco, lo mejor llega al final. Obi-Wan y Leia logran escapar, no si antes responder una de las grandes dudas en el Universo de Star Wars. Antes de escapar, Reva y Kenobi tiene un pequeño encuentro, allí ella le revela algo impensado por el Maestro Jedi. No sabemos si es por simple ignorancia, por no investigar lo suficiente o por desconexión con la fuerza, pero lo cierto es que Obi-Wan Kenobi se entera por Reva que Anakin Skywalker está vivo y es Lord Vader. Su pesadilla interna empeora inmediatamente ya que la historia con su aprendiz no está cerrada. Tras 10 años creyendo que lo había matado llega la revelación. Queda claro que está noticia guiara los siguientes episodios.

Sería irresponsable de mi parte no aclarar que soy un gran fan de Star Wars. Sin embargo, más allá de eso, debo decir que los dos primeros episodios de Obi-Wan Kenobi son exageradamente buenos. Todo lo que tiene que estar de las anteriores películas está. Todo lo que se podría esperar de este lapso en el tiempo desconocido por los fans, está y más (por lo menos por ahora). Y todo lo que debe estar por el futuro desenlace que ya conocemos también se encuentra. Ejemplo, el por qué Leia confía tanto en Obi-Wan en Una Nueva Esperanza. En otras palabras, pasado, presente y futuro se empiezan a encontrar de manera orgánica. El reto quedará en no abusar del fan service. Por último, queda esperar a los viernes y disfruta de una serie que promete grandes cosas.

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