El lujoso complejo turístico The White Lotus abre sus puertas una vez más para hacer la segunda entrega de esta antología que, sin dudas, mantiene el legado de la primera temporada estrenada en HBO. Esta vez nos ubicamos en Sicilia, con nuevos personajes, nuevos lienzos en su intro que plasman el escenario actual y el tema principal un tanto modificado para reflejar la ópera italiana.
Mike White es el creador, escritor y director nuevamente. Si hay algo de lo que sabe hacer es aprovechar al máximo todo lo que un piloto debe hacer: sumergirnos al mundo donde circulan los personajes, pero sobre todo las dinámicas que hay entre ellos.
Desde una toma de la playa bajo el sol siciliano, la cámara poco a poco se acerca a Daphne, una huésped que no puede evitar meterse en la conversación de sus vecinas para aclararles que ese paraíso es de lo más romántico y adorable que podrán vivir. Luego decide abandonar su lugar para darse el último chapuzón al mar antes de que sus placenteras vacaciones culminen. La cámara en mano sigue a este personaje hasta el mar y nos delata esa tensión que se aproxima, la huésped comienza a nadar y encuentra un cuerpo flotando. Un cadáver para recordarnos lo que ya vivenciamos: The White Lotus no es tan idílico como parece.
Luego nos sumerge a una semana atrás del hecho, cuando los huéspedes provenientes de Estados Unidos arribaban al lugar y descendían de los catamaranes como una especie de desfile: un grupo de matrimonios amigos, Theo James y Megan Fahu como Cameron y Daphne Sullivan; Will Sharpe y Aubrey Plaza como Ethan y Harper Spiller. Luego, tres generaciones de hombres de la familia Di Grasso, F. Murray Abraham como el abuelo, Michael Imperioli como el hijo y Adam DiMarco como el nieto. También nos reencontramos con Jeniffer Coolidge como Tanya McQuoid acompañada de su nueva asistente Portia.
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Una vez que podemos tener la impresión de los personajes, White es perspicaz para direccionar a la audiencia. Cuando los matrimonios amigos están recorriendo sus habitaciones, un ornamento extraño parecido a un rostro acapara la mirada de todos hasta que uno le pregunta al empleado del hotel que significa. “La historia es de un moro que una vez se hospedó hace mucho tiempo y sedujo a una lugareña pero ella descubre que él tenía una esposa e hijos. Y como él le mintió, ella le cortó la cabeza”. El ornamentoteste di moro no solo presagia el hecho de la muerte que ya conocemos, sino que nos mantiene atentos en cómo leer las motivaciones de cada personaje de ahora en más.
Una de las diferencias notables con la primera entrega de HBO, es que esta vez poco sabemos de los empleados del hotel y la mánager simplemente cumple su función, además de la barrera del idioma, podemos intuir que estos elementos subrayan la idea de que los problemas serán un rollo interno entre los visitantes.
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Tal como el clima que invade en las playas sicilianas del escenario, el calor y el sudor serán parte de los personajes como marca de una tensión sexual que invade y palpita fuertemente, donde la infidelidad, el adulterio y el libertinaje harán su conquista en esta serie de HBO.