Escrita por Mariano Cohn y Gastón Duprat y dirigida por Ariel Winograd, Coppola: el representante gira en torno a distintas anécdotas que recorren la vida de Guillermo Coppola, encarnado por un estelar Juan Minujín. El foco se centra en su labor como mánager de Diego Armando Maradona, mientras atraviesa distintos momentos personales que pondrán en jaque su estabilidad emocional.
¿Qué más hay para decir de Coppola: el representante?
La serie se muestra a sí misma como un anecdotario, compuesto de seis capítulos con momentos cumbre de lo que la vida le ha dado (y quitado) a Coppola. Figura controversial si las hay, sospechosa incluso de cruzar límites morales y legales. Amigo y representante de Maradona, Coppola dedicó su vida a ser la sombra de Dios y el abogado del Diablo. La serie trabaja estos aspectos, las repercusiones del mundo profesional en su vida personal, junto con un amor recíproco con el astro que consume todo su ser.
Para manejar dicha dualidad, la serie plantea un tono comédico, e incluso satírico. El personaje que crea Coppola sabe mantener la seriedad cuando requerida, pero también posee un encanto que saca una sonrisa en la situación más tensa. Es la mejor forma de representar lo que un hombre rodeado de presiones supo ser.
Se relata la vida de Coppola en una estructura que divide los distintos momentos en bloques, dándole un desarrollo y valor narrativo al anecdotario. Cuenta con un montaje divertido y dinámico, que combina lo cómico con lo serio. Esta dicotomía da nacimiento a una ironía incómoda, la cual refleja perfectamente lo estresante de cada situación. En cuanto a la propuesta visual, cada episodio trabaja con la estética televisiva de época, respectiva a los años tratados.
“Diego es una idea, una ilusión. Y nadie sabe mejor que yo cómo venderle esa ilusión a la gente”, palabras de Coppola que perfectamente exponen lo que su personalidad es, fue y será. Una vida que, por momentos, se dedica pura y exclusivamente a cuidar a un ser indomable.
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La serie no es del todo complaciente con la imagen del empresario, e ironiza momentos que, realizados desde un enfoque más sobrio, podrían dejarlo muy mal parado. Por más que caiga de pie, el protagonista vive al filo del abismo. La serie le hace saber al espectador que tal exceso no ha de ser adorado. Ni siquiera el mismo Coppola disfruta de su vida por momentos.
Un barrilete indomable
La ausencia física de Maradona en la serie posa en la conciencia de que, aunque relegado a un papel secundario, habría desviado por completo la atención del foco central de la trama. Sin embargo, su presencia, aunque no física, es constante e influye directamente la vida de Coppola.
La serie le da el rol de todopoderoso a Maradona, mostrando en él una dualidad entre el Dios y el Diablo. Todos los sucesos mostrados son causados por su existencia, él dicta el compás que mueve la vida de Coppola de aquí para allá, para bien o para mal. Se juega con su imagen de una manera extraña, exponiendo sus excesos hasta un punto límite mientras es venerado como un ser sobrehumano. Nada nuevo para lo que rodeo a Maradona toda su vida, pero sí se trata de una decisión arriesgada.
Un lento inicio

Los primeros dos capítulos abordan la figura de Coppola. Desde su labor en Nápoles, lo que podría denominarse el apogeo de la carrera de su representado, hasta su caprichoso deseo de estar con una mujer a cualquier costo. El ritmo que toma la serie en este fragmento no llega a ser lento, pero no hace más que jugar con la personalidad de Coppola para divertir al público. Los momentos climáticos de cada episodio no parecen tomar forma, y se desvanecen de inmediato. El impacto es mínimo. Se prestan más como gags divertidos, lo cual es perfectamente logrado si era el objetivo inicial.
Punto de quiebre
El tercer episodio de Coppola: el representante nos presenta un conflicto más interesante, junto con un desarrollo de las circunstancias más serio. “Mi amigo Poli” presenta dos tramas casi simultáneas: las jugarretas de Coppola para silenciar el romance entre Maradona y Alejandra Pradón, y la muerte de “Poli” Armentano, uno de los mejores amigos del protagonista.
Por más que el tono se trate de mantener en la comedia, se ponen en escena situaciones que lo obligan a cambiar. Coppola se comienza a ver sobrepasado por su realidad, y lo que toda la vida tuvo bajo control, comienza a rebelarse de su carisma. Las cargas comienzan a ser cada vez más pesadas, y él lo sabe.

En cuanto al cuarto capítulo, las consecuencias comienzan a llegar. Coppola se ve directamente involucrado en una causa relacionada con el narcotráfico, cayendo en prisión hasta que la causa se esclarezca. La serie no se enfoca en probar la inocencia o culpabilidad del protagonista, sino que se limita a narrar su nueva vida en la cárcel. De forma irónica, pero a la vez cruda, Coppola toca fondo. El inicio del episodio toma un tinte del género policial atrapante y frenético muy bien logrado, pero que se va diluyendo a medida que se desarrolla el mismo.
“El caballito ganador”
En mi opinión, el mejor tramo de la serie. Vemos a un Coppola cansado, retrospectivo. El protagonista ha de viajar a Cuba para acompañar a Maradona en su rehabilitación, y durante el vuelo recuerda cómo es que llegó a formarse un nombre en su juventud. Satírico, capaz de recalcar lo impresentable de Coppola, el capítulo nos da un frenético vistazo al cómo un joven con aspiraciones logra convertirse en el “manager exclusivo” del mejor jugador del mundo. Resume perfectamente la esencia de su personaje principal, dejando un crudo contraste entre la viveza que lo motivó en su juventud y el estrés que lo desvive en su adultez. Es digna de recalcar la actuación de Santiago Bande como el joven Coppola, mimetizándose a la perfección con la personificación de Minujín y a la vez, dándole un aire más rebelde al personaje.
El cierre de la serie Coppola: el representante plantea alrededor del partido homenaje a Diego Maradona. Aquí vemos un Coppola absolutamente abatido por las circunstancias, planeando dejar todo de lado por su propio bien. Tras una serie de desenfrenados actos por parte de su representado, el protagonista se decide a “separarse” de él para así encontrarse a sí mismo fuera de la relación. Angustiado, Coppola se sienta para observarse a través de la cámara en el último plano de la serie.

FICHA TÉCNICA
- Coppola, el representante (2024)
- Dirección: Ariel Winograd
- Guion: Emanuel Diez, Marin Bustos, Mariano Cohn, Gastón Duprat
- Elenco: Juan Minujín, Mónica Antonópulos, Mayte Rodriguez, Alan Sabbagh, Yayo Guridi, Anna Favella, Teté Coustarot, María del Cerro, Federico Barón, María Campos, Nicolás Mateo, María Marull, Fabián Arenillas, Roxana Randón, Azul Fernández, Gerardo Romano, entre otros.
- Fotografía: Federico Cantini, Sebastián Cantillo
- Edición: Andrés Quaranta
- Nuestra opinión: Buena