«Un cuento compromete, de un modo dramático, el misterio de la personalidad humana» sentenciaba Flannery O’Connor, en El arte del cuento. Qué es el cuento sino búsqueda, ejercicio reflexivamente sintético sobre la condición humana. Bien contado, dice Cortázar, puede reconectar al lector con «su circunstancia de una manera nueva, enriquecida, más honda o más hermosa». Qué es el cortometraje sino el equivalente audiovisual del cuento, igualmente comprometedor como dice O’Connor, igualmente transformador como sostiene Cortázar. Qué es ‘Love, Death + Robots’ sino claro ejemplo de las potenciales fuerzas transformadoras y comprometedoras de un corto. Su primer volumen, estrenado en 2019, la convirtió en una de las favoritas del público por su crisol de estilos de animación, de géneros y de tópicos. Netflix escuchó: la segunda tanda llegó el pasado 14 de mayo y hay tercera confirmada para 2022.
Al igual que su predecesora, ‘Love, Death + Robots’ Vol. 2, tiene un nivel de animación impresionante, mientras que el sonido cobra un rol fundamental. Se repite el liderato de la ciencia ficción en el podio de los géneros –seguido de lejos por el fantástico– así como el patrón de producción : cada capítulo está animado por un equipo diferente. La cantidad de relatos ha disminuido: solo 8 frente a los 18 de la primera temporada. El sentido común lleva a pensar que menor cantidad es igual a mayor calidad. Habrá que ver.
‘Love, Death + Robots’ Vol. 2 Dirección: Alex Beaty, Dominique Boidin, Elliot Dear, Jennyfer Yuh Nelson, Léon Bérelle, Maxime Luère, Meat Dept, Robert Valley, Simon Otto y Tim Miller Guión: Harian Ellison, J. G. Ballard, Joachin Heijndermans, Joe R. Lansdale, John Scalzi, Meat Dept, Philip Gelatt, Rich Larson y Tim Miller. Reparto: Archie Madekwe, Ben Giroux, Emily O’Brien, Fred Tatasciore, Ike Amadi, Michael B. Jordan, Michelle C. Bonilla, Nancy Linari, Nolan North, Noshir Dalal, Sebastian Croft Dirección de arte: Bram Sels, Celine Lam, Cory Evans, Dan Milligan, Daniel Røsnes, James Busby, Joshua Flynn, Kai Kiønig Bortne, Laura Tofarides ,Mariusz Kolodziejczak, Matt Walker, Mehmet Özdemir, Mandt Nielsen, Nathan Flynn, Osman Baloglu, Rachel Brown, Rune Spaans, Steven Higton Nuestra opinión: Buena
|Te podría interesar: CRÍTICA ‘THE WOMAN IN THE WINDOW’, LA NUEVA PELÍCULA DE NETFLIX CON AMY ADAMS
El todo versus las partes
Si la concebimos como un todo, el segundo volumen de ‘Love, Death + Robots’ es superior al primero. Hay un mejor balance, una uniformidad, inclusive una mejor conexión entre las obras y, a su vez, una variedad que hace mantener a cada una su peso específico. El orden asignado a los capítulos es en cierto sentido relevante, algo que no sucedía en la primera entrega. Hay una suerte de hilo conductor que tiene que ver con un clima de época. En casi todos los capítulos hay un mundo futurista que se ha transformado para mal. Sin embargo, aparece una resistencia, que no derrumba las macroestructuras inconmovibles de la sociedad, pero que deja un mínimo atisbo de esperanza para el cambio (aunque meramente individual). Es el caso de los primeros tres capítulos: ‘Servicio al Cliente Automatizado’, ‘Hielo’ y ‘Respuesta Evolutiva’.
En ‘Servicio al Cliente Automatizado‘, en una Florida distópica donde la humanidad depende (física y legalmente) de los robots, una anciana se ve obligada a rebelarse contra el sistema por un error de su androide doméstico.
‘Hielo‘, transcurre en un gélido planeta, allí casi todos los humanos están modificados por dispositivos cibernéticos que mejoran ampliamente sus capacidades motrices. Salvo Sedgwick, el protagonista, que al principio se siente excluido, pero al final logra integrarse a un grupo de «mods» gracias a su hermano.
En ‘Respuesta Evolutiva‘ encontramos otra sociedad distópica, inspirada en Brazil (1985) y Blade Runner (1982), en la que la superpoblación es el mayor de los problemas y la inmortalidad es posible (si no se tiene hijos). El protagonista es uno de los múltiples encargados del «control» poblacional, pero cae en amplios dilemas morales y el clímax de la historia es su redención.


Considerando el todo en otros sentidos hay que hablar, por un lado, del tono. Es otro factor que realza la uniformidad. En casi todos los capítulos hay una solemnidad dramática imperante en la que apoyan las obras para subrayar sus reflexivos mensajes (que no todas llegan a terminar de cerrar con fuerza). Las excepciones son, en primer lugar, ‘Servicio al Cliente Automatizado‘, donde la crítica social se da de forma cómica/irónica entremezclado con momentos de terror. En segundo, ‘La Visita’, un relato ciertamente incategorizable: simpatiquísimo por sus referencias (Alien y al Laberinto del Fauno) e interesante en su peculiar subversión del género «christmas movies», que deriva en momentos cómicos dentro de un ambiente que podríamos llamar «de terror», pero no mucho más.
Por otro lado, está el principal escollo: la reiteración de la animación hiperrealista. La mitad de los capítulos implementan este estilo que, no puede negarse, deja muy bellas imágenes. Pero que pierde ante las demás técnicas si no tiene una historia que la sostenga. Es el caso de ‘Un Albino en el Desierto‘ y ‘El refugio‘. Sus tramas caen en lugares comunes, adivinables. Quizá ‘El Refugio’, por su dinámica claustrofóbica y frontal intrínseca, es superior.


Ahora bien, analizando las partes, el segundo volumen se queda corto: no hay uniformidad en términos cualitativos, sobre todo en relación al guión. Selon moi, solo ‘La Hierba Alta‘ y ‘El gigante ahogado’ son los capítulos que están al nivel de los mejores del primer volumen. No casualmente iniciaba esta crítica haciendo referencia al arte del cuento: los dos son adaptaciones de relatos cortos fantásticos, de Joe R. Lansdale y J. G. Ballard respectivamente. Ambos logran, de maneras distintas, trasladar la esencia de lo literario a la imagen.
‘La Hierba Alta’ es asfixiante y va al galope. Hace gran uso del plano subjetivo (en la cabeza del personaje) para que nos pongamos en su piel. Es el relato de choque, el que no se puede parar de leer para ver qué pasa donde el diálogo es sustituido por las acciones. La inspiración en H.P. Lovecraft y el gótico sureño son claras.
‘El Gigante Ahogado’, en cambio, es sereno y reflexivo. Orientado a una lectura pausada, casi con vocación de texto filosófico y se presta a ello, a pesar de pertenecer al fantástico. En la adaptación el efecto es análogo: el uso de la voz en off que acompasa a las imágenes logra mantener ese tono que interpela al espectador a partir de las reflexiones del protagonista/narrador. Lo efímero de lo maravilloso cuando se vuelve cotidiano, la capacidad destructiva de la humanidad, la posibilidad de ser copias platónicas de la idea de gigante, son algunas de las cuestiones que se deslizan del mejor capítulo de este segundo volumen que usufructúa verdaderamente la fuerza comprometedora y transformadora del relato corto.


A pesar de sus bemoles de guión ‘Love, Death + Robots’ sigue siendo una joya única en el catálogo de Netflix y en la industria en general. No hay otros proyectos de esta índole con tal nivel de calidad técnica. Gran corolario sería que utilizaran la ventaja de su durabilidad –totalmente accesible para el público casual– para sorprender e impactar desde lo narrativo al mismo nivel que lo hacen desde lo visual