Menem, El Eternauta y ahora División Palermo. 2025 es el año que reinvindicó totalmente la producción audiovisual argentina. Todos proyectos con un estilo visual propio, que abordan distintos géneros, que aprovechan a los talentosos actores argentinos y que tienen el consenso de la crítica y el público. En esta crítica te contamos de qué trata la temporada dos de la serie creada por Santiago Korovsky y porque comprueba que es la mejor comedia de la década salida del país.
En estos episodios Felipe (Korovksy) es reclutado por la secretaría de Inteligencia de la ciudad de Buenos Aires, a través de la agente Arellano (Alejandra Flechner). Así deberá averiguar los secretos de Miltón, un empresario que administra un café (Juan Minujín). Además, la guardia urbana continuará con sus tareas comunitarias y Miguel (Daniel Hendler) verá su liderazgo cuestionado hasta por un robot inteligente.
A su vez, habrá nuevas tensiones en la relación entre el protagonista y su pareja Sofía (Pilar Gamboa), que experimentan un distanciamiento. Y todo esto se dará en el medio de una campaña electoral entre la ministra de Seguridad de la ciudad, Carolina Posso (Valeria Lois) y un nuevo candidato disruptor (Esteban Bigliardi).
División Palermo cuenta con un humor que funciona en varios niveles: desde su crítica a la cultura porteña, con sus políticos que impulsan la mano dura y tomas estudiantiles, pero también con sus diálogos ingeniosos y su humor físico. En esta oportunidad, a su vez se suma la intertextualidad con la vida de los actores, sobre todo en la inclusión de Martín Piroyansky y su juego con su parecido con el creador de la serie. Hasta se anima al humor más negro, sobre todo en sus capítulos finales que incluyen una subtrama de un club sadomasoquista y varias muertes gráficas.
Otro punto a destacar es que continúa con su sabía aproximación a la discapacidad. En varios diálogos se escucha el término «disca», que el propio sector utiliza para nombrarse a si mismo. Parece tan solo una palabra, pero que en un proyecto de tal llegada se use y que así llegue a espectadores que no están familiarizados con las luchas y vidas de las personas con discapacidad es muy importante. También cuestiona, ya desde la primera temporada y expandida en esta, esa mirada infantilizada y de víctima que se le da. Hay incluso un episodio donde sin posibilidades laborales, un grupo decide robar un banco.
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Lo mejor que puede hacer uno como espectador es sorprenderse, no leer nada y dejarse llevar por los episodios, que tienen una duración total de 2 horas 26 minutos, casi una película. Pero si se puede adelantar que entre los actores invitados hay figuras del cine, teatro y televisión argentina como los antes nombrados Flechner, Bigliardi y hasta Inés Efrón, en papeles nunca vistos. Y que hay escenas y diálogos que sacan grandes carcajadas, chistes incluso mejores que los de la primera temporada.
Si hay algo que se le puede decir en contra es que pareciera que los realizadores no quieren continuar con el proyecto. (Spoilers: la división es disuelta en un recorte presupuestario y los personajes prefieren dedicarse a un café y en el caso de la pareja protagónica, afianzar su relación). El último episodio toma mucho del climax de la temporada anterior y el destino de los personajes parece de cierre.
Esto es una decisión extraña porque la serie es sumamente exitosa y gran responsabilidad la tiene Korovsky, un gran comediante, con un humor que seguramente traspasará fronteras y que, sin darse cuenta, dejó un nuevo clásico de la comedia argentina.
4.0 out of 5.0 starsSegunda crítica de División Palermo / Mery Linares

“Éxtasis, todo el tiempo vivo en éxtasis…”. Así suena Charly García al final del sexto episodio de la segunda temporada de División Palermo y no hay mejor forma de describir la sensación con la que te deja esta serie: risa, ternura y esa chispa de energía. Es tan cómica, inteligente, impredecible y voraz como la primera temporada, o incluso mejor.
Santiago Korovsky regresa con su personaje de Felipe, un Guardia Urbana que intenta levantar su vida mientras todo a su alrededor se hunde en un caos hilarante. Pero ahora, Korovsky le suma una capa inesperada: el mundo de los espías. Así, División Palermo se transforma en una parodia deliciosa de aquellas películas de espionaje, mezcladas con la energía de la screwball comedy. No se trata solo de humor negro, que sigue siendo impecable y filoso, sino de una serie de enredos tan brillantes que se convierten en un laberinto de gags afilados e imperdibles.
Lo que más brilla, sin embargo, es el carisma de cada personaje y el amor palpable que se tiene esta familia improvisada que forma la Guardia Urbana. División Palermo es una comedia de enredos, pero también una historia sobre la necesidad de encontrar una comunidad incluso en el desastre. El primer episodio es una delicia en sí mismo: juega con una broma de la vida real, la confusión frecuente entre Santiago Korovsky y Martín Piroyansky, y convierte ese gag en el motor de conflicto del capítulo. Un gesto de humor autorreferencial que funciona a la perfección.
La segunda temporada ya está completa en Netflix, con más acción, más humor y más crítica social, pero sin perder nunca el corazón. Y prepárense que hay de todo, incluso ¡hasta un puma suelto!
Pilar Gamboa está increíble, confirmando que es de las grandes actrices argentinas que podemos disfrutar. Y las apariciones de Minujín y Bigliardi son puro disfrute. División Palermo es una de las grandes comedias del año, pero es, en todo sentido, un pequeño éxtasis.
4.0 out of 5.0 stars
Ficha técnica
- División Palermo, segunda temporada (2025)
- Dirección: Santiago Korovsky, Rafael López Saubidet y Diego Nuñez Irigoyen
- Guión: Andrés Pascaner
- Elenco: Santiago Korovsky, Pilar Gamboa, Daniel Hendler, Martín Garabal, Charo López, Juan Minujín, Inés Efrón, Martín Piroyanski, entre otros.
- Fotografía: Christian Cottet y Roman Kasseroller
- Edición: Ana Remón
- Música: Sergei Grozny
- Duración: Seis episodios de 30 minutos
- Nuestra calificación: Muy buena (Ambas)
La segunda temporada de División Palermo se encuentra disponible en Netflix