‘The White Lotus’, segunda temporada: Arrivederci, Mike White

Jennifer Coolidge en la segunda temporada de The White Lotus
Culminó la estadía de la segunda temporada de The White Lotus. Un alojamiento que sorprendió todas las expectativas de sus huéspedes.
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Jennifer Coolidge en la segunda temporada de The White Lotus

Mike White, creador del cosmo vacacional donde todo puede pasar, nos demostró con su final de temporada como el privilegio y la riqueza no te salvan del absurdo y el peligro de la vida.  ‘Muchas veces compramos el dinero, demasiado caro’, decía el escritor inglés, William M. Thackeray, también reconocido por su retrato satírico en la época victoriana, un enunciado que cala profundo en la cosmogonía de Mike White. El creador de The White Lotus y responsable de esta segunda temporada, prueba que el dinero puede costarle a sus personajes: los principios, la dignidad e incluso la vida.

La segunda entrega pasea por las calles de Sicilia donde los pasadizos murmuran tensión, lujuria y alegorías de muerte. Una temporada impoluta, lasciva y tensa. Con personajes que se despellejan con la historia y un final que recita la poesía de una ópera cantada.

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Tanya Mcquoid

Tanya es el punto de unión en el mundo de The White Lotus ya que es la única huésped de la primera temporada que regresa al resort por insistencia de su marido Greg en pasar unas vacaciones en Sicilia. Entre tanto desdén por parte de él, Tanya logra con todo su dinero seguir confiando y al menos tener un día como Mónica Vitti. Pero su dinero le cuesta caro, su confianza la traiciona y su imprudencia la ahoga. Sin dudas la sátira llega a su pico en el episodio final, y la gran Jennifer Coolidge eleva el final con pasajes cargados de tensión y salpicados de comedia que la transforman en una actriz heroica.

Detalles

A diferencia de la primera temporada, los detalles ocupan más espacio dentro de la historia. Obras de artes, ornamentos, piezas arquitectónicas están al servicio para decorar cada episodio con mensajes ocultos, pero sobre todo como una especie de vidriera de museo, una alusión a “la belleza está en los ojos de quien mira”. La belleza trasladada a la verdad.

Testa di Moro

El piloto comienza con el presagio de una leyenda llamada ‘Testa di Moro’ plasmada en una jarra de porcelana con forma de cabeza que cuenta sobre un moro que vino una vez a las tierras de Sicilia y sedujo a una lugareña, pero ella descubre que él tenía una familia en su país y como le había mentido, decide decapitarlo. Esta leyenda se la transmite un empleado del hotel al par de matrimonios amigos compuesto por Cameron Sullivan (Theo James) y Daphne Sullivan (Meghann Fahy); Ethan Spiller (Will Sharpe) y Harper Spiller (Aubrey Plaza).

Esta historia hostiga tanto a los matrimonios como a los espectadores a lo largo de toda la temporada. Nos engatusa que la muerte se originará en esa dinámica trastornada entre Cameron y Ethan al punto de colisionar como un volcán en llamas. Hasta que el final sorprende y vocifera el sarcasmo a la doble moral. El autor decide que sus personajes se dobleguen a sus principios como la única salvación de la muerte que tanto hacía eco en esa leyenda. Las actuaciones del par femenino, Meghann Fahy y Aubrey Plaza, como el agua y el aceite son sublimes.

La estafa y el engaño

En el mundo de The White Lotus los personajes son estafados, y el engaño forma parte de un código que se inyecta en los vínculos. Pero esta vez quienes representan esta forma de vida a la perfección son las escorts italianas, Lucia Greco (Simona Tabasco) y Mia (Beatrice Granno). Es en ellas donde Mike White apuntala la sátira al salvador rico y americano y realiza una conclusión legendaria que demuestra que ellas no solo habían seducido a sus blancos ricachones sino a toda la audiencia.

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Las generaciones

Otro de los tópicos que a Mike White le conciernen son los saltos generacionales y sus distintas visiones del mundo. En esta entrega el creador decide subir un peldaño más y llevar el dilema a la familia Di Grasso compuesta por el abuelo (Murray Abraham), el padre (Michael Imperioli) y el nieto (Adam DiMarco). Aunque el sentido de su viaje es buscar el origen de sus ancestros, el mismo se transformará en una odisea donde los personajes intentarán poner todo sobre la mesa de sus cenas desde el machismo empedernido en su familia hasta en la película el padrino. Y es así como Michael Imperioli realiza uno de los mejores discursos a su padre y cuestiona su idiosincrasia que tanto lo moldeó.

Así es como el domingo pasado, The White Lotus nos dijo “Arrivederci”. Mientras tanto habrá que ahorrar para las próximas vacaciones que ya están aseguradas, pero aún se desconocen detalles de la ubicación de la tercera temporada.

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