En las últimas horas, se dio a conocer que la plataforma de streaming más grande del mundo, Netflix, liberó una especie de teaser o trailer donde se prometen una película cada semana durante todo el año 2021. En este trailer aparecen estrellas como Dwayne Johnson, Gal Gadot, Ryan Reynolds, Amy Adams, Leonardo DiCaprio, entre otras, promocionando sus películas que se estrenan directamente en plataforma este 2021. Si el cine ya estaba considerado muerto con la decisión de Warner del año pasado, con esta nueva noticia nos queda claro que no hay manera de resucitarlo.
Netflix, en su afán de rellenar de contenidos su plataforma, se mete de lleno en el mundo de las películas y las transforma en series. En productos que la gente espera, ya que está su actor o actriz favorito. Contenidos cuyo único objetivo es estar ahí, ser vistos para después ser olvidados. Netflix hace del cine -o de las películas-, materiales para consumir y tirar, crea y hace y produce para que la gente se quede en esa única plataforma. Van a por todo, doble o nada. Y no es para culparlos.
Está de más aclarar, pero se tiene que partir de la base que Netflix -y el resto de las plataformas de streaming- mira al cine y a las películas y a las series como un negocio. De igual manera que Emilio, el del kiosco, tiene que vender chicles, Netflix tiene que vender películas. Más claro, imposible.
En un mundo actual donde el cine como experiencia y lenguaje está sumamente podrido, en su mayoría gracias a las plataformas de streaming, no se puede esperar otra cosa que «películas para fans» -como se refiere La Roca en el trailer después de que Ryan Reynolds diga que «amamos las películas»-. Todo calza como anillo al dedo. Gracias a la poca capacidad mental del espectador actual promedio (ese autoproclamado «cinéfilo» que cree que las películas son únicamente de productoras, que festeja todos los estrenos de superhéroes y que va tachando de su lista personal películas como si fuesen figuritas y no procesa nada de lo que mira), la pandemia por coronavirus y el cierre de los cines, esta estrategia de marketing -como muchas otras- que destruye el valor fílmico, la experiencia y el pensamiento propio cuando se mira una película se puede llevar a cabo sin ningún problema.
Y para colmo, estamos hablando de películas con estrellas, que están solamente para hacer tiempo en pantalla, ponerse el sueldo en los pantalones y despues salir en un trailer diciendo «amamos las películas». Y no es para criticar a las estrellas, que por algo llegaron donde están, sino a lo que me refiero es que no venden películas autorales o críticas, sino que en su mayoría son por encargo. Chau a los autores de cine, hola a las grandes producciones de una semana para luego mirar y tirar, por eso las películas no duran hoy en día.
Y no me malinterpreten, porque todo tiene su lado positivo, siempre hay lugar para el vaso medio lleno. La ecuación es fácil: una película a la semana, diferentes actores, diferente equipo técnico y diferentes producciones, está más que claro, si bien Netflix mata al cine, también abre lugar a mentes, que si bien hacen las cosas solamente por encargo, el hecho de que haya cada vez más personas con trabajos en este tipo de ámbitos donde es bastante difícil, da bastante aliento. Una cosa es esa, pero otra cosa es mirar el resultado final, la ecuación ya está hecha.
Este mensaje va para ustedes, masas sin pensamiento propio que tuvieron que buscar el significado del final de ‘Tenet’ para ver si les gustó o no, tienen el año hecho, una película por semana.