

Stanley Kubrick, alabado por millones y odiado por la misma cantidad, fue un director de cine neoyorkino que nació el 28 de julio de 1928. A su temprana edad, Stanley ya era un interesado por el cine, y empezó siendo un director totalmente independiente con su primera película estrenada en 1953; pero no fue hasta 1957 donde consiguió que su nombre fuera conocido.
Kubrick estalló en los 60 con películas que quedaron en la historia, Spartacus (1960), Lolita (1962) y Dr. Strangelove or: How I Learned Stop Worrying And Love The Bomb (1964). Sin embargo, su primera obra maestra que resaltó entre todas es 2001: A Space Oddyssey (1968) donde Kubrick ya era una leyenda, y con esta película se consagró como uno de los mejores directores de la época.


Tres años después estrenó el film más polémico hasta el momento, estamos hablando de A Clockwork Orange (1971), una obra maestra que tardó un poco en hacerse una película clásica y que todo cinéfilo tiene que ver. Las películas que le siguieron no son tan nombradas actualmente como lo fue The Shining (1980), esta película hacía que Stanley Kubrick ya sea una leyenda del cine y es esta como las anteriores, la que sigue dejando el espíritu de un Kubrick meticuloso, con una excelente técnica y un simbolismo perfecto en cada una de sus películas.


En el año 1997 empezó el rodaje de Eyes Wide Shut (1999), pero poco antes de la finalización del mismo, falleció a causa de un infarto. De todos modos, el rodaje terminó y la película se estrenó en 1999, donde ya había fallecido una leyenda con uno de los mejores legados en la cinematografía.
No se deben recomendar películas de Stanley Kubrick, se tienen que mirar todas y cada una de ellas, sin embargo, las 3 obligatorias son: The Shining, A Clockwork Orange y 2001: A Space Oddyssey. Son clásicos mundiales del cine, marcaron toda una época. Son películas que siguen vivas en alma listas para deleitar a cualquier persona, son parodiadas y honoradas como en Los Simpsons o Ready Player One, entre otros, y eso no les quita la seriedad y tu obligación de mirarlas.

