La película de Kathryn Bigelow (‘Strange Days’, ‘The Hurt Locker’) cuenta con un elenco de lujo para esta nueva producción de Netflix. La cinta fue vista por nosotros en el NYFF63.
A House of Dynamite es una película que con mucha eficacia imagina la repuesta de diferentes niveles del gobierno de Estados Unidos ante un ataque nuclear. A lo Rashomon, Kathryn Bigelow, quien regresa a la dirección de un largometraje luego de 8 años, se centra en como un día de rutina se convierte en un caos, mientras trata de jugar con la idea de: «No es si, sino cuándo«. Sin embargo, a pesar de contar una historia que desde el vamos es muy atrapante, la cinta termina siendo un thriller que promete muchísimo más de lo que ofrece.
Los tres niveles que trabajan en conjunto a la hora de un ataque nuclear en Estados Unidos son: especialistas en la sala de crisis de la Casa Blanca, comandados por Rebecca Ferguson; la estructura militar y de inteligencia, liderada por el personaje Tracy Letts; y el poder ejecutivo guiado por el presidente de turno que en este paso es Idris Elba. A House of Dynamite está dividida en tres estructuras donde veremos los mismos 20 minutos de caos en estos distintos niveles. El primero ofrece información, el segundo solicita ataque y el tercero es el área moral de toda la situación.
Esta termina siendo una cinta bastante deprimente que apela a la idea de que el pueblo americano (o el mismo mundo) está condenado a la destrucción. De ahí el título, una casa de dinamita. La película quiere dejar en claro que no hay plan B, C o D. El lanzamiento de un misil es el lanzamiento de todos. Esto contando bajo un relato estresante (ayuda muchísimo el gran score de Volker Bertelmann, Conclave), que busca lograr un efecto interno en el espectador.
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Filmada con cámara en mano, zooms que van y vienen, pantallas con mapas e información y muchas videollamadas, la dirección de Kathryn Bigelow logra estratégicamente meterse en el bolsillo a la audiencia y hacerlo un participe más de la sala de crisis. Sin embargo, es imposible no irse de la sala con sabor a poco. Para los 30 minutos de película ya el espectador sabe el destino final de este ataque. El segundo acto, refuerza esta idea y aumenta la tensión, pero, la tercera, no aporta mucho al cierre. Y si hablamos de desenlace, la cinta toma una decisión que es bastante vaga. Uno puede entender que hay historias que tienen propósitos claro pero, aunque A House of Dynamite se atreve a mostrar una derrota americana, no va con todo cuando debe hacerlo. En otras palabras, el viejo truco de: cuando el film quiere comenzar, termina.
Por último, queda destacar lo siguiente. Cuando se trata de horribles sucesos donde las naciones tienen el poder de ejecutar o frenar ataques, en el cine se suele recurrir a la sátira para no hablar de nadie específicamente. En este caso el claro ejemplo es Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb. Hay que observar que especialmente en los últimos las salas o plataformas se han inundado de este tipo de género. Por ello ver a alguien tomar las papas calientes, en un momento complicado y hablando en serio del tema, es digno de rescatar.
3.5/5 = Buena
Esta crítica forma parte de nuestra cobertura al 63rd New York Film Festival
A House of Dynamite llega a Netflix el 24 de octubre.