Lo nuevo de El conjuro pone fin a la franquicia más exitosa del terror. Vera Farmiga y Patrick Wilson interpretan a Lorraine y Ed Warren por última vez, cuidando que cada segundo de la cuarta entrega sea una carta de amor a los fanáticos que los acompañaron en todas sus investigaciones llevadas a la pantalla […]
Lo nuevo de El conjuro pone fin a la franquicia más exitosa del terror. Vera Farmiga y Patrick Wilson interpretan a Lorraine y Ed Warren por última vez, cuidando que cada segundo de la cuarta entrega sea una carta de amor a los fanáticos que los acompañaron en todas sus investigaciones llevadas a la pantalla grande. Por eso, los últimos minutos de la película cierran su trayectoria con broche de oro. En este final explicado de El conjuro 4: los últimos ritos, exploramos los distintos elementos que hacen a la conclusión del filme. Advertencia: este texto contiene spoilers completos.
Como el título de la cinta indica, El conjuro 4: los últimos ritos narra el último caso investigado por los Warren, que está atado, a la vez, a uno de sus primeros trabajos en lo paranormal. En la secuencia que abre el relato, seguimos a unos jovenes Ed y Lorraine mientras intentan ayudar a una joven atormentada por los espíritus que habitan dentro de un espejo tétrico. Aunque son inexpertos, no tardan en darse cuenta de que aquel mal los supera con creces, y su peligrosidad los obliga a dar un paso atrás, dejando el trabajo sin terminar.
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Pasan los años, los peligros, los fantasmas, y el dúo decide retirarse para preservar su salud y disfrutar la adultez de su hija, Judy. En paralelo, a varios kilómetros de su hogar, una familia compra el espejo maldito y comienza a ser consumida por las entidades que supieron ahuyentar a Ed y Lorraine decadas atrás. Al principio, ellos se niegan a ayudar, pero se ven obligados a hacerlo cuando los espectros les exigen un ajuste de cuentas que pone la vida de Judy en juego.
El conjuro 4: los últimos ritos trae de vuelta a Annabelle, la muñeca que hizo de la primera película un universo entero y que apareció en cada una de las entregas. Esta vez, regresa para atormentar a Judy, quien le teme desde pequeña. Por otro lado, la monja Valak brilla por su ausencia (excepto por el famoso retrato en el museo de los Warren), probablemente por haberse convertido en un personaje exclusivo del mundo de La Monja. The Crooked Man, ese monstruo espástico de El conjuro 2 que se ganó el cariño de los fanáticos y suscitó rumores sobre un spin-off, tampoco aparece.
En cuanto a las entidades que protagonizan el cuarto filme, sabemos que hay tres que operan como fachada para darle fuerza al poder mayor que controla el espejo. Los primeros son una anciana, su hija, y el esposo que las asesino a ambas con un hacha. Lorraine cree que son parte del pasado de la casa donde vive la familia atormentada, y que su única función es hacer sufrir a sus miembros. Por otro lado, no es tan claro cuál es la figura o figuras específicas que mueven los hilos, pero lo hacen para atraer a los Warren hacia el espejo que los derrotó cuando eran jóvenes, y quieren cobrarse la vida de su hija.
Sí, El conjuro 4: los últimos ritos, se inspira en el caso de la familia Smurl. Este comenzó en 1974, cuando Jack y Janet Smurl se mudaron con sus hijas a una casa en West Pittston, Pensilvania. Poco después empezaron a experimentar fenómenos extraños: olores nauseabundos, ruidos inexplicables, sombras y muebles que se movían solos. Con el tiempo, los sucesos se volvieron más violentos, incluyendo agresiones físicas a algunos miembros de la familia. Los Smurl afirmaron que la actividad provenía de una presencia demoníaca que habitaba la vivienda.
El caso ganó notoriedad cuando Ed y Lorraine Warren intervinieron a mediados de los años 80, asegurando que en la casa residían varias entidades malignas, entre ellas un demonio particularmente poderoso. A pesar de múltiples intentos de exorcismo, los sucesos persistieron hasta que la familia finalmente abandonó la casa en 1989. El caso fue ampliamente cubierto por la prensa, inspiró un libro y una película para televisión, aunque siempre estuvo rodeado de controversia y escepticismo.
Al final de El conjuro 4, Judy es poseída por el demonio del espejo, y comienza a atacar a cualquiera que se cruce en su camino. Incluso tira al perro de los Smurl contra la pared, hecho que fue relatado en la vida real por varios miembros de la familia. Tampoco duda en lastimar a sus propios padres, quienes fallan en frenar su paso lento pero decidido hacia el ático. Una vez allí, Judy se ata una soga al cuello y se cuelga. Cuando su novio, Ed y Lorraine llegan para auxiliarla, parece ser demasiado tarde. Durante unos minutos, la hija de los Warren permanece inerte, pero es devuelta a la vida mediante maniobras de reanimación.
Entonces, el espejo empieza a avanzar hacia ellos, queriendo aplastarlos contra la pared. Ed y Lorraine intentan detener su marcha con la fuerza de sus manos, pero el objeto sigue avanzando. Por su parte, Judy intenta escapar. Este es uno de los motivos centrales de la cinta: el poder que ella hereda de Lorraine y que no puede controlar la vuelve vulnerable ante cualquier espíritu que quiera lastimarla. Ahí, su madre la ayuda a superar su miedo, y enseñándole que no debe huir, logra que Judy apoye su mano en el espejo. De esta forma, el mal es vencido por completo.
Los últimos minutos de la película se centran en la boda de la sucesora de los Warren, y es acá donde aparece el mayor mimo para los fans. Entre los invitados al casamiento no solo está James Wan, director de la primera y la segunda parte, sino también varios miembros de las familias que fueron salvadas por los investigadores en las entregas anteriores.
No, El conjuro 4: los últimos ritos no tiene escena postcréditos. La película termina con una conversación entre Ed y Lorraine donde la última explica una visión que tuvo, en la que se visualizó feliz y plena junto a su marido, y a continuación aparecen algunas explicaciones acerca de la vida de los Warren luego de retirarse. Eso sí, cuando los créditos terminan, aparece una foto real del espejo que inspiró al objeto maldito de la cinta, y una breve aclaración de sus características.