Después de una larga espera, la serie web animada de culto creada por Cristian Ponce encuentra su final (por el momento) en formato largometraje. Esta es nuestra crítica.

En el misterioso pueblo de Kirlian, un lugar que aparece en algunos mapas y en otros no, suceden cosas inquietantes desde hace años. Una noche como cualquier otra, el locutor nocturno de Radio Kirlian reúne a cinco invitados que relatarán distintos sucesos terroríficos del pueblo. Cada historia aporta una pieza del rompecabezas que permitirá, al fin, descubrir qué es lo que realmente está ocurriendo en Kirlian.
La webserie original, estrenada en 2017 como microserie independiente, construyó un fanatismo fiel gracias a su estética retro, su narrativa antológica y su atmósfera de terror sobrenatural. En 2019, su llegada a Netflix impulsó aún más su reconocimiento internacional, con doblajes al inglés y portugués, consolidándose como una de las producciones más destacadas del terror animado latinoamericano.
En esta película que, por ahora, funciona como cierre de la historia, veremos cómo el misterioso locutor convoca a cinco invitados para compartir relatos sobre los fenómenos inexplicables del lugar. Aunque cada historia funciona por separado, todas se conectan para finalmente ofrecer las respuestas que los fans de la serie esperaban desde hace años.
Si bien haber visto la webserie enriquece la experiencia, el largometraje está construido para disfrutarse sin necesidad de conocerla previamente. Se entiende por sí solo y, además, introduce con eficacia la estética y el tono de este universo narrativo. La animación, con una paleta de colores cuyo estilo remite al cómic argentino de los 80 y al terror estadounidense de los 70, ayuda a crear una atmósfera atrapante desde el primer minuto.
Cristian Ponce confirma con esta película su rol central dentro del cine de género argentino. Tanto La Frecuencia Kirlian como Historia de lo Oculto lo han posicionado como uno de los directores más importantes del terror local contemporáneo, con impacto internacional gracias a plataformas de streaming y festivales especializados. El largometraje expande el universo de Kirlian con elementos propios del terror cósmico, ya característicos del director en sus obras: un cometa misterioso, fuerzas incomprensibles y una sensación permanente de que algo mucho más grande opera tras bambalinas. Como en toda la obra de Ponce, también hay espacio para el subtexto de crítica política, social e incluso mediática.
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Narrativamente, el film mantiene el misterio de forma inteligente y juega con conexiones sutiles entre relatos que impulsan al espectador a descifrar el enigma final. La animación y el ritmo ayudan a sostener el suspenso, y el resultado es una obra sólida que puede disfrutarse tanto como película independiente como cierre de un universo muy querido por los fans. Para quienes siguieron la serie, la resolución es satisfactoria y responde preguntas que flotaban desde hace tiempo. Para quienes llegan por primera vez, funciona como puerta de entrada a un mundo fascinante, oscuro y único dentro del terror animado.
La Frecuencia Kirlian es una de las mejores producciones argentinas de terror del año y un cierre impecable para una de las obras más importantes del género en Latinoamérica. Con un estilo visual destacable, una narrativa que combina misterio y terror cósmico, y una dirección plenamente consciente de su universo, el largometraje demuestra por qué el nombre de Cristian Ponce hoy es sinónimo de innovación dentro del terror argentino.

4.5/5 = Excelente