Descubrí las 10 mejores películas del 2025 hasta ahora: desde grandes estrenos esperados hasta joyas que nadie vio venir. Una selección imperdible para cinéfilos.
Pasamos la mitad del año y es hora de hacer una pausa para mirar atrás. Entre grandes regresos, revelaciones inesperadas y secuelas que superaron las expectativas, el 2025 nos dejó —hasta ahora— un panorama cinematográfico mucho más estimulante de lo que anticipábamos. Algunas películas llegaron con todo el ruido del marketing y cumplieron, otras aparecieron sin aviso y se ganaron su lugar con mérito propio.
Cabe destacar que esta lista cuenta con películas que solo se estrenaron a nivel comercial durante el 1 de enero del 2025 hasta el 30 de julio.
Comedia dramática con viajes en el tiempo y un amor por el vino pocas veces vistas. Una joven no está conforme con su vida. No tiene un buen trabajo, el amor de su vida la dejó y la ausencia de su padre pesa cada vez más. Es así como vuelve a una de sus pasiones: El vino. Se inscribe en un concurso de sommeliers y tras perder decide cerrar la noche con un vino muy especial: uno hecho por su padre. Al finalizar decide escribir una carta en forma de descargo con todo lo sucedido y lo deposita en la botella.
Es así como entra la magia en esta historia y la carta viaja en el tiempo. Para ser exactos, el año de cosecha de la misma. Es así como nuestra protagonista usara este medio para remediar su presente. En ese viaje va a (re) descubrir lazos, encontrar nuevos objetivos en su vida y transformarse en el proceso. Al igual que en toda su filmografía, Gabriel Nesci nos regala una historia de amor con la presencia de la música como protagonista con canciones de Fleetwood Mac, The Police y Tom Petty. La película se encuentra en Prime Video.
Después de años de postergaciones, Havoc finalmente llegó a Netflix con una explosión. El regreso de Gareth Evans (The Raid) al cine de acción es todo lo que sus fanáticos esperaban: una película brutal, implacable y coreografiada con una precisión que la ubica entre las mejores del género en años recientes. Tom Hardy interpreta a Walker, un policía marcado por la culpa, que se ve obligado a encontrar al hijo desaparecido de un político corrupto. Lo que sigue es una cacería despiadada por los rincones más violentos de una ciudad podrida por el crimen y la corrupción. Cada escena de acción es una lección de planificación visual. Desde la persecución inicial en auto hasta un tiroteo en una cabaña o una masacre en un boliche, Havoc entrega algunos de los mejores momentos de adrenalina del año. La película se encuentra en Netflix.
El terror sigue dando sorpresas y The Monkey es una de las más notables del año. Con producción de James Wan, basada en un relato corto de Stephen King y bajo la dirección de Osgood Perkins (Longlegs), esta película demuestra que aún quedan formas creativas y espeluznantes de jugar con el viejo tropo del juguete maldito.
Theo James brilla en un doble papel como Hal y Bill, dos hermanos que se ven enfrentados a una extraña maldición familiar: un mono de juguete que, al sonar su tambor, provoca una nueva muerte. El tono es oscuro pero con toques de humor negro y un gore generoso, que en más de una ocasión recuerda a lo grotesco de Terrifier, aunque con una estética mucho más cuidada. Perkins lleva la tensión al extremo con planos meticulosos, silencios prolongados y estallidos de violencia que realmente impactan.
Lejos de ser un simple desfile de muertes sangrientas, The Monkey explora con sutileza los traumas heredados, el peso de los legados familiares y el terror de crecer con una amenaza siempre latente. Es una cinta que funciona tanto como experiencia visceral como metáfora emocional. Y aunque Elijah Wood y Adam Scott tienen roles breves, su presencia deja huella.
¿Una película de John Wick sin John Wick como protagonista? El proyecto Ballerina tenía todo en contra: un spin-off sin Keanu Reeves como figura central, sin dirección de Chad Stahelski (al menos oficialmente) y con una protagonista femenina en un género aún muy dominado por hombres. Pero Ballerina terminó siendo una de las mejores cintas de acción del año.
Ana de Armas interpreta a Eve, una joven entrenada desde niña por la Ruska Roma, ese clan mafioso que conocimos en John Wick 3, y que busca vengarse de los responsables de la muerte de su padre. Lo que empieza como una clásica historia de venganza pronto se transforma en una expansión sólida del universo Wick, con nuevas reglas, grupos ocultos y secuencias de acción que no tienen nada que envidiarle a las películas principales. Sí, John Wick aparece, y sí, tiene una participación clave, pero nunca se adueña de la trama. El protagonismo es completamente de Ana de Armas, que demuestra que está lista para liderar su propia franquicia.
Detrás de lo que parece ser una cinta de acción con Michael B. Jordan se esconde una ambiciosa película de género que combina terror, denuncia social y drama histórico. Sinners (o Pecadores) nos traslada al Mississippi de los años 30, donde dos hermanos regresan a su pueblo para abrir una cantina clandestina. La llegada de estos hombres y su primo Sammie, un joven músico reprimido por su padre pastor, desata una noche de libertad que se transforma en una auténtica pesadilla con tintes sobrenaturales.
El director Ryan Coogler construye una historia cargada de símbolos, con vampiros que representan la colonización cultural y la figura real del Ku Klux Klan como amenaza latente. La película no teme mezclar géneros, musical, thriller, terror, mientras mantiene el foco en los dilemas de identidad, pertenencia y memoria. Con una banda sonora poderosa de Ludwig Göransson y una puesta visual impactante, Sinners confirma que Coogler no solo entretiene, sino que también deja huella. La película se encuentra en HBO Max.
Brad Pitt y la Fórmula Uno en una misma frase ya suenan como una combinación explosiva. F1, dirigida por Joseph Kosinski (Top Gun: Maverick), es exactamente eso: una experiencia adrenalínica que te mete en el auto desde el primer minuto y no te suelta hasta los créditos finales. El actor interpreta a Sonny Hayes, un expiloto venido a menos que es convocado para salvar a una escudería en problemas. Sí, la historia suena conocida: un veterano que busca redención en un último viaje. Pero lo que hace Kosinski es transformar ese arquetipo en una experiencia sensorial total. Las carreras están filmadas con una intensidad y realismo que no se veían desde Rush o incluso Mad Max: Fury Road. Las cámaras literalmente te meten dentro del casco de Sonny, convirtiendo cada curva y adelantamiento en un acto de supervivencia.
La película también tiene un pulso emocional fuerte, apoyado en el pasado del protagonista y su adicción al riesgo. Como si su vida fuera una carrera que no puede dejar de correr, Hayes se juega todo en cada vuelta. Kosinski logra combinar a la perfección lo épico con lo íntimo, y hace de F1 mucho más que una película deportiva. Un drama sólido, un espectáculo técnico apabullante y una dirección impecable hacen de esta producción una de las sorpresas del año. Una historia clásica que demuestra que aún se puede correr con estilo y corazón.
Danny Boyle y Alex Garland volvieron al universo que ayudaron a redefinir hace más de veinte años, y contra todo pronóstico, lograron lo que parecía imposible: entregar una secuela que no solo está a la altura del clásico original, sino que lo expande con audacia y riesgo. Exterminio: La Evolución (28 Years Later) es una continuación emocional, brutal y visualmente innovadora que demuestra cómo se debe hacer una secuela. En esta nueva entrega, seguimos a Spike (Alfie Williams), un niño de 12 años que intenta sobrevivir en una Gran Bretaña completamente aislada del mundo exterior. En esta tierra devastada y regresada a una suerte de Edad Media, una nueva variante del virus Rage ha dado lugar a infectados más letales que nunca. El joven descubre que un médico podría tener la cura para su madre enferma y decide emprender un viaje que lo llevará a enfrentar horrores, pérdidas y descubrimientos en un relato con tintes épicos.
La película se despega de cualquier ejercicio nostálgico. Boyle y Garland optan por una puesta estética que remite al cine medieval británico del siglo XX, con un “camino del héroe” clásico que convierte la travesía de Spike en una fábula oscura sobre madurar en el fin del mundo. Todo esto acompañado de una dirección de arte sobresaliente y una fotografía filmada íntegramente con iPhones, que retoma el espíritu guerrillero de 28 Días Después y lo lleva a nuevas alturas.
Bajo la dirección precisa de Steven Soderbergh y con un guion filoso de David Koepp, Código Negro está protagonizada por Michael Fassbender y Cate Blanchett y revive lo mejor del cine de espionaje clásico con una mirada contemporánea. Nada de persecuciones interminables ni explosiones inverosímiles: lo que importa acá es la tensión, el diálogo y los secretos guardados en una pareja que espía y desconfía. Los actores interpretan a un matrimonio de agentes secretos cuyas misiones internacionales se mezclan con una guerra emocional más silenciosa pero igual de peligrosa: la de la confianza en el otro. Lo que empieza como un juego de lealtades en el marco del espionaje global termina por convertirse en un ensayo contenido y sutil sobre el amor, los pactos íntimos y la delgada línea entre verdad y traición.
En un contexto donde se pone en duda si el cine adulto e inteligente puede sobrevivir al algoritmo, Soderbergh y Koepp nos recuerdan que todavía hay espacio para la narrativa clásica con alma, interpretaciones magnéticas y una dirección que confía en el espectador. Una película que vale cada minuto y que, si pueden, merece verse en pantalla grande.
Después del éxito de Past Lives, Celine Song enfrentaba la prueba de fuego: ¿podía consolidarse como una voz relevante y única dentro del cine contemporáneo? Materialists responde con un contundente “sí”. Una película que toma el molde de la comedia romántica y lo estira hasta hacerlo crujir, para hablar del amor, el dinero, el cuerpo, el deseo, la vergüenza y el costo emocional de vivir en una sociedad obsesionada con la validación. Lo que empieza como una comedia elegante se transforma en un retrato inquietante del romance moderno.
Con un trío protagónico inmejorable,Dakota Johnson, Pedro Pascal y Chris Evans, la historia sigue a Lucy, una matchmaker de élite que organiza parejas perfectas para clientes millonarios. Pero en el fondo, ella misma está rota, atrapada entre lo que desea y lo que la sociedad le exige. El encuentro con su ex (Evans) y su relación con un “hombre unicornio” (Pascal) la lleva a preguntarse si el amor puede sobrevivir al capitalismo emocional que impone nuestra era. Materialists quiere ser un espejo incómodo, un retrato de cómo se ven y se sienten las relaciones hoy, en un mundo donde el amor se negocia como un contrato y la autoestima cotiza en el mercado. Es una película sobre la incomodidad de amar, sobre el miedo a fallar y sobre la imposibilidad de escapar del yo que construimos para que nos amen.
La biopic sobre Robbie Williams no solo es una de las películas más originales en años, sino también una de las más emocionantes. En un contexto donde el cine parece haber perdido el pacto de fe con la audiencia ese, acuerdo tácito en el que aceptamos que todo lo que vemos en pantalla puede ser tan real como nuestro mundo, Better Man aparece como una obra inesperada que devuelve la magia a la experiencia cinematográfica. ¿Y cómo lo logra? Con una decisión tan absurda como brillante: retratar al icónico cantante británico a través de un mono digital. Puede sonar ridículo. Pero no lo es. Es cine, del bueno.
Con dirección de Michael Gracey (The Greatest Showman), la película mezcla lo clásico con lo surreal. La historia que cuenta es familiar: un joven que cumple su sueño, llega a la cima, pero pierde el rumbo en el proceso. Sin embargo, lo que la eleva es la forma en que nos lleva a ese viaje emocional. Usando el absurdo como catalizador para la empatía, Better Man nos recuerda que el cine sigue siendo un lenguaje capaz de representar nuestras emociones más íntimas desde lugares completamente inesperados.
A diferencia de otros musicales recientes que optaron por el virtuosismo técnico (West Side Story de Spielberg es un claro ejemplo), Better Man decide apoyarse en el caos emocional, en el vértigo de vivir con la fama a cuestas. Sus planos, su ritmo y su energía están más cerca del desorden emocional de Williams que de una coreografía perfecta. Pero esa es precisamente su fortaleza: Better Man respira, se arriesga, y eso se nota.
Puede que su propuesta visual divida. Puede que la presencia de un mono como protagonista descoloque. Pero todo eso es parte de su ADN rebelde y provocador. En un año con grandes películas, Better Man se impone como una de las experiencias cinematográficas más memorables.
El 2025 todavía no terminó, pero ya nos regaló una cosecha cinematográfica diversa, arriesgada y emocionante. Desde blockbusters de alto voltaje como F1 o esperadas secuelas como Exterminio: La evolución, hasta rarezas que apelan a lo más profundo como Materialists o Better Man, este año demuestra que el cine sigue vivo, reinventándose y buscando nuevas formas de conmovernos.
Habrá tiempo para ajustar el ranking cuando cierre el año, pero si algo nos queda claro a mitad de camino, es que estas diez películas ya dejaron su marca. ¿Cuál será la próxima sorpresa?