Si estás pasando por una ruptura, evitá estas 10 películas. Historias de desamor tan fuertes que te harán extrañar a tu ex… o llorar sin parar.

Si estás recién separado, si extrañás a alguien o simplemente no podés sacarte a esa persona de la cabeza, esta lista es un arma de doble filo. Son películas que no deberías ver en tu situación… o quizás sí, si lo que necesitás es hacer catarsis a través del cine. A diferencia de los títulos más obvios como La La Land, In the Mood for Love o Los puentes de Madison, acá reunimos historias menos conocidas pero igual de inolvidables: romances que marcan, que duelen, que dejan huella, y que pueden ser el bálsamo perfecto… o el golpe final al corazón.
Para empezar esta lista nos decidimos por una historia fuerte. Protagonizada por Michelle Williams y Ryan Gosling, nos cuenta la historia de una pareja que ve cómo su amor se va desgastando con el tiempo. La película se desarrolla a través de dos líneas temporales: el pasado, cuando el amor nacía y todo era dulce, fresco y lleno de ilusión; y el presente, donde la pareja atraviesa una crisis marcada por la rutina, el agotamiento y las frustraciones que empiezan a salir a flote.
Una historia a lo Before Midnight de Linklater, donde vemos cómo el paso de los años afecta a una pareja que parecía tenerlo todo, pero que se desvanece poco a poco. Las expectativas del comienzo chocan con la realidad del final que se avecina. Se prioriza la búsqueda de lo real, de la sinceridad y de la fragilidad de sus personajes.

En esta ocasión vamos con un clásico del cine dirigido por Sydney Pollack y protagonizado por Barbra Streisand y Robert Redford. Una historia de amor a través del tiempo entre dos jóvenes opuestos entre sí, pero que llevan adelante un vínculo intenso.
Katie y Hubbel son dos jóvenes estudiantes que se conocen en la universidad en los años 30. Katie es una joven idealista, apasionada y políticamente comprometida con los temas sociales de la época. Hubbel es carismático, despreocupado y proviene de una posición de privilegio que hace que los problemas políticos no se interpongan en su camino. Este será uno de los puntos de quiebre que atravesará la pareja: sus diferencias políticas y realidades sociales. Ven el mundo de manera diferente y eso mismo los termina separando. Un amor que, desde el comienzo, estaba destinado a no ser.
Una historia de amor épica que no solo habla del romance en pareja, sino que también incorpora hechos históricos, realidades de la época y la situación del cine en medio de la caza de brujas en Hollywood contra los simpatizantes comunistas dentro de la industria. Una propuesta completa que utiliza el romance como excusa para hablar de mucho más que el amor.

En esta propuesta italiana protagonizada por Luca Marinelli y Linda Caridi hay una peculiaridad: la historia está contada por sus protagonistas, pero vista desde sus recuerdos, convirtiéndose así en una propuesta que mezcla lo onírico con lo fantástico. Esto da como resultado una historia sensible y poética a la vez. Un recorrido por la historia de amor de unos jóvenes enamorados, con sus aciertos, tropiezos y vivencias. Pero los recuerdos de un mismo hecho pueden ser vistos de manera diferente por cada uno, y nunca sabremos cuál es la realidad.
La propuesta no es lineal, sino que vamos vagando por sus vidas casi sin rumbo, pero sí atravesando los momentos más importantes de una relación: cómo se conocieron, su mudanza o cómo se distanciaron. Pero esos recuerdos pueden estar afectados por la emoción del momento en que son evocarlos; así es como se puede idealizar o demonizar al otro a través de la memoria. Lo importante no es saber qué pasó, sino cómo se sintió. La memoria como filtro emocional. A veces lo que recordamos y cómo lo recordamos dice más de nosotros que de los hechos en sí.
Una propuesta fuera de lo común que se anima a explorar el amor desde los sentimientos en su máxima expresión y que da como resultado una película sensorial que llega al espectador desde un lugar casi inmersivo.

Seguimos dentro del amor joven e idealista que es derrumbado por la triste realidad. Anna y Jacob son dos jóvenes que se conocen en la universidad de Los Ángeles. Ella, al ser inglesa, debe volver a su país natal, pero decide quedarse por amor. Por circunstancias de la vida tiene que regresar a Inglaterra, pero está advertida: si quiere volver a Estados Unidos no podrá, ya que no cumplió con los requisitos de su visa. Es así como los jóvenes comienzan una relación a distancia que va a desencadenar en una historia tensa, frustrante y casi imposible de sostener.
Protagonizada por Felicity Jones y Anton Yelchin, además de una breve participación de Jennifer Lawrence, se trata de una película independiente, íntima y que se siente real. Esto sucede también porque su director, Drake Doremus, permitió que sus actores improvisaran cuando lo creían necesario.
Una historia de amor que se va desintegrando entre las grietas de la realidad que los separa. La distancia no es el único factor que destruye este vínculo joven; los celos, la falta de confianza y la culpa van nublando poco a poco la relación.

Estrenada casi al mismo tiempo que The Way We Were, nos encontramos con una película del gran director Ettore Scola. En esta propuesta del cineasta italiano seguimos la vida de tres amigos a lo largo de los años en la Italia de posguerra. Aunque el amor es uno de los ejes principales, también lo son la amistad, la política y la memoria. Una comedia dramática donde la nostalgia se abre camino en la historia de sus protagonistas, mientras el director decide hablar de la historia de su país, donde los jóvenes buscan un futuro mejor que parece no llegar nunca.
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Al igual que en la película de Pollack, Ettore Scola mezcla de manera magnífica el amor y el progreso político. Su título hace referencia al amor que los tres protagonistas sienten por una joven, en este caso Lucia. Los tres la desean, la aman, la aprecian, pero ninguno logra comprenderla. Pero también puede interpretarse como el cariño hacia una vida que no salió como uno imaginaba y que, al ver el recorrido y lo vivido, se observa con nostalgia y melancolía. Una carta de amor al cine con la firma de Ettore Scola.

Llegó el momento de la opción animada de esta lista (aunque no es la única). Una historia simple, tierna y con corazón sobre un perro que, tras sentirse agobiado por su soledad, decide comprarse un robot para tener un amigo con el cual compartir sus días. Ambos viven momentos felices juntos: paseos por el parque, salidas, risas y hasta bailes. Pero todo se complica cuando un accidente en la playa divide a los amigos. Así vemos ambas perspectivas: uno que avanza y sigue con su vida, y otro que espera y no olvida.
La película está basada en la novela gráfica de Sara Varon y dirigida por Pablo Berger. Fue nominada al Oscar como Mejor Película de Animación y con mucha razón. No cuenta con diálogos; los gestos, las miradas y la música son suficientes para transmitir todo lo que pretende, y lo logra. Una película que puede entretener a los más chicos, pero que llega al corazón de los más grandes.

Quizás no tenemos a Before Sunrise (1995) en esta lista, pero sí su versión dosmilera, dirigida y protagonizada por Chris Evans. Al igual que con Like Crazy, es una película pequeña, independiente e intimista. Y, al igual que en la película de Linklater, todo sucede en una noche, aunque la locación ya no es Viena, sino la ciudad de Nueva York. Los protagonistas se conocen en la estación Grand Central, donde Nick (Evans), un músico de jazz frustrado, pasa sus días. Una noche, Brooke (Alice Eve) pierde no solo su bolso, sino también el último tren. Esa situación es la gota que rebalsa el vaso y Brooke entra en crisis. Nick, testigo de su frustración, decide ayudarla y juntos pasan una noche inolvidable que ambos necesitaban para poder avanzar en sus vidas.
Dos desconocidos en una ciudad que parece devorarlos, pero que juntos logran cambiarse mutuamente y convertirse en mejores versiones de sí mismos.

Tarde o temprano tenía que llegar el cupo triste de esta lista, y lo hace con Andrew Scott y Paul Mescal como protagonistas. La historia sigue a un escritor (Scott) que debe atravesar el duelo, y lo hace de la manera más introspectiva posible: regresando a la casa de su infancia y viajando mágicamente en el tiempo para poder hablar con sus padres y así intentar avanzar con su vida. Al mismo tiempo, comienza una relación con un vecino enigmático (Mescal) en la que se mostrará vulnerable como nunca antes.
Una historia que navega entre lo real, la fantasía y los recuerdos, haciendo que el espectador viaje a la mente de su protagonista y llegue a sentir el dolor por el que atraviesa.

Vuelve la animación a la lista, esta vez desde Japón. Dirigida por Makoto Shinkai, la historia sigue a dos adolescentes: Mitsuha y Taki. La primera es una joven que vive en un pequeño pueblo rural y sueña con escapar a la ciudad. El segundo es un chico que vive en Tokio, estudia y trabaja en un restaurante, pero su vida en la gran ciudad no se detiene un segundo. Sin una explicación clara, un día sus cuerpos se intercambian y cada uno debe adaptarse a su nueva realidad. En el proceso logran comunicarse y crean un lazo tan potente que incluso llegan a enamorarse.
Una historia de amor que logra traspasar el tiempo y el espacio. Una película mágica y emocionante sobre un amor destinado a suceder, basada en el mito del hilo rojo. Con la dosis justa de romance, comedia y fantasía, es una historia que te dejará esperanzado, te abrazará y, probablemente, te sacará un par de lágrimas en sus minutos finales.

Y para cerrar esta lista no podía ser de otra manera que con una película donde literalmente contratás un servicio especial para olvidar a la persona que amas. Dirigida por Michel Gondry y protagonizada por Jim Carrey y Kate Winslet, ya es un clásico del cine del desamor que resulta imprescindible de ver tras una ruptura.
A través de los recuerdos de Joel (Carrey) navegaremos por su relación con Clementine (Winslet), desde los momentos más felices hasta los más dolorosos, sufriendo junto a él la eliminación de esos recuerdos. Sintiendo su dolor como si fuera nuestro. Porque todos hemos pasado por una ruptura y sabemos lo doloroso que puede ser el final de una relación. Y es así como Gondry, con Charlie Kaufman en el guion, nos plantean la pregunta: si pudieras borrar de tus recuerdos a la persona que amaste, ¿lo harías?

En definitiva, estas películas no solo hablan del amor, sino del desgaste, la memoria, la ausencia y la imposibilidad de soltar cuando el corazón no está listo. Historias que duelen porque se sienten reales, que exponen la vulnerabilidad humana en sus formas más íntimas y que funcionan como un espejo incómodo después de una ruptura. No son títulos para olvidar a alguien, sino para entender por qué dolió, por qué marcó y por qué, aun así, seguimos buscando amar. Si decidís enfrentarlas, hacelo con el corazón preparado: todas ellas dejan una huella.