Descubrí 10 grandes películas del 2025 que pasaron desapercibidas pero merecen ser vistas. Del indie al terror, nacional e internacional.

En esta ocasión nos alejamos de los grandes tanques del año como F1, Weapons o Thunderbolts para centrarnos en aquellas películas del 2025 que pasaron desapercibidas para el público general, pero que definitivamente merecen ser vistas. Producciones independientes con enorme potencial, propuestas nacionales que quedaron fuera del radar y films que brillaron en festivales pero tuvieron un estreno mínimo en salas. Todas forman parte de esta selección de grandes películas que casi nadie vio, pero que demuestran que el mejor cine no siempre llega acompañado de campañas millonarias.

Escrita, dirigida y protagonizada por Eva Victor, Sorry, Baby nos cuenta la vida de Agnes, una joven profesora de literatura que trabaja en una universidad del noroeste estadounidense. Años atrás fue víctima de una agresión sexual por parte de su antiguo tutor, pero la película, con admirable delicadeza narrativa, decide no enfocarse en el hecho en sí, sino en sus consecuencias: cómo ese trauma ha marcado su vida y de qué manera intenta reconstruirse.
Lejos de retratar a la protagonista desde la solemnidad o la revictimización, la película aborda su proceso de sanación a través de situaciones cotidianas: su vínculo con las amistades, la dificultad de volver a conectar con el mundo, los pequeños placeres que reaparecen de a poco y la pregunta inevitable sobre cómo seguir adelante sabiendo que ese trauma siempre la acompañará, incluso cuando desee dejarlo atrás.
Es una propuesta hecha con corazón que, aunque podría haberse convertido en un drama denso o melodramático, encuentra en la comedia y la ironía un espacio para respirar, entender y observar la resiliencia desde un ángulo más humano.

En el plano nacional, esta es una de las propuestas que sin dudas merece estar en la lista. Un thriller filmado en plano secuencia que nos lleva a acompañar a Pablo, “El Galgo”, durante una noche en la que la adrenalina será la protagonista. Recién salido de la cárcel, El Galgo vuelve a su barrio, la Isla Maciel, y acepta un último encargo. Pero pronto descubre que todo es una trampa para usarlo de perejil y cubrir a los verdaderos responsables.
Lejos de quedarse de brazos cruzados, el protagonista, rápido y astuto, intenta resolver su situación y salir ileso. A medida que avanza la noche, entiende que escapar es imposible, y decide unirse a sus vecinos, cansados de la delincuencia que asola al barrio. Así, juntos terminan enfrentándose a los verdaderos criminales.
Rodada en un (falso) plano secuencia, la película transmite la misma tensión y vértigo que vive su protagonista. Con Sergio Podeley como El Galgo y un gran elenco que incluye a Julieta Díaz, Maite Lanata, Ramiro Blas y Mariano Torre, Gatillero demuestra que es posible hacer en Argentina un cine distinto, arriesgado y de gran calidad técnica.

Si uno lee “comedia romántica protagonizada por Dakota Johnson en 2025”, lo primero que viene a la mente es Materialists, de Celine Song. Pero no estamos aquí para hablar de esa película, sino de otra propuesta que también coloca al amor en el centro, aunque desde un ángulo distinto: las relaciones abiertas y su funcionamiento real.
Su director, Michael Angelo Covino, quien además protagoniza la historia, utiliza como punto de partida un grupo de amigos —dos parejas— para explorar el tema. Por un lado, están Ashley y Carey, que atraviesan un divorcio. Carey, incapaz de procesar la separación, busca refugio en sus amigos: Julie y Paul, la supuesta “pareja feliz”. Ellos llevan adelante una relación abierta que, en apariencia, funciona perfectamente… hasta que la trama avanza y descubrimos que no todo es tan armónico como parece. Enredos, malentendidos y límites cruzados comienzan a tensar tanto la amistad como las dinámicas afectivas del grupo.
El cuarteto protagónico está integrado por Dakota Johnson, Adria Arjona, Kyle Marvin y el propio Covino. Además, vale destacar que la película formó parte de la última edición del Festival de Cannes, un detalle que confirma su valor dentro del circuito independiente.

El director de Días de vinilo (2012) y Casi leyendas (2017) regresa a la comedia, esta vez con tintes de ciencia ficción gracias a la inclusión de los viajes en el tiempo. ¿Cómo lo logra? A través de Denise, una sommelier que atraviesa una crisis personal y profesional y que descubre que puede enviar mensajes al pasado a través de botellas de vino. Denise decide aprovechar este inesperado recurso para corregir decisiones que marcó su vida… pero cada alteración, por mínima que sea, modifica por completo su presente.
Aunque podría haberse limitado a ser una comedia ligera, la película logra momentos de drama introspectivo que hacen brillar a su protagonista. Luisana Lopilato entrega aquí una de las mejores interpretaciones de su carrera. El elenco se completa con Benjamín Vicuña, Benjamín Amadeo y Eduardo Blanco, quienes aportan química y ritmo a esta historia que combina humor, emoción y un toque de fantasía.

No podíamos dejar afuera la nueva película del director alemán Christian Petzold. Una vez más vuelve a colaborar con la que podríamos considerar su musa, Paula Beer. En esta ocasión seguimos a Laura, una joven que, tras sufrir un grave accidente en el que su novio fallece, sale ilesa casi como por milagro. Después del episodio, es acogida por una mujer que fue testigo del hecho y que la invita a quedarse en su casa, ubicada en pleno campo. Casi sin dudarlo, Laura acepta, como si sintiera una conexión inexplicable con esta mujer y, luego, con su familia. Así, poco a poco, se instala en ese hogar al que parece pertenecer. Sin embargo, la amabilidad que reciben no termina de sentirse genuina, y Laura, junto con nosotros como espectadores, empieza a sospechar que detrás de todo esto se esconde un secreto oscuro.
Como nos tiene acostumbrados Petzold, sus historias nunca son simples; siempre esconden un subtexto profundo. En este caso, el director aborda temas como el duelo, el trauma y la construcción de la identidad, tejiéndolos dentro de un relato envolvente donde lo emocional convive con lo inquietante.

Adaptación de dos cuentos de la escritora de terror argentina Mariana Enriquez (El carrito y La virgen de la tosquera, que da nombre a la película), esta propuesta llegó sin estreno comercial. Su premiere, inicialmente pautada para octubre, fue reprogramada para enero del próximo año. Sin embargo, sí tuvo recorrido en festivales: su estreno internacional fue en Sundance y el nacional en BAFICI.
Dirigida por Laura Casabé y con guion de Benjamín Naishtat (Puan, Rojo), la historia nos transporta a un verano sofocante en el conurbano bonaerense, en plena crisis de los años 2000. Allí, tres amigas adolescentes, Natalia, Mariela y Josefina, viven enamoradas del mismo joven, Diego. Pero todo cambia con la llegada de Silvia, una chica un poco mayor que conquista definitivamente el corazón del muchacho.
Despechada, Natalia recurre a la ayuda de su abuela, quien realiza una macumba para separar a la nueva pareja. A partir de ese momento, una serie de sucesos inexplicables comienza a emerger, trastocando la vida del grupo. El resultado es una coming of age donde el terror, el drama social y lo sobrenatural convergen con naturalidad, ofreciendo una película que destaca tanto por su atmósfera como por su retrato de la adolescencia en los márgenes.

Alex Garland vuelve a decir presente este año con una película que nuevamente pone la violencia en primer plano. Mientras en Civil War sus protagonistas eran periodistas, aquí seguimos directamente a soldados, adentrándonos de lleno en la crueldad de la guerra en primera persona. Esto se debe, en parte, a que la película no solo está dirigida por Garland, sino también por Ray Mendoza, un exveterano que decide retratar, a través de la cámara, aquello que vivió en carne propia.
A lo largo de 95 minutos seguimos a un grupo de jóvenes integrantes de una unidad de élite de la Armada de EE.UU. (SEALs) que, durante la Guerra de Irak, logran infiltrarse en territorio enemigo y enfrentarse a las consecuencias que allí los esperan. El caos, la camaradería y las decisiones tomadas al instante, casi sin pensar, dominan el relato, aportando una tensión constante y realista.
Y hablando de protagonistas, el elenco es digno de destacar: D’Pharaoh Woon-A-Tai (Reservation Dogs), Will Poulter (The Bear), Cosmo Jarvis (Shōgun), Kit Connor (Heartstopper), Joseph Quinn (Fantastic Four) y Charles Melton (May December). Un grupo joven, diverso y en pleno ascenso, que logra transmitir tanto la euforia como el horror de la guerra.

En esta ocasión volvemos a una película nacional, protagonizada por Natalia Oreiro en la ópera prima de sus directoras, María Laura Berch y Laura Chiabrando. En apenas una hora, las cineastas exploran de manera quirúrgica y perturbadora todo lo que una mujer, Eva, una madre agotada, debe atravesar durante una sola noche. La relación con sus hijos no es la mejor, lo mismo ocurre con su marido, quienes parecen no verla, no escucharla y no valorar lo que realmente hace por la familia. A medida que avanza la madrugada, Eva se sumerge en un espiral que crece sin freno entre situaciones incómodas, tensiones familiares y alucinaciones.
El resultado es un drama psicológico que deja sin palabras a un público poco acostumbrado a ver, de manera tan cruda, las realidades que las madres, nuestras madres, atraviesan a diario, llevadas aquí a un extremo dramático y emocional. Una mujer luchando contra el tiempo, contra el encierro de su propio hogar y contra una familia que no la comprende, ni la escucha, ni la ve. Además, la película nos regala la mejor interpretación de Oreiro en toda su carrera, precisa, íntima y profundamente humana.

The Ugly Sister se suma a las películas de terror, o mejor dicho, body horror, que no te podés perder. Se trata de una producción escandinava (coproducción entre Noruega, Polonia, Suecia y Dinamarca) y ópera prima de su directora, quien propone una reinterpretación oscura y perturbadora del clásico de La Cenicienta. En esta versión, la protagonista es Elvira, una de las hermanastras.
Aquí, Elvira debe rescatar a su familia de la pobreza y, para lograrlo, necesita casarse con el príncipe. Pero antes deberá competir con el resto de las candidatas, incluida su hermana Agnes. En ese proceso, y obsesionada con alcanzar una belleza “perfecta” que deslumbre al príncipe, Elvira se somete a procedimientos brutales, sacrificios y transformaciones extremas para modificar su cuerpo.
Es ahí donde el body horror entra en escena, ofreciendo momentos de mutilación, intervenciones estéticas grotescas y cambios corporales que incomodan pero fascinan. Más allá del impacto visual, la película funciona como una crítica feroz a los estándares de belleza y a los costos físicos y psicológicos que implica la obsesión por ser deseadas o validadas.

Para cerrar esta lista tenemos la última película de Darren Aronofsky, protagonizada por Austin Butler, Zoë Kravitz, Matt Smith e incluso Bad Bunny. En esta nueva propuesta del director seguimos a Hank Thompson (Butler), un exdeportista con un futuro brillante que vio su vida torcerse por completo. Hoy trabaja como bartender en un bar del Lower East Side de Nueva York, llevando una vida tranquila… hasta que aparece en escena su vecino punk-rocker (Smith), metido en problemas con narcotraficantes. Hank queda entonces atrapado en un mundo peligroso del que no debería formar parte.
Lo más llamativo de esta nueva producción de Aronofsky es la inclusión del humor, un elemento poco frecuente en su filmografía. Aunque la película contiene momentos de tensión, drama y thriller —fieles al estilo del director—, los pasajes cómicos funcionan como un respiro y terminan por darle identidad al film. Esta combinación saca a Aronofsky de su zona de confort y demuestra que todavía tiene mucho más para ofrecer.