‘Los Abandonados’ es un western de Netflix protagonizado por Gillian Anderson y Lena Headey. Análisis, claves y por qué vale la pena verla.

La plataforma de la N roja apuesta por Los Abandonados, la nueva serie de Netflix que no te podés perder: un western protagonizado por mujeres, con Gillian Anderson y Lena Headey a la cabeza. Una propuesta que ya está dando que hablar. Entre el estreno de la quinta temporada de Stranger Things, Netflix lanzó esta serie que, aunque contó con poca promoción, realmente vale la pena ver. Con apenas siete capítulos de entre 30 y 50 minutos, nos trasladamos al siglo XIX, en un Washington en plena construcción.
Protagonizada por Gillian Anderson (The X-Files, Sex Education) y Lena Headey (Game of Thrones) como las matriarcas de un pueblo en formación, nos encontramos con dos polos completamente opuestos. Constance (Anderson) es una empresaria que, pese a sus modales cuestionables, tiene un único objetivo: apropiarse de la mayor cantidad de tierras posibles para impulsar la economía y, con ella, su propio patrimonio. Del otro lado del cuadrilátero está Fiona (Headey), una mujer de armas tomar que hará lo que sea necesario para defender sus tierras y a su familia.
La historia está a cargo de Kurt Sutter, responsable de series como The Shield (2002–2007) y Sons of Anarchy (2008–2014), y en esta propuesta retoma varios de los puntos fuertes de su filmografía: la familia, el legado y los conflictos de poder. Pero esta vez lo hace desde el Viejo Oeste y con mujeres como protagonistas. Además, a lo largo de sus siete capítulos, se desarrollan varios subtemas como amores prohibidos, pasados oscuros y arreglos políticos.
Quizás este sea uno de sus puntos más débiles. Al contar con varias subtramas y muchos personajes, el relato por momentos se dispersa: cuando uno empieza a interesarse por alguno de ellos, la serie salta a otro completamente distinto. Aun así, este puede considerarse uno de los pocos puntos flojos, ya que las actuaciones del elenco están a la altura. Destacan sobre todo sus protagonistas y la pareja conformada por Elias y Trisha (Aisling Franciosi y Nick Robinson). Ambos tienen una química evidente en pantalla y la tensión se construye de forma gradual y eficaz, hasta que resulta imposible negar el deseo. Dentro de las subtramas de la serie, esta es la más lograda y mejor aprovechada.
Otro gran punto a destacar, y que no es un detalle menor, es lo verosímiles que resultan sus personajes en pantalla. ¿A qué me refiero con esto? La fotografía y la manera en que la cámara los retrata es delicada y nada artificial. Se perciben poros, arrugas y el paso del tiempo en la piel. La ropa luce sucia y gastada cuando la historia lo requiere. Además, la serie no teme mostrar sangre, vísceras y muertes explícitas en más de una ocasión. Puede parecer un detalle menor, pero en tiempos donde se prioriza el uso de inteligencia artificial y la búsqueda de una perfección estética constante, este realismo juega claramente a su favor. Si lo contrastamos con otros productos de época de la misma plataforma, como Bridgerton, se percibe una diferencia estética notable y un uso del color mucho más sobrio y respetuoso.
El núcleo más fuerte de la historia es el cruce entre estos dos mundos y familias. Por un lado, una élite rica y privilegiada, unida por la sangre y el control del pueblo. Por el otro, un grupo de huérfanos unidos por los mismos ideales y necesidades. Este contraste funciona también como una lectura sobre la lucha de clases en Estados Unidos, una problemática que parece no haber cambiado demasiado y que fácilmente podría trasladarse al presente. Por último, el rol de la justicia es casi inexistente: está presente, pero no actúa frente al conflicto. Aquí la ley no opera; todo se resuelve de manera clandestina, oculta y sangrienta.
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La escena final, en la que vemos a Fiona y Constance enfrentarse en medio de la mansión en llamas de esta última, deja una incógnita abierta. El último plano de la serie muestra la silueta de una mujer saliendo del lugar envuelta por el fuego, pero no se dan indicios claros de si se trata de una u otra. Todo queda en suspenso.
En caso de ser renovada, la resolución llegará en una próxima temporada. Pero si eso no ocurre, la incógnita también funciona como un juego para el espectador: dependerá de cada uno elegir con qué matriarca quedarse. ¿Será la tradición, lo rural y lo familiar, o prevalecerá el orden, el progreso y la industrialización?

Los olvidados es una propuesta de alto nivel dentro del catálogo de Netflix y, si se mantiene durante varias semanas en el top 10 de lo más visto de la plataforma, es muy probable que una segunda temporada se confirme en el corto plazo.