Linus Sandgren es, sin dudas, uno de los cinematógrafos más importantes de los últimos años, con títulos como La La Land, First Man, Babylon y Saltburn en su portafolio. Linus nació en la localidad sueca de Spånga en el año 1972. Comenzó su hermosa carrera con cortos en el mercado sueco, para luego dar el salto al largometraje de la mano de los directores Måns Mårlind y Björn Stein con la película Storm (La Tormenta, 2005) para luego comenzar a trabajar en USA.
En una conversación exclusiva, Sandgren nos cuenta cómo es su proceso creativo, cómo elige los equipos con los que trabaja, y todo lo que tenés que saber de la película del momento, Saltburn.

¿Cómo te preparas para cada proyecto nuevo?
Creo que lo importante nace previo al rodaje, así que tenemos varias reuniones donde proponemos ideas sobre lo que queremos trasmitir visualmente en la película. Seteamos el tono del guion y ajustamos detalles teniendo en cuenta la visión del director. Usualmente antes de empezar un proyecto intento averiguar cómo trabaja el director y qué le gusta, e intento adaptarme a su estilo de trabajo. Hay algunos con los que ya trabajé varias veces y ahora somos una dupla, trabajamos a la par y nos entendemos casi sin palabras.
¿Si te pregunto sobre los rodajes más importantes de tu carrera cuáles vienen a tu mente?
Para No Time to Die (Sin tiempo para morir, 2021), la última de James Bond, hablé durante más de un año con el director Cary Fukunaga para prepararnos. Para La La Land (2016) trabajé muy de cerca con todos los operadores de cámara. Damien Chazelle y yo construimos una amistad luego de trabajar tan cercanamente en proyectos que fueron muy importantes para mí y que llevo en el corazón. Cuando trabajábamos juntos en First Man (2018) manejé yo mismo la cámara. Muchas veces con cámara en mano o al hombro es más fácil encontrar el movimiento adecuado para contar historias personales.
La cinematografía es la que inyecta el impacto emocional de la historia en el espectador y es muy importante para mí que logremos hacerle justicia al guion y a la visión del director.

¿Cuáles son tus equipos favoritos para trabajar?
Dependiendo el género de la película, elegimos el equipo que vamos a usar, aunque últimamente opto por Fujinon Premier Cabrio, 25-300 mm y una Aaton Penelope, con un objetivo Kowa macro esférico de 40 mm.
La elección varía según la película pero siempre prefiero filmar en 35 mm. Otras cámaras que recomiendo son Arriflex 235, la 435, la Arricam LT y la Panavision Panaflex XL2, Hawk V-Lite 1.3x Anamórficos, Canon K35s, Atlas Orion Anamórficos, la versión Camtec Modded Vintage de los Zeiss Ultra Primes y las Panavision Series C, E y G. Alternamos entre lentes anamórficas y esféricas tanto por razones estéticas como prácticas.
¿Y a la hora de elegir películas?
Use mucho las Fujifilm Eterna Vivid antes de que dejaran de fabricarse. Actualmente utilizo Kodak en su mayoría, de grano fino para exteriores luminosos, como la 50D. Películas más sensibles para luz diurna, como la 250D. Y películas de alta sensibilidad, como la 500T, para interiores y escenas nocturnas.
¿Qué equipo recomendás para alguien que recién comienza o que quiere entrar al mundo de la fotografía del cine?
Recomendaría sin dudas una Panasonic S5 II o una Sony ZV-E1. Son compactas, tienen detección de fase AF, y una gran calidad de filmación que le va a servir a cineastas, videógrafos y creadores de contenido.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere comenzar?
¡Que no se detengan ante nada! Es algo muy caro, y tal vez no poder acceder a los equipos al principio es muy desalentador. Creo que si tenés una visión y ganas, no tenés que bajar los brazos. No importa con que tengan que filmar, aunque sea con el celular, no dejen de hacerlo porque es importante que el mundo pueda ver su arte.
Con La La Land (2016) ganaste el Oscar, el BAFTA y el Critic’s Choice entre otros premios. ¿Qué recuerdos tenés de este proyecto?
Fue un momento hermoso en mi carrera. Sin pensar en los premios -de los cuales estoy sumamente agradecido- fue mi proyecto favorito de todos los que hice con Damien (Chazelle). Es una historia hermosa, y tuve mucha libertad para mostrar lo que me transmitía. Con todo el equipo tenemos una visión similar así que fue muy fácil trabajar. Todos queríamos comunicar un mensaje similar, estábamos muy de acuerdo con el tono y lo que queríamos que los espectadores sientan. Además, de la fotografía también contaban con el elemento de la música para hacer una historia inolvidable. Creo que también es uno de mis proyectos favoritos porque es una historia que resonó mucho con el público, una historia de amor hermosa. Emma y Ryan van a ser eternos con estos personajes. Fue verdaderamente un placer trabajar en una película así.
Tu último proyecto es la película que está en boca de todos. ¿Qué podés contarme de la realización de Saltburn? Te felicito, la fotografía es verdaderamente hermosa
¡Gracias! Fue un placer llevar a la pantalla la visión de Emerald Fennell. Conocía su trabajo, pero no nos conocíamos en persona ni habíamos trabajado juntos antes. Margot Robbie nos presentó, ella es productora de la película y le pareció que nuestras ideas creativas iban a trabajar bien juntas. Me encanta la voz de Emerald, es muy fuerte y singular y sin dudas va a dejar una marca en la historia del cine. Cuando leí el guion Saltburn me pareció divertida y grotesca y me enamoré completamente. Me gustaba la forma en la que presentaba la locura y el deseo, sin dudas algo diferente a todo lo que había hecho hasta ahora en mi carrera.
¿Cómo eligieron con Emerald que tono darle a Saltburn?
Emerald tenía anotaciones sumamente específicas en el guion. Cuando lo leí la primera vez, pensé en una historia gótica de vampiros. Cuando nos reunimos la primera vez, me mostró pinturas de artistas cómo Caravaggio, Gentileschi y Doré. Tomamos como referencia las atmósferas que crea Hitchcock y F.W Murnau. Con esas películas de terror en mente, elegimos filmar en un formato casi cuadrado, 1.33:1 (usado en muchos clásicos del cine) en Kodak 35mm. Emerald y Margot querían filmar en película, y yo estuve de acuerdo, nunca se habló siquiera de hacer algo en digital. Pensamos por un momento en hacerlo en 16 mm, pero la verdad es que 35mm nos iba a dar imágenes mucho más ricas, con contrastes más marcados. Filmar en 16mm nos iba a dar imágenes con menos corazón y emoción, mientras que los 35mm nos permitieron destacar la hermosa escenografía, el set, los detalles de la casa y el hermoso vestuario.

¿Qué equipos elegiste para esta peli?
Usamos en su mayoría 35mm Panavision Millennium XL2, y una ARRIFLEX 435 Xtreme 35mm cámara en mano para tomas más cercanas y bajo el agua. Usamos una gran variedad de lentes y eran todos Panavision Primos. Para las tomas en interiores y de noche usamos 320ASA, para las tomas de día y los atardeceres usamos 50D en 32ASA. Todo fue filmado en Drayton House, en Northamptonshire (Inglaterra).
Me comentaste que elegías los equipos en base a lo que querías contar en la historia. ¿Qué te permitieron hacer, artísticamente, estos equipos?
La idea era que la película se viera como si espiáramos a Oliver (Barry Keoghan), como si estuviéramos mirando dentro de una casa de muñecas. Trabajar con estos equipos me permitieron que los granos sean más marcados y que estén mucho más acentuados los colores. En los planos abiertos, me permitió que los detalles fueran mucho más destacables. Estábamos grabando en lugares históricos donde la luz tiene que ser muy cuidada. No podíamos dañar ningún mueble o pintura con nuestros equipos, así que usamos mucho la luz del día y nos ayudamos con LEDs. La elección de los equipos también tuvo en consideración eso. Nos divertimos mucho iluminando esta película. No voy a decir que escena fue, pero hubo una parte que la iluminamos solo con fuego.
¿Cómo te sentís con la atención – más que positiva- que está recibiendo la película?
Estamos muy felices todos. Siempre es divertido hacer algo diferente y sin dudas esto lo fue. Fue una experiencia hermosa. Emerald es una artista sumamente visual, sin ningún miedo a decir lo que piensa, pero siempre abierta a escuchar críticas y nuevas ideas. Me pone muy feliz que sus dos películas hayan sido tan bien recibidas. Saltburn es sin dudas una pieza de arte y fue un placer para mí trabajar con todos ellos. Espero volver a trabajar con Emerald en un futuro.
Para terminar, ¿Cómo describís el arte fotográfico del cine en una sola frase?
Para mí, la fotografía es un proceso colaborativo en el que están en constante conversación el director con el equipo técnico, bajo las alas del guion. Que esa colaboración sea exitosa es lo único que le da equilibrio a cada película.