El gigante de streaming continúa apostando al género con una historia sencilla pero emotiva. Esta es nuestra crítica.

Netflix no solo apoya a grandes directores como David Fincher y Noah Bambauch. También apuesta a la animación y así estuvo detrás de éxitos para la plataforma como Los Mitchell contra las máquinas, la versión de Pinocho de Guillermo del Toro y la reciente K-Pop Demon Hunters. Su nueva apuesta En sueños no entra en la categoría de estas grandes películas, pero al menos es una experiencia emotiva y sencilla.
Producida por Netflix Animation y Kuku Studios, un estudio cofundado por ex empleados de Pixar, En sueños sigue la vida de la preadolescente Stevie (Jolie Hoang-Rappaport) y su hermano menor, Elliot (Elias Janssen), que lidian con la difícil separación su papá (Simu Liu) y su mamá (Cristin Milioti). Stevie, sumamente inteligente y tímida, tratará de hacer todo lo posible para evitar que se divorcien. Elliot, más chico, desordenado y chistoso, tratará de acompañarla.
En una antigua biblioteca de su ciudad encuentran un libro que describe la existencia de Sandman, una figura mítica que de acuerdo a la leyenda, puede hacer realidad cualquier sueño. Así deciden recitar unas líneas del manuscrito y al dormir, ambos hermanos pueden controlar y recorrer el mundo onírico. Este reino muestra sus miedos y deseos y está habitado por sus propias creaciones subconscientes y fantasías.
Allí se encuentran con Baloney Tony (Craig Robinson), un sarcástico y desaliñado peluche de jirafa que solía ser el juguete favorito de Elliot y los acompañará. En este viaje delirante deberán sortear desafíos ridículos como enfrentarse a alimentos podridos de desayuno que parecen zombies. Y durante su travesía se encontrarán con Nightmara (Gia Carides), quien representa los temores más profundos de Stevie. En esas escenas están los mejores minutos de la película. Las secuencias de acción son imaginativas y hasta se animan a una transición en 2D para homenajear el mundo del anime. A su vez, los entornos del reino de los sueños están sumamente logrados.
Finalmente, los niños se encuentran con Sandman, quien les concede el deseo de mantener unida a su familia. Pero se dan cuenta que no será una solución verdadera. Stevie cae en una coma y ella quiere escapar de su nueva realidad, al darse cuenta que su hermano no está, pero no podrá. El hombre de los sueños en realidad es el villano, que atrapa a personas engañándolas con sus deseos más profundos. Elliot juntará valor, logrará irrumpir en la pesadilla y junto a sus padres la rescatan. Y en el mundo real, la familia seguirá junta, pero en una nueva ciudad, superando la crisis de la pareja.
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Hay elementos que no funcionan: su inicio es poco convincente, mostrando a dos hermanos en una rutina sin nada muy especial. Al mismo tiempo carece de un antagonista de peso, ya que se revela sobre el final quién es el verdadero villano y el personaje de Nightmara queda en segundo plano. Por último, el comic relief de Baloney Tony está poco desarrollado y termina siendo una molestia más que un elemento bien integrado a la historia.
A su vez, la industria en los últimos años realiza películas animadas para todas las edades, pero en este caso se nota la intención de los realizadores por una propuesta más enfocada al público infantil. Aun así, En sueños encuentra algunos momentos de vuelo visual, buenos chistes y viniendo de un estudio diferente a Disney o Dreamworks, prueba que la animación se encuentra en un buen momento con propuestas variadas y originales.

3/5 = Aceptable
En sueños ya está disponible en Netflix