Película sobre la adolescencia de Jesucristo que gana puntos por su originalidad. Esta es nuestra crítica.

La historia de Jesús de Nazaret fue contada a lo largo de los siglos en múltiples formatos y artes. The Carpenter’s Son al menos pretende presentarlo bajo un nuevo punto de vista y a pesar de notorios defectos, está lejos del desastre que algunos auguraban en la previa.
La película escrita y dirigida por Lofty Nathan pretende contar la adolescencia de la figura religiosa a través del género de terror, algo bastante original, al menos para las últimas versiones desde el séptimo arte. Sin usar sus nombres en ningún momento, pero con una secuencia inicial en el que aseguran que basaron la historia en el Evangelio de la infancia de Tómas, uno de los libros apócrifos que no forma parte de la Biblia, nos cuenta los años de crecimiento de Jesús (interpretado por Noah Jupe), donde descubre de a poco las habilidades sobrenaturales que tiene.
Su padre, interpretado por Nicolas Cage, trabaja de carpintero. Tiene un rol sobreprotector y será paranoico con su entorno. Por su madre (FKA Twigs) sabe que su hijo es especial y huirán de sus hogares constantemente. Veremos un hecho puntual que se repite en el Nuevo Testamento, que es la orden del Rey Herodes de matar a los bebés recién nacidos para evitar la llegada del Mesías. Pero fuera de esa escena inicial, todo lo demás es novedoso.
En uno de sus hogares temporales, el joven comenzará a relacionarse con una chica misteriosa (Isla Johnston). Ella vive entre los leprosos y tendrá una extraña conexión con el protagonista. En uno de sus encuentros, lo empuja junto a uno de los enfermos y este milagrosamente se cura. De pronto muchos buscan su toque para curarse y esto conmoverá a la pequeña comunidad. A su vez, una joven parecerá poseída y será castigada junto a los crucificados.
Sorprende en esta película que no hay un ápice de humor o tranquilidad. Los tonos azulados y rojizos dotan al largometraje de un aire solemne, asfixiante y terrorífico constante. Pero hay que decir que cada actuación y el tono del relato son siempre coherentes. Nunca sus elementos se sienten fuera de lugar. Desde el minuto uno vemos como prenden fuego bebés y que este es un cuento que toma los aspectos más oscuros de la religión católica.
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El padre será duro con su hijo y lo castigará con rezos y haciéndolo dormir fuera de su casa. La madre lo cuidará y protegerá, pero la tensión entre los tres irá en ascenso. Lamentablemente, a este flm le juega en contra su diseño de producción, efectos especiales y fotografía. Para resumir en una frase, todo se ve de bajo presupuesto. Un ejemplo claro son las apariciones constantes de serpientes en CGI que representan al mal. Esto reduce la inmersión en un relato que es tonalmente coherente y que, a pesar de cierto apresuramiento sobre el acto final, está bien narrado.
Jesús se acercará a los crucificados y liberará de la presencia demoníaca a la mujer poseída. Luego enfrentara a la joven extraña, que le revelará que es Satán. En este enfrentamiento final, le perdonará la vida a su rival encarnado, pero su padre morirá. El salvador y la madre siguen viaje, con su fe renovada por el bien de la humanidad.

Uno esperaría a su vez exageraciones en las actuaciones del reparto, ya que se trata de un film de género, pero lo cierto es que el trio protagónico es bastante efectivo y aunque Cage tiene sus momentos de ira desatada, es acorde a su retrato de José, alertado por los males del mundo y su deseo de proteger a su familia. Jupe encarna bien el enojo de alguien desconcertado con su lugar en el mundo y la cantante FKA Twigs es sorprendentemente sutil como la Virgen María.
The Carpenter’s Son no es una mala película. Cuenta una de las historias más reproducidas por siglos en occidente y se anima al género sin titubear. Pero prueba que el diseño artístico es clave para lograr relatos más potentes y memorables.
3.5/5 = Buena