Podríamos decir que el mundo se divide en si las reversiones de las películas animadas de Disney deben tener lugar o no. Pero si las pensamos como fábulas que se transmiten de generación a generación, podríamos decir que estas obras abarcan un destino del que es muy difícil escapar. La vida de las historias siempre mutan y así es como las películas cambian y la sociedad se transforma. Capaz hago toda esta introducción ante esta crítica de La Sirenita, para tratar de entender la existencia de las reversiones y porqué hay tanto revuelo cada vez que una versión personificada aparece. La tensión siempre está en dejar escapar la ‘original’ y abrazar a la nueva versión o por lo menos abrirse a darle lugar.
Este live-action está dirigido por el maestro de los musicales Rob Marshall (Chicago). Para la composición musical, cuenta con la participación del icónico Alan Menken (compositor de la animada) y con los aportes del gran creativo Lin-Manuel Miranda. Este equipo le da vida a esta reversión de cuento de hadas que cuando nos despojamos de todos los prejuicios y controversias, se logra escuchar el canto afinado que transmite la película. Tal como el de su protagonista.
Como ya sabemos, la historia se centra en una adolescente sirena llamada Ariel (Halle Bailey), cuya curiosidad por conocer el mundo exterior le provocará la toma de decisiones y discusiones con su padre, el Rey del Mar (Javier Bardem). Cuando dejamos de lado el juego de comparaciones de viñetas entre la nueva versión y la original, se puede ver el pulso de un dinamismo fresco propio de los musicales, asimismo se puede observar de qué versa verdaderamente el relato. La versión live-action es un canto a la adolescencia. El cambio biológico que empezamos a sentir en nuestro cuerpo, los sentimientos a flor de piel, el ímpetu por explorar más allá de nuestras narices, los desentendidos con los padres, el enamoramiento ferviente, el permitirte sufrir y la búsqueda genuina por ser feliz.
Esta esencia es el viaje al centro de la adolescencia y la película se erige como un perfecto ‘coming-of age’. Pero nada de esto podría haber sido posible sin la encarnación de Halle Bailey, una Ariel con una voz tan encantadora como las de las heroínas de los musicales de los años 50. Su mirada advierte todo el brío que requiere la adversidad de la adolescencia tal como la de un mar bravo.
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En la versión original animada de 1989, la película contaba con una vida debajo del mar en la que los colores vibrantes se apoderaban de la pantalla. En esta nueva versión el trabajo de los efectos especiales no es suficiente para transmitir lo mismo. Sin embargo, todo ese vigor y vida en colores se lo otorga en los momentos en la superficie, y es donde la película brilla. El film concibe un nuevo imaginario del entorno del príncipe Eric (Jonah Hauer-King) que le aporta consistencia al mundo de los humanos.
Otro punto alto es la incorporación del ritmo de Lin-Manuel Miranda. Aporta una nueva canción en la que se nota su sello característico de juego de palabras envueltas en un rap, a cargo del cangrejo Sebastian (Daveed Diggs) y la gaviota Scuttle (Awckwafina). Además, son los responsables de los momentos cómicos de la película. Como en la original, también se encuentra el pez Flounder (Jacob Trembley) que hace un gran trabajo para agregarle con su voz la ternura que requiere su personaje, lo que no logra el cgi, y la villana Úrsula, encarnada por Melissa McCarthy que le concede humor y vileza a la vez.
EN CONCLUSIÓN
La versión live-action de Disney de La sirenita es un mapa al viaje del centro de la adolescencia al compás de un lindo musical. Cuenta con la actuación sobresaliente de Halle Bailey que fascina con su voz. Le transfiere a Ariel todo el entusiasmo y energía que requiere la esencia de esa etapa tan desconcertante como apasionante.


FICHA TÉCNICA
La Sirenita (The Little Mermaid, 2023). Dirección: Rob Marshall. Elenco: Halle Bailey, Jonah Hauer-King, Daveed Diggs, Awkwafina, Jacob Tremblay, Noma Dumezweni, Art Malik, Javier Bardem, Melissa McCarthy. Guion: David Magee. Fotografía: Dion Beebe. Edición: Wyatt Smith. Música: Alan Menken. Duración: 135 minutos. Nuestra opinión: Buena.
1 comentario en “Crítica de ‘La Sirenita’, de Rob Marshall: una adolescencia acuática”
Realmente es todo un tema los live action de Disney!
Creo, que me quedo con las versiones originales! Si bien disfrute de las nuevas no hay como poner el casete y disfrutar de los 90!